Hay diferentes métodos para hacer el café. Voy a mencionarles algunos: 1- La Prensa Francesa: Extrae café muy puro y robusto sumergiendo totalmente los posos, luego filtra el café con un tamiz de malla y un émbolo. Los Pros, una taza de café realmente limpia y fuerte. 2- Máquinas de cápsulas: Keurig. Eso es lo que esto significa. Al igual que cualquier otro método en esta lista, estas máquinas tienen sus pros y sus contras. Pros, súper rápido. Muy facil. Los filtros de café reutilizables le permiten usar el café de su predilección cuando no quiere utilizar las cápsulas. 3- Máquinas de gotereo: Esta es la cafetera de nuestros padres. Máquinas de goteo = configurarlo y olvidarlo. Calientan el agua, la empujan a través del café y la mantienen caliente. Los Pros, puedes programar estas cafeteras la noche anterior, para despertar con el aroma a café en la casa. Usted controla la calidad del agua, la calidad del café y la fuerza de la preparación. Existen otros métodos, que con la moda del café gourmet y las degustaciones y sabores, se utilizan hoy día con más frecuencia, y estoy segura que seguirán surgiendo otros. Cada uno tiene sus características específicas, proveyendo para todos los gustos y habilidades. Cada uno de nosotros tiene sus características únicas y su función específica en el cuerpo de la iglesia. Como dice e texto que acompañó aquí, no todos tenemos los mismos dones, más todos son necesarios. Muchas veces pensamos en los dones que se ven a simple vista, mientras que los que se llevan a cabo en privado, no dejan de ser menos importantes. El don que Dios te asignó es el perfecto para ti. No hay necesidad de envidiar al hermano o querer hacer otra cosa. Dios te hizo único, y cada uno tiene su propia bendición. Tu bendición no te la quita nadie, pero podrías perderla de vista tú mismo. Al fin y al cabo, todos los métodos terminan en una taza de café y todos nuestros dones y talentos terminan siendo de bendición para el Reino de Dios. Pero contrario a cada método que se distingue por sus pros y algunos pueden exaltar unos métodos sobre otros en cuanto a la calidad del café que preparan, cada uno de nosotros no brilla con luz propia. Todo lo que hacemos siempre dará la gloria al Creador, nuestro Salvador. Se exalta al que merece toda la honra y quien es el autor de todo. Nuestro trabajo: dar lo mejor de nosotros para el Reino, los Pros: nuestra recompensa está en los cielos y es por la eternidad. Oremos al Deñor dando gracias por sus enseñanzas y por los dones y talentos recibidos, que son únicos y de bendición a nuestras vidas. Que podamos gozarnos en servir en la obra de Dios y lleguemos a alcanzar otras vidas con los instrumentos que Dios nos ha dado.
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Preparar una taza de café perfecta es el eslabón más débil en el disfrute pleno del café fino. Comprar el mejor café es el comienzo, pero no es lo único determinante para lograr obtener la taza de café ideal. Todo puede fallar si la elaboración no se realiza correctamente. Sabemos que nos gustaría escuchar que una vez que hayamos comprado excelentes granos de café, el resto es tan simple como presionar un botón, pero, todo lo que podemos decir es: es hora de "despertarse y oler el café". El cultivador y el tostador hacen sus partes, y luego debemos hacer la nuestra. Lo primero que se debe entender es qué sucede durante el proceso de elaboración. El agregado (partículas molidas de café) se expone al agua caliente para "extraer" los solubles esenciales (compuestos de sabor, sólidos y aceites) de las partículas. Lo que se extrae termina en el agua, creando la infusión que llamamos café. En teoría, la extracción perfecta obtendría todo lo que fuera deseable del grano de café y la taza, dejando todo lo que es indeseable. Actualmente, es posible sólo en nuestra imaginación. Por eso, algunos métodos son mejores que otros. La temperatura de elaboración del agua utilizada es muy importante. Debe estar entre 195 F (91 C) y 205 F (96 C). Cuanto más cerca de 205 F (96 C) mejor. Nunca use agua hirviendo (212 F - 100 C), ya que