Llegó el dia tan esperado. Ya era el jueves de mi cirugía de histerectomía donde removerían mi útero. Con él extirpaban un fibroma muy grande que llevaba conmigo, como de incógnito, sin muchas señales, excepto la baja en los niveles de sangre, ya muy frecuentes. Era una cirugía que tenía la fama de ser algo fuerte en cuanto a la recuperación. Pero iba muy confiada. Dios había contestado ya muchas peticiones que habíamos hecho, hasta de cosas no tan importantes como ésta. Podemos añadir a ésto, muchas oraciones hechas por parte de nuestros hermanos de la iglesia, incluyendo varios que estarían orando ese mismo día. Así que yo, toda valiente, iba de cara a mi nueva aventura. Mi esposo me repitió en sinnúmero de ocasiones que sería una recuperación milagrosa. Quizás te llegue a la mente alguna petición especial que hayas hecho a Dios en oración alguna vez. Y terminó al cirugía, ya en la tarde, por el atraso de algunos casos de emergencia que se presentaron, y desperté de la anestesia general que me administraron. Lo que sentía era un dolor inmenso y las ganas de gritar, pero como que no me salía la voz para pedir ayuda. Pronto una enfermera me asistió y me administró medicamento para el dolor en el suero. Ya despierto de nuevo y me llevan en la camilla de camino a mi habitación del hospital, con el mismo intenso dolor con el que desperté en el área de recuperación. Y así pasé la noche, y el día siguiente hasta que una enfermera me levantó de la cama, para darme un baño y dejarme ya lista para estar despierta y ahora solo con medicamentos para el dolor por boca, los cuales en su momento no fueron muy efectivos y hubo que cambiarlos por otros. Presenté fiebre hasta las cuarenta y ocho horas pasada la cirugía por lo que el médico, en vez de darme el alta a los dos días me dejó allí por seis. Ya hasta las enfermeras cambiaban el turno y me decían que todavía yo estaba allí. Así que tuve tiempo suficiente para pensar qué había pasado con la oración de una recuperación milagrosa. Esto no era lo que yo esperaba. No sé si has pensado alguna vez que Dios no te ha contestado alguna oración. Y, ¿sabes qué?, Dios tiene un plan mejor del que nosotros dibujamos. Pude salir de la cirugía sin complicaciones, a pesar de que tengo una condición congénita de deficiencia de coagulación en la sangre, mi fiebre cesó a los dos días y fue algo normal porque no descubrieron ningún foco de infección. No sólo eso, Dios puso dos hermanas de la iglesia en la sala de operaciones que oraron por mi antes de la cirugía y estuvieron presentes en el proceso. A mi esposo por ser varón no le permitían quedarse de noche en el piso de ginecología, pero dos amigas y hermanas de la iglesia se quedaron conmigo en las noches, incondicionalmente. Mi herida ha estado hasta hoy que van ya siete días de la operación, en perfecto estado. Ya el dolor ha ido menguando y mi salud mejorando. Pude ver en el proceso cuanta gente me amaba y estuvo pendiente y aún lo están. Que Dios no cumpla nuestras expectativas no quiere decir que no esté obrando. Él tiene un plan mayor y que no sólo gira en torno de mí. Las oraciones cuyas respuestas me han sorprendido muchísimo son las que he presentado algo ante Dios esperando que Él obre como Él quiera. Él nos da mucho más de lo que merecemos. Quizás de momento no entendamos su plan, pero eso no nos quita de su gracia y su misericordia. Oremos presentando al Señor nuestras peticiones, nuestras emociones, nuestras preocupaciones y nuestras alegrías. Que la oración sea para descansar en Él, sabiendo que Él hará y debemos depender de la fe.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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