En mi vida he pasado por diferentes etapas. Una vez en el blog hablé como las casas en que he vivido marcaron etapas diferentes de mi vida. Hoy les puedo hablar de mi pelo. Y el cabello es algo que sí preocupa mucho a las mujeres. Quizás no tanto a los hombres, porque lo resuelven con un simple recorte...aunque hay sus excepciones. Pues mi niñez se caracterizó por un pelo rizo y bien corto, ya que mi mamá no tenía mucho tiempo y paciencia para cuidármelo. Fue un poco traumatizante porque me sentía como con recorte de nene. En varias ocasiones cuando pequeña recuerdo personas que me llamaron "el nene", cosa que le daba mucho coraje a mi mamá. Ya cuando fui creciendo, como en noveno grado, le pedí yo misma irme cuidando mi cabello y comencé a dejarlo crecer, y con él mi autoestima. Ya para mi graduación de high school lo tenía del largo de la cintura, en un rizo bonito. Pero al llegar a la universidad y comenzar a trabajar a tiempo parcial, comencé a visitar los salones de belleza, donde estiraron mi pelo y lo cortaron al largo de mi cara en un estilo de paje que me quedaba muy bien. Y luego vino el matrimonio, el divorcio, y como consecuencia las rebeldías. Fui cuando comencé a pintarlo en una ocasión, y de ahí muchos cambios mas. Se me cayó mucho en los tiempos de stress y recientemente por mi condición de anemia (baja hemoglobina en la sangre). Pero lo que me da gran gozo es saber que mis cabellos están contados. Estaban contados cuando viví mi niñez, cuando pasé mi adolescencia. Dios los tenía contados aún cuando en mi rebeldía y malas decisiones me aparté un tiempo de sus caminos. Dios estuvo cuando sufrí el divorcio y estuvo ahí cuando me casé de nuevo. Ha estado aquí en medio se mi condición de salud y estará para siempre conmigo. Yo valgo mas que los pajarillos. Él dio la vida de su hijo por mi. Mi valor lo marca la sangre de Jesucristo. Cuando me he sentido sola, o sin ayuda, cuando no he visto soluciones a mis problemas, Él me ha mostrado la salida. No estás solo. Tus cabellos también están contados aunque ese conteo cambie durante el día. Eso me deja saber cuán cerca está Dios de nosotros. Oremos para dar gracias a Dios por su presencia en nuestras vidas que no se aparta, no importa lo que estemos viviendo. Su amor y cuidado nos seguirán todos los dias de nuestra vida.
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Jonás terminó en el vientre de un gran pez por tres días y tres noches. Es una de las historias de la Biblia que escuchamos desde pequeños. De niños, los adultos utilizan la historia para enseñarnos que hay que obedecer la Palabra de Dios. Ya de adulta, la historia tiene para mí un significado mas profundo. Y es que la Palabra de Dios se aplica a cada situación de nuestra vida y nos habla de diferentes maneras. Jonás fue llamado a ir a predicar en Nínive porque su maldad era tanta que Dios había decidido destruir la ciudad. Dios entonces envía a Jonás para darles la advertencia. Pero Jonás había conocido que Jehová era un Dios lleno de misericordia. Jonás también había visto la maldad de esa ciudad y pensaba que necesitaban ser castigados y destruidos. Él pensaba que eso era lo que se merecían. Pero Dios tuvo misericordia, como Jonás había predecido, y se enojó mucho Jonás con Dios. Yo he sido muchas veces como Jonás. Veo maldad a mi alrededor, y veo como a gente que no tienen ninguna conciencia aparente al momento de actuar, las cosas parecen salirle bien. Como que uno se queda esperando por unas consecuencias inmediatas a sus malas acciones y pareciera que Dios no los castiga. Y es que creemos que todas las cosas funcionan como las trabaja este mundo caído. He visto como Dios tiene misericordia de todos. Y eso es bueno, porque tuvo misericordia de mí. El problema está en que en ocasiones llegamos a pensar que yo no soy tan malo como los demás, y nos lleva a una soberbia espiritual. Pero delante de los ojos de Dios yo soy igual de pecadora y merecía el infierno igual que los demás. Lo único que me hace aceptable es que estoy cubierta con la sangre del sacrificio de Cristo en la cruz. No es por mis méritos. Yo soy llamada como Jonás a predicar a Cristo. Dios en su divina santidad tiene misericordia de quien quiere tener misericordia. Y me gozo en su