quemará el café. El agua que es inferior a 195 F (91 C) no se extraerá correctamente. Tenga en cuenta que si los granos congelados se han molido, el agregado disminuirá la temperatura del agua al contacto. En este caso, la temperatura del agua que se agrega al agregado debe ser correcta a 205 F (96 C). Como el agua para el café o para el chocolate, debe tener una temperatura correcta, así también nosotros en nuestra vida espiritual. No hay espacio para cristianos fríos o de domingo. Si somos creyentes debemos estar comprometidos 24/7. No solo al visitar la iglesia, sino que ¡somos la iglesia! Debo honrar a Dios en todo lo que hago. Su presencia está conmigo todo el tiempo, podré engañar la gente, pero nunca a Él. El compromiso de Jesucristo de morir en la cruz para darnos salvación fue hasta el final. Él resolvió la parte más difícil de esta ecuación. Nosotros debemos imitarle. Ya tenemos el modelo a seguir, las instrucciones escritas, que es la Biblia y un Espíritu Santo que nos guía y vive en nosotros. Está en mi decidir si voy a ser caliente o frío, si voy a sumergirme en las aguas hasta que me cubran o si solo voy a mojarme los pies. El camino no es fácil, pero la bendición de seguirle lo vale todo. Oremos al Señor para que nos dirija el día de hoy y podamos estar conscientes de su presencia en cada momento del día. Que podamos honrarle con todo lo que hacemos, aunque nadie nos esté viendo, Él si nos está observando. Una taza de café es en realidad 98 por ciento agua. ¡Debemos asegurarnos de usar agua de alta calidad para que el café tenga mejor sabor! Esto significa que la calidad del agua tiene un papel importante en el sabor del café. El agua con la que elaboramos nuestro café no es básicamente agua, o sea, químicamente, nuestra agua de elaboración no es pura: contiene minerales disueltos, sustancias químicas y gases, muchos de los cuales tienen un papel importante que desempeñar al preparar café. Si bien ciertamente hay más que aprender acerca de cómo cada componente afecta la elaboración de café, ya tenemos una base sustancial de conocimiento establecido sobre el agua y el café. Hablando en términos prácticos, la mejor agua para colar café tiende a tener un sabor y un olor bastante neutros, por lo que aporta poco en la forma de sabores desagradables al café en sí. Científicamente, las cosas se vuelven más complicadas. En gran parte de los Estados Unidos, el agua que sale de su grifo probablemente ya cumpla con esos criterios prácticos. Tal vez, en el peor de los casos, tenga algunos sabores extraños de tuberías de metal viejo, olor a cloro o demasiado calcio o magnesio de agua dura. En muchos casos, en el hogar, simplemente puede filtrar el agua y estar en el camino correcto para preparar café con buen sabor. Si no eres tan quisquilloso con tu café y estás contento con los resultados de tu elaboración, entonces la persecución podría terminar ahí. ¿Qué deberías hacer si prefieres no preocuparte por todos estos detalles y simplemente quieres preparar una taza de café decente? En la mayoría de los casos, probablemente pueda dirigirse a su supermercado local y abastecerse del agua de manantial más barata. Si sabe lo suficientemente bien por sí solo, es muy probable que se use para el café y no debes preocuparte por los detalles. Si está pensando que le gustaría obtener agua realmente buena pero no está seguro de cómo abordar toda la química involucrada, incluso puede comprar productos diseñados específicamente para la elaboración de café: algunas cafeterías le venderán algunos de sus productos pre-balanceados. Puede preparar agua o puede comprar agua de ósmosis destilada o inversa (ambas están muy purificadas y casi sin contenido de minerales) y agregar un producto para tratar el agua con minerales específicamente balanceados para preparar el café. La pureza del agua te produce un excelente café, al igual que la pureza de la iglesia produce un testimonio que da la gloria a Dios. No podemos contaminarnos con las cosas del mundo, aunque estemos en Él. Debemos, al contrario, ser la sal del mundo y la luz en medio de la oscuridad. Cada día se publica más sobre lo contaminada que se encuentra la iglesia y como imita lo que está de moda. Nuestro fundamento no cambia según los tiempos, ni se atempera a la sociedad actual. Solo el Espíritu Santo puede ayudarnos a mantenernos firmes, reteniendo lo que por gracia hemos recibido. La Palabra de Dios nos purifica, es nuestro filtro de lo que debemos retener y lo que debemos desechar. Cada cual conoce sus debilidades y la manera efectiva de seguir creciendo es alejarnos de lo que nos estorba. Como iglesia debemos reflejar el amor de Cristo, al igual que su carácter. El ir con prisa por la vida no nos permite analizar lo que hacemos. Debemos detenernos y en oración cada día poner el filtro para producir una vida más pura, para que otros puedan gustar del Señor, sin sabores amargos, ni olores extraños; que otros puedan gustar y ver que bueno es el Señor. Oremos pidiendo a Dios que nos ayude a recordar que hemos sido llamados a reflejarle para que otros vengan a Él. Que podamos recordar que somos la iglesia, llamada a ser separada para Dios en medio de los tiempos en que vivimos y que nuestro testimonio no sea de estorbo a los que nos rodean para gustar las bondades del Señor. El objetivo de un molido adecuado es obtener el mayor sabor en una taza de café. La calidad del café molido depende del método de preparación. La cantidad de tiempo que los granos estarán en contacto con el agua determina el grado ideal de molienda. En general, cuanto más fina sea la molienda, más rápidamente se preparará el café. Es por eso que el café molido para una máquina de café espresso es mucho más fino que el café preparado en un sistema de goteo. Independientemente de su método de preparación de café, el objetivo básico de moler café es el mismo: descomponer el grano de café tostado para exponer el interior del grano y permitir la extracción de la cantidad correcta de aceites y sabores. El café molido tiene mucha más superficie que el café de grano entero, lo que permite que el agua (el agente de extracción) haga contacto con más café cuando se prepara. Más contacto significa más extracción de sabor y mejor rendimiento. La calidad ideal (o grosura) de su café molido depende principalmente del tipo de método de elaboración que vaya a utilizar. En general, si prepara café molido demasiado grueso, el café puede ser extraído (débil) y menos sabroso. Sin embargo, si su café está molido demasiado fino, el café puede ser extraído en exceso y amargo. Pequeños cambios en el tamaño de la molienda pueden afectar drásticamente el sabor de su elaboración final. DESCRIPCIONES DEL TAMAÑO DE MOLIDO (Cómo identificar el tamaño de su rutina): Grueso: Distinto, grueso, trozos de granos de café. Como la sal kosher pesada. Medio: Textura arenosa con copos visibles. Como arena muy gruesa. Fino: Textura mucho más suave. Como la sal de mesa, tal vez un poco más fina. Extra Fino: los granos de café todavía apenas perceptibles. Más fino que el azúcar granular. Turco: Pulverizado sin granos. Como la harina. ¿Saben qué? Hemos hablado de cómo este proceso del café se compara a nuestras vidas, sobre todo si la relacionamos a nuestro proceso de crecimiento y maduración espiritual, y ahora nos toca hablar del molido del café. Les voy a decir algo: no puedo comparar este proceso con nosotros. Este proceso difícil de ser molido por nuestros pecados era lo que merecíamos todos, ya que todos somos pecadores sin excepción, pero Dios en su rico amor y misericordia, por medio de su gracia, envío a su Hijo Jesucristo a morir por el pecado de todos nosotros. Este proceso lo sufrió Él, por ti y por mi. Sin nosotros pedirlo, sin siquiera apreciar tan gran gesto de amor por la humanidad. Todo el peso del pecado estuvo sobre Él en la muerte de la Cruz, y su cuerpo fue molido por tal motivo. Porque Él fue molido, es que podemos decir que tenemos una vida eterna en los cielos. Porque Él fue molido es que nuestras vidas tienen propósito y podemos ser de bendición a otros. Porque Él fue molido es que puedo tener paz. Porque Él fue molido es que tengo esperanza. Porque Él