misericordia porque por ella tengo salvación. La misericordia que se necesita para salvar a otros es la misma que necesito yo. Requiere humildad reconocer que yo estoy en el mismo bote. Oremos para presentarnos ante Dios con transparencia y entreguemos a sus pies todo sentimiento de inconformidad con la misericordia de Dios hacia otras personas, que no merecen su misericordia, de igual manera que no la merezco yo tampoco. Que el Señor siga derramando de su perfecto amor en nosotros para poder amar al prójimo como Él espera de nosotros. El arca del pacto significaba todo para el pueblo de Israel en cuanto a la presencia de Dios. Donde movían y llevaban el arca, allí se posaba la presencia de Jehová, ¡Y habían perdido el arca! Quizás los filisteos pensaron que con ésto quitarían todo el poder de Dios sobre Israel y ahora serían débiles. Pero Dios tenía un plan. Su mano de poder no se quitaría para siempre del pueblo hebreo. Su nombre no iba a dejar de ser glorificado y admirado por las demás naciones, incluyendo a su pueblo. La iglesia del Señor ha permanecido por siempre porque Él es su guardador. Ya su presencia en el pueblo no se posa sobre un arca, su presencia vive dentro de los que hemos creído en Él a través de su Espíritu Santo que ha venido a morar en nosotros.
Y han cambiado los tiempos, pero la obra de los gobiernos contra la iglesia sigue siendo la misma. Ya no pueden quitarnos un arca para creer que su victoria es segura. Por eso ahora la lucha para quitarnos nuestros derechos, derechos que el mismo sistema de gobierno nos concedió, porque los derechos y privilegios que nos dá nuestro Señor son de carácter espiritual y trascienden a la eternidad. Eso demuestra como las leyes de este mundo son temporales y nada firmes, lo que le resta credibilidad a sus pensamientos. Ahora la lucha es para detenernos en ir a predicar su Palabra, que no podamos hablar, que no podamos acercarnos a otros sin que se vea discriminatorio. Pero igualmente, Dios tiene un plan. Su poder no puede ser contenido por nadie, y nada impedirá que su nombre pueda ser glorificado y exaltado. Mientras mas traten de reducirlo, de contenerlo, de apresar su evangelio, mas asombroso será el ver su manifestación y poder. Él sigue guardando su iglesia y nada puede apartar su presencia de nuestras vidas. De la misma manera que los filisteos se dieron cuenta que la raíz de sus nuevos males fue su intento de quedarse con la presencia de Dios y quitarla de los hebreos, así mismo, los que trabajan en contra de los hijos de Dios experimentarán las consecuencias ya trazadas y cumplidas en el plan de Dios. Oremos para que podamos ser guiados por nuestro Dios para trabajar para su obra y para ponernos en la brecha por nuestros hermanos en la fe. Que podamos estar confiados de que la gloria de Dios siempre va a ser exaltada y su poder no puede ser contenido. Su presencia ahora mora en nosotros. Parece que fue ayer que nació mi nena y me comvertí en madre, pero ya falta un mes para el quinceañero de mi hija. Comenzamos los preparativos casi un año atrás porque ella sueña con su fiesta como toda una princesa. Hoy comenzamos a preparar las invitaciones, pero decidir a quien debemos invitar es la parte mas difícil. El salón tiene espacio para una cantidad específica de personas y además quisiéramos invitar a todos los que conocemos pero nuestro presupuesto tampoco nos alcanzaría. Recordé entonces el relato de Jesús.
La parábola del hombre rico que hizo un gran banquete e invitó a muchos, pero ellos dieron excusas para no presentarse a la fiesta. Él entonces abrió la invitación a los que nadie invitaría, a los mal vestidos y pobres. Dios tiene un gran banquete que es por invitación. Él entregó a su único Hijo a morir por nosotros en la cruz y eres invitado a las Bodas del Cordero solo si crees en Él, y reconoces que necesitas de su sacrificio para el perdón de tus pecados. Dios tiene muchas invitaciones, y ¿sabes? Tu y yo que hemos creído en Él tenemos el privilegio de llevar las invitaciones a todos lugares y a todas las personas. ¿Tenemos nosotros también excusas para no compartirlas? ¿Entendemos lo importante de ir e invitar a los que no conocen de esta oportunidad? Lo mejor es que el Señor si tiene suficiente lugar y es