fue molido es que yo tengo descanso y tengo quien renueve mis fuerzas cuando no tengo ningunas. Él pudo obtener la victoria en el proceso, mientras que yo solo iba a recibir mi merecido castigo. Lo único que nos toca es tener fe y creer en Él. Reconocer que somos pecadores y necesitamos de la salvación que sólo Él nos puede dar, ya que la compró en la cruz. Oremos al Señor agradecidos por el gesto de amor más grande en el mundo. Que podamos recordar de donde Él nos sacó y podamos compartir esta verdad con los que nos rodean. Ya Él hizo y sufrió el trabajo más grande que debía hacerse para darnos la vida eterna. Demos gracias continuamente y glorifiquémosle con nuestras vidas. Amén. La consideración más importante cuando se tuesta el café es saber cuando detener el tostado. Distintos cafés pueden requerir diferente tiempo de exposición. Cada tueste resalta u opaca determinados atributos del grano. Con un tueste oscuro es mas fácil no equivocarse. Un tueste liviano resalta las notas propias del café y es cada vez mas utilizado para los cafés especiales. Siempre podrá experimentar y será su gusto el que decida el punto apropiado en cada caso. El tostado transforma el café verde en los frijoles marrones aromáticos que compramos en nuestras tiendas o cafés favoritos. La mayoría de las máquinas tostadoras mantienen una temperatura de unos 550 grados Fahrenheit. Los frijoles se mantienen en movimiento durante todo el proceso para evitar que se quemen. Cuando alcanzan una temperatura interna de unos 400 grados Fahrenheit, comienzan a dorarse y la cafeína, un aceite fragante encerrado dentro de los frijoles, comienza a emerger. Este proceso llamado pirólisis está en el corazón del tostado: produce el sabor y el aroma del café que bebemos. El color es el indicador mas evidente a tener en cuenta para saber el grado de tostado de un grano de café. Suele ser mas fácil comenzar por un tostado oscuro para después perfeccionarnos y encontrar poco a poco el punto mas adecuado. Este puede variar ya que tiene que ver con nuestro propio gusto, pero también con el grano seleccionado y con el método que utilizaremos para preparar el café. También los sentidos del olfato y el oído son indicadores importantes: Cuando los granos están casi acabados el olor a hierba mojada dará paso al olor a café. A medida que gana experiencia el sentido del olfato se vuelve más refinado. Una vez que los granos obtienen una determinada temperatura, el agua que contienen se convierte en vapor y es forzada a salir por eso los granos comienzan a crepitar. Las etapas del primero y segundo “crack” no están separadas por eso es importante prestar la máxima atención, sobre todo las primeras veces. Después de asar, los granos se enfrían inmediatamente ya sea por aire o por agua. El tostado se realiza generalmente en los países importadores porque los granos recién tostados deben llegar al consumidor lo más rápido posible. Muchas veces somos pasados por el fuego de la prueba en nuestro caminar. No nos resulta agradable, ni ligero, pero va a ir formando nuestro carácter y probando nuestra fe. Como el tostado del café, a veces tenemos pruebas las suaves, y en otras ocasiones, tenemos pruebas más intensas. Hay pruebas en la vida que nos marcarán para siempre, y nos irán preparando para ser usados por Dios. Hay cosas, que están bien arraigadas a nuestra naturaleza humana, que hay que quebrantar para crecer espiritualmente, como el orgullo, el egoísmo, la avaricia, el deseo de venganza y el guardar rencor. Arrancar estas actitudes que quizás llevan años bien acomodadas en nuestra alma, no va a ser tarea fácil, tendremos que pasar por el fuego, pero al final vale la pena. La fuente de agua viva nos purificará y traerá paz y gozo a nuestras vidas. Dios quiere que vivamos una vida abundante, descansados en la fe y en sus promesas, pero todas estas cosas deben ir muriendo a fin de alcanzar esa meta. No sentiremos La Paz de Dios que está disponible para nosotros si albergamos sentimientos dañinos que nos atan lejos de las bendiciones de Dios. Lo que no es verdadero no pasará la prueba de fuego. Se quedará ahí y seremos libres. El café debe ser tostado para poder sacar de él su mejor sabor, sus mejores atributos. Nadie quiere pasar por el fuego, pero es necesario, y Dios no nos deja solos, en medio del proceso, Él nos sacará cuando el tostado sea perfecto, y nos enfriará con su gracia. Entonces estaremos listos para servir, y para que otros perciban nuestro mejor aroma. Oremos para presentar nuestras vidas al Señor, recordando que la prueba produce paciencia y gozo al final. Que podamos siempre tener nuestra mirada puesta en Él, con la ayuda del Espíritu Santo, cuando nos encontremos en medio del fuego de la prueba, y podamos disfrutar de esa vida abundante que tenemos disponible desde el día en que le conocimos. Antes de ser exportado, el café pergamino se procesa de la siguiente manera: La maquinaria de descascarillado elimina la capa de pergamino (endocarpio) del café procesado en húmedo. El descascarillado del café procesado seco se refiere a la eliminación de toda la cáscara seca (exocarpio, mesocarpio y endocarpio) de las cerezas secas. El pulido es un proceso opcional en el que la máquina retira la cáscara plateada que permanece en los frijoles después de descascarar. Mientras que los frijoles pulidos se consideran superiores a los no pulidos, en realidad, hay poca diferencia entre los dos. La clasificación se realiza por tamaño y peso, y los frijoles también se revisan para detectar defectos de color u otras imperfecciones. El tamaño de los frijoles se pasa a través de una serie de pantallas. También se clasifican neumáticamente utilizando un chorro de aire para separar los granos pesados de los livianos. Típicamente, el tamaño del grano se representa en una escala de 10 a 20. Finalmente, los frijoles defectuosos se eliminan a mano o con maquinaria. Se eliminan los frijoles que no son satisfactorios debido a deficiencias (tamaño o color inaceptables, frijoles demasiado fermentados, dañados por insectos, sin cáscara). En muchos países, este proceso se realiza tanto a máquina como a mano, asegurando que solo se exporten los granos de café de la mejor calidad. Todo este proceso me recuerda el versículo que comparto al principio, de cómo la Palabra de Dios nos va perfeccionando, para que estemos preparados para toda obra de Dios. Dios quiere usarnos para trabajar para el reino, pero representamos a un Dios perfecto y Santo. Y aunque es cierto que en este cuerpo terrenal no alcanzaremos toda la perfección, lo cierto es que Dios comenzó una obra en nosotros, y nos dio un valor incalculable por la sangre derramada por Cristo en la cruz. Ya desde aquí comenzamos un proceso de santificación y restauración, donde se van quitando todas las impurezas del pecado y sustituyéndolas por verdades y principios espirituales que encontramos, precisamente, en la Palabra de Dios. Por eso es tan importante dedicar tiempo a leer, estudiar y meditar en la Biblia. Dios nos muestra su plan para nuestras vidas y para la humanidad allí. Además nos trae gozo y afirma nuestra fe con conocimiento. Es de gran beneficio y de crecimiento espiritual el ir eliminando lo que nos hace imperfectos, para que seamos de mayor utilidad para el Reino de Dios, siempre recordando que la gloria y la obra la hace el Señor en nosotros y a través de nosotros. Oremos y presentémonos al Señor para que nos ayude a dedicar más tiempo al estudio de su Palabra y que seamos obreros aprobados para toda buena obra. El cultivo del café es un trabajo duro, pero cultivar café desde la semilla hasta la cosecha es solo una parte del trabajo. Una vez que se cosecha el café, comienza el verdadero trabajo: procesamiento. El procesamiento del café es el acto de eliminar las capas de piel, pulpa, mucílago y pergamino que rodean un grano de café, el ingrediente crudo que el agricultor venderá. La forma en que un productor elige procesar el café tendrá un profundo impacto en cómo sabe ese café. Una vez que el café ha sido recogido, el procesamiento debe comenzar lo más rápido posible para evitar el deterioro de la fruta. Dependiendo de la ubicación y los recursos