el Rey de Reyes y Señor de Señores. No tenemos límites al hacer las invitaciones. Este es el banquete que saciará nuestras vidas por la eternidad. Oremos dando gracias, gloria y honra a nuestro Señor por tan grande invitación, no porque la merezcamos, sino por su gracia y misericordia. No teníamos vestidos para asistir, pero Él nos vistió con lino fino; no somos judíos, pero el extendió su salvación a los gentiles o extranjeros; no le conocíamos para poder ser invitados, pero Él nos amó primero, desde antes de la fundación del mundo. Ayer se celebró el Día de las Madres. Desde que era niña lo recuerdo como un día muy especial. Mi familia se reunía y hacían un almuerzo y llevaban regalos a todas las madres. Yo tuve un dia maravilloso. Mi esposo y mis hijos me llenaron de regalos, fuimos a la iglesia, salimos a comer y al cine. Y según fue un día muy alegre para unos, es cierto que fue un día muy triste o nada agradable para otros. Escuché en la radio mujeres que llamaron diciendo que ellas deseaban que no llegara el día de las madres, porque sus hijos por diversas razones no pasarían el dia con ellas, otras porque no tuvieron la bendición de tener hijos, y otras porque ya sus mamás fallecieron y no podían celebrar con ellas. ¡Cuán especiales son las madres en nuestras vidas! Yo tampoco tengo la mía presente, ya que falleció hace trece años. Y es que en las madres encontramos esa conexión especial. Quizás por haber estado dentro de ellas se crea una unión aún antes de nacer. Y uno va creciendo y trata de ser independiente hasta que algo nos afecta o nos causa dolor, porque es en los brazos de mamá que encontramos el mejor consuelo. Aún los hombres mas grandes quieren tener cerca a su mamá cuando quieren llorar.
Y Dios conoce ese aspecto de nosotros y compara au consuelo a nuestras vidas con el consuelo que puede brindar una madre. Y es que el amor mas profundo, el amor mas perfecto, el amor que entrega toda su vida por mí, no es el amor de madre, sino el amor de Dios. Dios nos dio las madres y los padres para tener un marco de comparación de como su amor nos sustenta. Él nos creó. Y su vínculo va también al vientre de nuestra madre como dice en su Palabra que ya el nos conocía desde que estábamos en el vientre. Él nos ama, nos cuida bajo su sombra, nos provee alimento físico y espiritual y nos da la salvación si creemos en el sacrificio de Jesucristo. El conoce tu sentar y tu levantarte, conoce tu pensar y tu sentir. No hay consuelo mayor que el que nuestro Señor noa brinda. Él es mi paz, y aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo él me recogerá. Oremos para rendirnos ante tan grande amor y misericordia. Demos gracias por las madres que nos regaló, buenas y nada perfectas, pero nos muestran un poco del amor de Dios y su bendición. Una fiesta que termina antes de tiempo, una renuncia inesperada a un trabajo, una separación, un infarto al corazón, un hijo que huye de su casa, sillas rotas, corazones rotos son algunas de las cosas que he visto como consecuencia de corajes, o en otras palabras, la ira. Hay casos extremos donde la ira puede terminar en un asesinato, y hay otros casos donde aparentemente no hay consecuencias graves, pero es que no se ven. Tendemos por naturaleza a herir con palabras cuando nos molestamos. Es como un mecanismo de defensa o una forma errónea de liberar esa intensa emoción que estamos sintiendo. Las palabras pueden ser un arma mortal, porque al igual que algunas balas, éstas se quedan alojadas dentro del cuerpo. Podemos herir profundamente con lo que decimos sin pensar, e igual pensamos como el dicho popular que "las palabras se las lleva el viento" cuando no es cierto. Pero Dios, a diferencia de nosotros, puede airarsairarse pero al ser un Dios Santo, no peca, no deja consecuencias negativas. Y debemos dar gracias por ésto, porque lo único que merecemos es la muerte eterna y Él en su gracia y misericordia nos da la salvación de nuestras almas. Contrario al Dios castigador que quizás nos pintaron desde que éramos pequeños, Él es un Dios de amor, que se dedica a restaurarnos y a irnos perfeccionando. Nos va a disciplinar si insistimos en hacer lo incorrecto, pero su disciplina es en amor. La mayor consecuencia que podemos tener por nuestro