locales, el café se procesa de una de dos maneras: El Método Seco es el método antiguo de procesamiento del café, y aún se utiliza en muchos países donde los recursos hídricos son limitados. Las cerezas recién cosechadas simplemente se extienden sobre grandes superficies para secarlas al sol. Para evitar que las cerezas se echen a perder, se rastrillan y giran a lo largo del día, luego se cubren por la noche o durante la lluvia para evitar que se mojen. Dependiendo del clima, este proceso puede continuar durante varias semanas para cada lote de café. El Método Mojado elimina la pulpa de la cereza del café después de la cosecha para que el grano se seque solo con la piel del pergamino. Primero, las cerezas recién cosechadas se pasan a través de una máquina de pulpa para separar la piel y la pulpa del frijol. Luego, los granos se separan por peso a medida que pasan a través de los canales de agua. Los granos más ligeros flotan hacia la parte superior, mientras que los granos maduros más pesados se hunden hasta el fondo. Se pasan a través de una serie de tambores giratorios que los separan por tamaño. Después de la separación, los granos se transportan a grandes tanques de fermentación llenos de agua. Dependiendo de una combinación de factores, como la condición de los frijoles, el clima y la altitud, permanecerán en estos tanques entre 12 y 48 horas para eliminar la capa de mucílago (llamada parénquima), que está todavía apegada al pergamino. Mientras descansa en los tanques, las enzimas naturales causarán que esta capa se disuelva. Cuando se completa la fermentación, los granos se sienten ásperos al tacto. Los frijoles se enjuagan al pasar por canales de agua adicionales y están listos para el secado. Hablando de nuestra vida espiritual, llegamos con muchas capas de lo que hemos aprendido y adquirido en el mundo, sean costumbres, hábitos, tradiciones, actitudes, diferentes comportamientos y malas definiciones de los conceptos básicos de la vida, como lo son el amor, y la misericordia entre otros. Debemos comenzar en ese proceso según vamos madurando, a despojarnos de todo lo que traemos que nos impide correr la carrera de la fe. Tendremos que pasar por el calor y la espera, para con la perseverancia que tenemos a través del Espíritu Santo, ir despojándonos para poder revestirnos del poder y la gracia de Dios. Debemos despojarnos de toda altivez, arrogancia, autosuficiencia, para ir vistiéndonos de humildad, sencillez, y total dependencia de Dios. Según vayamos alivianando el peso, pareceremos ásperos para el mundo, pero seremos lo que el mundo necesita para encontrar a Dios. Seremos testimonio del carácter de Dios en nosotros. Pero el fruto final vale la pena. Habremos corrido la carrera de la fe culminando en la vida eterna con Cristo. Oremos al Señor presenta nuestras vidas para que nos muestre de que debo despojarme hoy. Que podamos confiar totalmente en su divina voluntad. Según la variedad, los árboles de café recién plantados tardarán aproximadamente de 3 a 4 años en dar frutos. La fruta, llamada café cereza, se vuelve de color rojo intenso y brillante cuando está madura y lista para ser cosechada. Normalmente hay una cosecha importante al año. En algunos países se puede recolectar dos veces al año, teniendo una cosecha principal y una secundaria. En la mayoría de los países, el cultivo se recolecta a mano, lo que lo hace un proceso difícil y que requiere mucha mano de obra, aunque en lugares como Brasil, donde el paisaje es relativamente plano y los campos de café inmensos, el proceso se ha mecanizado. Hoy día en Puerto Rico hay 10,000 caficultores con igual número de fincas, 16,000 recogedores de café y 45,000 torrefactoras con sus respectivos empleados. Se estima que la producción de café en el 2008 alcanzaba las 19 millones de libras.