mal carácter o por nuestros arranques de ira, es un testimonio contrario a la esencia de lo que es Dios. Reaccionar impulsivamente, o como lo haga la mayoría no requiere de ningún esfuerzo, pero contenerse y manejar las situaciones de forma diferente, dejándonos guiar por el Espíritu Santo requiere esfuerzo, no nos fluye naturalmente. Pero sí, a medida que vamos crucificando con Cristo todo pensamiento de mal, toda actitud defensiva, cada vez el amor de Dios irá fluyendo en nosotros con mas efectividad, y otros podrán notar que actuamos diferentes. Oremos para pedirle al Señor que nos ayude a no herir con nuestras palabras. Que nuestra lengua sea utilizada para bendecir, y no para hacer daño. Que su Espíritu Santo nos guie a manejar adecuadamente la ira que podamos sentir para poder sembrar amor en vez de odio. Que su ejemplo de como nos perdona nos ayude a perdonar a los que nos ofenden. ¡Wow! Iba camino del cuarto a bañarme y me golpeé el dedo pequeño del pie con el borde de la puerta. ¡Qué mucho duele! Me encorvé todo mi cuerpo momentáneamente solo por un dolor en el dedo mas pequeño del pie. Y es que por naturaleza nos protegemos. Dios nos creó así para que tuviéramos cuidado de este cuerpo. Pero no solo protegemos nuestro cuerpo físico, también protegemos nuestro corazón y nuestras emociones. Nacemos en total inocencia creyendo que todo es bueno y confiando en todos. Es desde niños que nos van enseñando a no confiar en todo el mundo. Nos van inculcando que no todos vienen hacia nosotros con buenas intenciones, y que no debemos creer todo lo que nos digan. Y en el principio no entendemos el porqué, pero... según vamos coleccionando experiencias nos vamos dando cuenta que tenían razón. Comenzamos a experimentar las decepciones y las traiciones, que se dan en diferentes niveles de severidad. Comenzamos a vivir a la defensiva tomando nosotros el control absoluto para no permitir que nos hieran o nos derriben. Y todo iba aparentemente bien hasta que un dia tenemos ese encuentro especial con Dios que comienza a cambiar nuestras vidas y nos da una nueva perspectiva de las cosas. Dios nos va llamando a caminar sobre las aguas, nos va llevando a aguas profundas donde solo podemos cruzar si dependemos totalmente de Él. El quiere entonces llevarnos a vivir una vida de fe. El problema es que ya nos programamos a mo confiar en nadie mas y hacemos lo mismo con nuestro Dios. Dependiendo de lo difícil de las circunstancias se nos hace difícil creer en sus promesas y en su Palabra. No queremos perder el control absoluto de nuestras vidas porque es la manera que utilizamos para protegernos, para estar tranquilos en que nada nos va a pasar. Y nuestra vida cristiana y la Palabra de Dios nos saca de esa zona de comodidad en la que supuestamente nos encontramos porque verdaderamente llevar el control es agotador y estresante. Dios quiere llevarnos a verdes pastos donde nos ofrece descanso. Él promete en muchos lugares de la Biblia ser nuestro protector. Ya no tengo que protegerme yo, tengo a alguien que lo hará por mi. Bajo la sombra de sus alas estaré seguro. Debo confiar en Dios para poder alcanzar otras dimensiones espirituales que no he conocido pero que Él ya tiene preparadas para llevarme de la mano. Muchas veces queremos crecer espiritualmente pero no nos atrevemos a caminar hacia donde Dios nos quiere llevar. Hoy es dia de caminar sobre las aguas. Oremos para que podamos entregar todo el control de nuestras vidas al Señor. Pidámosle que nos siga llevando a otras dimensiones espirituales donde nos acerquemos mas a Él y podamos ser usados para su gloria y ser de bendición al reino de Dios y a mis hermanos en la fe. Mis hijos participaron el dia de ayer en unas olimpiadas de matemáticas en su colegio. Todavía no sabemos como les fue ya que los resultados los van a anunciar el dia de mañana. Cuando les preguntamos como encontraron el examen que les administran como participación ambos me contestaron que era muy fácil porque era de "escoge" o selección múltiple. Yo los miré desconcertada y les dije que aunque tuvieran opciones debían resolver los problemas para poder saber cual de todas era la contestación correcta. Aún así, me cuentan hoy que la maestra les dijo que uno de los estudiantes sacó F, o sea, fracasó en el examen. Ésto me recuerda en la Biblia cuando David tuvo una serie de opciones a escoger pero que tocarían grandemente su vida y la de su pueblo. Nosotros también tenemos desde que nacemos muchas opciones a escoger frente a nosotros. Y no porque estén delante de nosotros se nos va a hacer fácil escoger. El mundo nos presenta diferentes alternativas para ser felices y para tener una vida exitosa: los estudios, un trabajo con una posición de renombre, una posición de poder o política, tener una pareja, tener hijos, tener dinero y muchas propiedades, etc. Pero ante tantas opciones Dios sólo nos ofrece una alternativa: hay un solo camino para la vida eterna, el gozo que no depende de las circunstancias y una paz que sobrepasa todo entrndimiento, y ese camino es Jesús. Esa es la primera decisión o la premisa mas importante donde debemos escoger una alternativa. Y luego de esa decisión, surgirán a diario muchas mas interrogantes que merecen una contestación. Nuestra vida diaria se basa en escoger como vamos a comportarnos, y que vamos a escoger para ir forjando nuestro futuro y el de nuestra familia. David entendió que aunque merecía un castigo, siempre es mejor escoger la mano de Dios porque Él es grande en misericordia para con nosotros. A los que amamos a Dios todas las cosas nos ayudan a bien. Debo detenerme a pensar y a orar antes de tomar decisiones importantes en mi vida. Como también escogió Moisés, es mejor estar en el desierto con Dios que en la tierra prometida sin Él. Es mejor escoger donde el Señor tenga preparado para nosotros que lugares que parezcan atractivos y nos alejen de una relación con Él. Oremos para que su Espíritu Santo nos dirija y nos detenga antes de tomar cualquier decisión que pueda afectar nuestra vida espiritual. Que aún en la incertidumbre podamos ser guiados por Él para agradarle y escojamos siempre como David la mano de Dios aunque esto signifique un camino mas complicado. Si algo tenemos bien claro es nuestra lucha contra el pecado, aún siendo redimidos por nuestro Dios. Este cuerpo trae en él la tendencia a pecar y nuestro espíritu quiere todo lo contrario. Me he visto muchas veces queriendo agradar al Señor, y termino cometiendo alguna falta, que al momento el Espíritu Santo me señala. He dicho alguna mentira (aunque normalmente no lo hago, soy malísima en eso), he pasado alguna luz amarilla o roja de un semáforo por ir tarde, sabiendo que eso viola la ley de los hombres. Aún esas cosas tan sencillas, que se ven "normales" porque "todo el mundo las hace", violan los principios de Dios en como Él quiere que nos comportemos. ¿Cuántas veces vas en la carretera y ves un vehículo conduciendo mal, no respetando los semáforos, no dando un pase de cortesía a nadie, y cuando te acercas tiene una estampilla en su auto diciendo que es cristiano o que ama a Dios? Y ahí llegamos al punto del cual Dios me ha estado hablando. Mi lucha contra el pecado no es algo sólo mío, no me afecta solo a mí, afecta a los demás. ¿Cuántas veces le has estado hablando a alguien de el Señor y lo invitas a la iglesia, y luego presencian un comportamiento de alguien cristiano que hace que esa persona no quiera lo que tu le estás ofreciendo? Veo cosas en las redes sociales de gente cristiana que hoy ponen un versículo bíblico y mañana publican algo totalmente contrario a Dios, o se burlan de los que no son creyentes. Yo siento verguenza ajena y dolor por el daño que le hacen al evangelio. Y yo estoy metida en esa misma lucha. Debo estar consciente que soy parte de un solo cuerpo en Cristo, lo que yo hago siempre va a afectar a los demás. No puedo verme como alguien aislado, y que ma hago daño a mi solamente. Aún cuando cargamos con pecados que no son visibles a otros, contristamos el Espíritu y podemos ser estorbo para algún ministerio o en alguna ministración. Debo velar por ser parte de la unidad de la iglesia, que somos uno en Cristo. Y si hemos pecado, fiel sacerdote tenemos que intercede por nosotros ante el Padre, uno que padeció lo que nosotros vivimos pero sin pecado. Acerquémonos confiadamente al trono de su gracia y hallemos el perdón de nuestros pecados. Confesémonos como a cara descubierta para que Dios en su misericordia nos restaure y