De la misma manera, luego que la semilla de la Palabra de Dios ha germinado en nosotros, experimentamos la fase de crecimiento y maduración. Al igual que los frutos del café no maduran todos al mismo tiempo, así también nosotros vamos madurando en tiempos distintos. Mientras más tiempo dedicamos a nuestra relación personal con Dios, al estudio de su Palabra, y a la oración, más rápido iremos madurando. Ésto lo abonamos con el congregarnos para nutrirnos de la Palabra a través de las predicaciones y estudios bíblicos, y recibiendo el consejo, el apoyo y las experiencias vividas por nuestros hermanos en la fe, que ya han recorrido nuestras etapas tempranas de maduración. A su vez, nosotros seremos luego de apoyo para los nuevos retoños. Tendremos tiempos en que veremos obras maravillosas del Señor obrando en nuestras vidas, y tiempos en que Dios también estará obrando aunque no lo veamos florecer todo el tiempo. Pero confiados en la fe recibida por Él, sabemos que en todo tiempo Dios guarda a los suyos y el que comenzó en nosotros la buena obra, la terminará. Oremos al Señor para darle gracias por todo el proceso que hemos vivido hasta el día de hoy, y recordemos cómo hemos visto su mano en nuestras vidas y que traiga q memoria cómo nos ha ido transformando y llevándonos a madurar espiritualmente. Que podamos ser de apoyo a otros que andan en el mismo proceso que nosotros, esperando el tiempo de florecer, recordando que aún nosotros necesitamos seguir floreciendo y no hemos llegado a la meta. Toda la historia del café, todas las tazas que hemos tomado y compartido con otros, comenzaron con un grano de café. Un grano de café es en realidad una semilla. Cuando se seca, se tuesta y se muele, se usa para preparar café. Si la semilla no se procesa, se puede plantar y crecer en un árbol de café. Las semillas de café generalmente se plantan en camas grandes en viveros a la sombra. Las plantitas se regarán con frecuencia y se protegerán de la luz del sol hasta que sean lo suficientemente abundantes como para ser plantadas permanentemente. La siembra a menudo tiene lugar durante la estación húmeda, de modo que el suelo se mantiene húmedo mientras las raíces se establecen firmemente. El Café de Puerto Rico lo trajo el capitán del navío francés de nombre Gabriel Mathieu de Clieu. Este traía tres arbustos de café en su barco y dos de ellos perecieron por falta de agua. El tercero sobrevivió gracias a que el capitán compartía su ración de agua con el arbolito. Sembrado en Martinica, pronto produjo semillas que fueron traídas a Puerto Rico, lo que dió pie a un producto que llegó a ser considerado “El Mejor Café Del Mundo”. Se comenzó a observar una expansión gradual de su cultivo desde mediados del siglo XIX, no obstante, fue en la década de 1870 cuando se desarrolló aceleradamente su producción y venta mundial.El cultivo del café tiene la virtud de poder practticarse en casi todo tipo de fincas. Con el tiempo, los cafetales llegaron a dominar los paisajes agrícolas del interior montañoso y las exportaciones puertorriqueñas. Poco a poco el café se convirtió en el producto líder de la economía insular, rebasando a la caña de azúcar. Puerto Rico se había convertido en uno de los mayores exportadores de café en América. Esta se conoce como la “época de oro” del café en Puerto Rico. El café puertorriqueño que brota de la tierra volcánica de la Isla se cultiva de la semilla arábica, considerada la de más sabor entre las variedades de café. Regiones tropicales como Puerto Rico proveen las condiciones más favorables para el cultivo. Las montañas altas de la Isla, algunas que exceden 3,000 pies de altura, proveen una temperatura húmeda, fresca y abundante lluvia. Todo comenzó sembrando una semilla. Así comenzó mi nueva vida en el Señor, Dios plantó una semilla en mi. Utilizó a varias personas para ese propósito. Mi prima, que era mayor que yo, siempre sembraba en mi hermana y en mi, la Palabra de Dios desde que éramos muy pequeñas. Nos cantaba coritos cristianos, nos llevaba de visita a la iglesia, nos relataba historias de personajes de la Biblia, y modelaba con su ejemplo el carácter de una mujer cristiana. Todos somos llamados a ser instrumentos para sembrar el evangelio en el mundo. No necesitamos ir muy lejos, comenzamos con nuestro núcleo familiar y donde nos movemos a diario: el trabajo, la escuela, la comunidad. Muchos