nos siga perfeccionando hasta que Él venga. Oremos al Señor presentando nuestras vidas para que Él nos revele en que hemos fallado. Que podqmos estar concientes de que nuestro pecado no sólo nos afecta a nosotros, sino que podemos ser causa de verguenza y estorbo al cuerpo de Cristo. Que cuando vea a otros hermanos en la fe en pecado no los juzgue, sino que los cubra en oración porque somos uno solo. Estaba leyendo la historia de Lea y Raquel, unas hermanas muy diferentes, pero ambas anhelaban lo mismo en la vida. A Raquel se le describe como de hermosa figura y cara bonita, mientras que a Lea la describe como la que tenía unos ojos sin brillo. Quizás Lea tuvo que vivir bajo la sombra de halagos que eran para su hermana, ella no llamaba la atención como Raquel, y su desilusión le hacía mostrar un rostro apagado, ojos sin brillo. Aparece Jacob en sus vidas y queda enamorado de Raquel al punto de trabajar siete años por tener su amor, obteniendo como premio el engaño de su suegro quien le pagó, no con la mujer que él amaba, sino con su hermana por ser la mayor. Y tal era su amor e ilusión por Raquel que trabajó para ganarla siete años mas. Y así Lea, quien quizás pensó que no tendría esposo, se ve casada con un buen hombre, pero no tenía su amor. Parecía que a Lea le tocaba siempre la peor parte. Ella buscaba un solución a su desdicha y oraba al Señor por hijos que le trajeran el amor de su esposo. Dios le concedió los hijos, Dios la escuchó. Pero aún buscaba el amor y la aceptación de su esposo ya también esposo de su hermana. Y es que Lea estaba enfocada en un solo anhelo. Pero Dios sí la amaba y conocía su dolor. Lea pudo entender que su felicidad estaba en la adoración a Dios, y como fruto llamó a este próximo hijo Judá que significa "alabanza" y ahí dejó de tener hijos. Ya se sentía completa. Su actitud de adoración tuvo como fruto a la tribu de Judá de la cual nacería el León de Judá que es Jesucristo. En esta vida he visto muchas historias como la de Lea y Raquel. Hermanos o hermanas que han vivido sus vidas sintiendo desventaja, pensando que uno es favorecido por Dios y las circunstancias y el otro no. Yo puedo decir que viví una situación parecida donde mi hermana muchas veces se sintió desfavorecida o que yo tenía la mejor parte. Mi madre no podía tener hijos y cuando ya había dejado su sueño de tener una familia, a los nueve años de casada quedó embarazada de mí. Fue toda una algarabía y el retomar su sueño la hizo muy feliz. Me celebraron por cuatro años como la princesa hasta que nació mi hermana. Nuestros padres no son perfectos y tratan de mejorar lo que ellos recibieron, y mi madre recibió una buena educación pero no mucho amor de su madre quien no sabía expresarlo. Cometió el error de hacer sentir a mi hermana que yo era la favorita en varias ocasiones. Sé que mi hermana tuvo que vivir bajo la aombra de su hermana mayor. Pero igualmente he visto la mano de Dios obrar en au vida. Raquel tuvo también sus angustias, no podía tener hijos, su vida tampoco era perfecta. ¡Nada en este mundo lo es! Mi vida no ha sido perfecta, yo tuve hijos pero pasé por un tormentoso divorcio que me trae consecuencias todavía al dia de hoy. Pero hay algo que nos sostiene a ambas: la mano de Dios. La bendición está en alabarle en medio de nuestras angustias y problemas. Poner nuestros sueños junto a los sueños de Dios. La alabanza siempre va a rendir un buen fruto. El detenerte a alabar y adorar a Dios es reconocer quien Él es, y su poder y magnificencia permanecen igual sin importar mi situación. Dios siempre escuchó las oraciones de Lea, pero también escuchó las oraciones de Raquel. La solución no estaba en ver cual era mas favorecida de las dos. ¡Ambas necesitaban del poder de Dios en sus vidas! Necesitamos del poder y la misericordia de Dios en nuestras vidas. Ríndamósle alabanza y demos como fruto a Judá. Oremos primeramente para que el Señor escudriñe nuestros corazones y traiga sanidad y liberación a heridas que tengamos con nuestros padres o hermanos. Que su Espíritu Santo nos ayude a reconocer que en la alabanza y adoración está nuestra victoria, nuestra paz y nuestro gozo. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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