disfrutamos de tomarnos una buena taza de café, pero muy pocos de nosotros trabajamos las semillas y sembramos los arbolitos de café. Nos gusta ya disfrutarlo cuando va directo a la cafetera, la prensa, o a la taza. Muchas veces somos así en nuestras vidas. Nos gusta disfrutar de los resultados, pero no del proceso tedioso de sembrar que requiere toda nuestra paciencia. Disfrutamos compartir con los hermanos en la iglesia, pero son pocos los que disfrutan de ir a evangelizar, o les da temor hablarles a otros de Dios. Debemos darnos cuenta que somos simplemente instrumentos y que es Cristo quien siembra la buena semilla. Solo debemos hacernos disponibles, pero la obra es Suya. Las instrucciones están en la Palabra y son recordadas por su Espíritu Santo que nos guía a lo que debemos hacer. Es bueno disfrutar de los resultados pero gocémoslo desde el principio y hagámonos disponibles. Recuerda que el café que disfrutamos hoy comenzó con una sola semilla. Oremos al Señor para presentar nuestras vidas como obreros aprobados y disponibles para su obra. Que podamos disfrutar y gozar el proceso de sembrar la semilla de la fe y el evangelio en otros siendo instrumentos de Dios para el Reino. Amén. Recuerdo cuando era pequeña el olor a café que colaba mi mamá mientras nos preparábamos para ir a la escuela. Ella comenzaba su día con una taza muy pequeña, justo del tamaño que ella necesitaba para su café negro al despertar. Ya mi papá usaba una taza más grande para acompañarlo con leche. No podía faltar el café de las tres de la tarde, en casa de mis tíos, donde nos criaban mientras nuestros padres trabajaban. Éste lo compartíamos todos con alguna galletita o pedazo de pan. Luego, por muchos años, mientras la familia comenzaba a disminuir, por las pérdidas físicas, que son parte de la vida, y el migrar del país de los más jóvenes, así también fue disminuyendo mi amor por el café. Ya tenía mis dos hijos, y me encontraba sola, con el lastre de un divorcio, lo que me llevó a volver a los caminos del Señor que había dejado en mis años de universitaria. Ya no era la niña rodeada de familia, sino la joven adulta, que se encontraba con una nueva familia de la fe. El grupo de adultos solteros de mi iglesia fue de gran bendición y recibía allí un complemento de enseñanza espiritual a las predicaciones de los domingos y la escuela bíblica. Iba dirigido a mis necesidades como joven adulta soltera y cristiana. Y como regalo adicional, proveyó compañerismo sano y de edificación. Todos los viernes al terminar la reunión, salíamos juntos a tomar café y comer sándwiches. Aquí volvió el café a tomar parte importante en mi vida, al brindarme el calor entre mis hermanos de la iglesia, mi nueva familia. Unos años más tarde, entre tazas de café y el compartir la Palabra, Dios trajo a mi vida a mi actual esposo. No sólo es una bendición de Dios, sino que es más amante del café que yo. De ahí en adelante son muchas las tazas de café que hemos compartido y las que nos faltan. Nuestra casa siempre tiene café para compartir con nuestros amigos, mi familia adquirida y nuestros hermanos en la fe. No es solo el café, sino el compartir y el conversar a la manera antigua, y no simplemente en un chat a través de una pantalla. Todos debemos sacar ese ratito para conocernos mejor, compartir el pan y la Palabra de Dios, y estar atentos a las necesidades de los que amamos, que las prisas de este mundo no nos permiten enterarnos a tiempo. Y esta es la introducción a la nueva serie del blog: La ruta del Café. Espero que me acompañen y la disfrutemos juntos, pero sobre todo que demos gloria a Dios por lo que aprendamos a través de ella. Iremos conociendo un poco sobre el proceso del café y aplicaremos principios bíblicos a nuestras vidas. Oremos al Señor dando gracias por su presencia en nuestras vidas. Que podamos compartir lo que tenemos, sea poco o sea mucho con los que nos rodean. Que podamos reflejar el carácter de Dios al compartir amor con nuestros hermanos. Amén. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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