Sin importar cuántos años tiene la Biblia de haber sido escrita, o hace cuántos años ocurrieron los sucesos y las historias que en ella son relatadas, puede identificarme con ellos. En la Palabra de Dios encuentro relatos que se asemejan a situaciones que puedo estar viviendo ahora en el 2016. Leo la historia de Moisés, ya que estoy leyendo el libro de Éxodo en estos días, (¿recuerdan?) y leyendo estos versos puedo sentir una empatía hacia Moisés ppr cosas que acontecen en mi vida. Yo no se tú, pero yo he estado ahí... y muchas veces. Y uno se pregunta, ¿pero porqué cuando más quiero rendirme al Señor, cuando mas quiero obedecerle y llevar una vida que refleje su santidad, es cuando mas situaciones adversas me ocurren? Mira por ejemplo a Moisés. Dios lo llama para darle una tarea, él tiene un encuentro personal con Dios en la zarza ardiente, y con todas sus inseguridades decide ser obediente para liberar al pueblo de Israel de la esclavitud a la que están sometidos en Egipto. ¿Y qué logró? Ahora al pueblo le doblaron el trabajo y los castigos... y entonces llegan esos versos que comparto en este blog. Moisés se sintió que él sólo empeoró las cosas y que realmente no era apto para el trabajo. Así me he sentido yo muchas veces. Es como cuando estás lidiando en tu vida con una persona difícil, y estás determinado a dar testimonio y a mostrar el amor de Dios hacia esa persona, aún yendo en contra de lo que nuestro yo quiere hacer, y entonces ocurre algo fuera de nuestra voluntad que nos hace quedar mal de nuevo. Es frustrante muchas veces cuando las cosas no resultan como las planeamos o como las esperamos. Hay una solución para eso: Nuestras expectativas están mal. Moisés no se esperaba la decisión del faraón de añadirles más opresión. Nosotros muchas veces pensamos que mientras hagamos las cosas bien siempre obtendremos resultados satisfactorios. Pero en estas cosas no estamos tomando en cuenta la obra de Dios. En todas las cosas Él es el Señor, y Él siempre se va a glorificar. ¿De qué manera el pueblo de Israel, que había crecido por varias generaciones podría conocer y experimentar el poder de su Dios si faraón no endurecía su corazón? Dios siempre se va a glorificar en nuestras vidas. No debemos desesperar cuando las cosas no se ven como queremos. El plan de Dios siempre va a glorificarle a través de nuestras vidas. Dejemos que el Dios todopoderoso obre en nosotros para llegar a la tierra prometida. Oremos siendo sinceros ante el Señor y poniendo a sus pies las situaciones que nos afligen: desempleo, enfermedad, necesidad o situaciones emocionales y espirituales. Que podamos sentir su paz y estar seguros que estamoa cubiertos por su amor y que veremos su gloria en medio de cada situación.
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A mi hija adolescente le gusta mucho ir a una tienda que se llama Sephora. Es una tienda de artículos de maquillaje y belleza, donde te dan la oportunidad de probar los productos antes de comprarlos. Resulta que el nombre de la misma lo escogieron de la esposa de Moisés, de la cual se habla en el libro de Éxodo, y significa belleza. Leía su historia en la Biblia y recordé el nombre de la tienda y así corroboré la información buscando en internet. A Moisés se le llamó para una tarea sumamente importante, y difícil: ir a hablar con el faraón para pedirle que dejara ir al pueblo de Israel de Egipto. Un pueblo que llevaba a cabo en su esclavitud todas las tareas de construcción y trabajos pesados. No sólo eso, Moisés debía ir a decirle que dejara ir al pueblo porque así Dios lo había demandado, el Yo Soy. Moisés no se sentía capacitado para tal tarea, pero Dios le dijo que Aaron sería su ayuda, junto a las maravillas que Dios mismo obraría a través de él. Y va Moisés en esa nueva travesía, y su familia con él. Ahí ocurre lo del verso clave. Dios tiene un altercado con Moisés. Ésto llamó mucho mi atención. ¿Cómo puede ser posible si Dios lo había llamado y él iba de camino para ser usado por el poder de Dios? Pero Dios demandaba de Moisés una obediencia que comenzara por su casa. Séfora entendiendo esta gran verdad, hizo la circunsición q su hijo, cosa que le era demandada al pueblo de Israel, era un mandato de Dios que Moisés todavía no había cumplido. Muchas veces queremos servir, queremos ayudar a otros y trabajar para el reino de Dios. Pero Dios nos demanda obediencia en poner nuestro hogar en orden primero. No podemos salir a pretender cambiar el mundo cuando nuestro mundo inmediato no es atendido. Debemos hacer como Séfora que sin pensarlo dos veces obedeció al Señor y salvó su casa. Moisés se envolvió en la tarea que debía realizar y no previno esta situación. A todos nos puede pasar. Nos envolvemos en dedicarmos a la obra del Señor, y podemos descuidar lo más importante: nuestra relación personal con Dios y el hogar que nos regaló. Y no tienes que ser hombre o mujer, casado o soltero, tenemos no sólo a nuestros hijos o cónyuges, tenemos a nuestros padres o un hogar nuestro, que aunque vivamos solos, debe usarse para honrar el nombre de nuestro Dios. Él nos va a usar y glorificarse a través de sus obras, nosotros debemos estar listos para obedecer. Oremos para pedir al Señor que nos revele dónde debemos obedecerle para poner en orden nuestro hogar. Que estemos con un corazón dispuesto a obedecerle para luego trabajar en el reino para su gloria. Comencé a leer nuevamente el libro de Éxodo y me llamó mucho la atención el hecho de que el faraón comenzara toda su persecución y opresión hacia el pueblo de Israel basado solamente en el miedo. Sintió miedo por que eran mayor en número. Sintió miedo porque eran un pueblo poderoso. Sin embargo no conocía sobre las obras que Dios había hecho en medio de ellos y como había ayudado a Egipto a través de José en los tiempos de hambruna que se apoderaron de aquél lugar. Su miedo lo llevó a tomar decisiones de maldad. El miedo es algo que en diferentes medidas todos experimentamos. Existe el miedo que nos ayuda a protegernos del peligro a nuestras vidas, pero podemos experimentar el miedo que experimentó faraón hacia el pueblo de Israel. Por ejemplo, una persona que es trabajadora y realiza un trabajo de excelencia puede sentirse amenazada por otro compañero de trabajo cuando simplemente es un miedo a perder el empleo o una posición. El "bullying" en las escuelas muchas veces ocurre como un mecanismo de defensa ante el miedo a que sean ellos las víctimas, o porque ya lo han sido. Los miedos mal infundados que nos han enseñado hacia las personas deambulantes nos pueden llevar a rechazarlos o mirarlos con desprecio cuando en lugar de esas actitudes deberíamos sentir compasión. Ese miedo nos lleva a hacer el mal hacia otros: todo lo contrario a lo que Cristo espera de nosotros. Ese miedo no proviene de Dios. Dios nos habla en su Palabra que el verdadero amor echa fuera el temor. Dios es el verdadero amor. Él es amor. En lugar de actuar con mal hacia otros por miedo, debemos amarlos con la ayuda del Espíritu Santo y entregar todos nuestros temores al Señor. No quiero tener temor al punto de dar mal testimonio o negar mi fe. Sólo Dios nos da en su gracia lo que necesitamos para vencer. Aún cuando otros actúen en nuestra contra por temor, recuerda que Dios envió a Moisés a liberar al pueblo del faraón. Dios escuchó el clamor de ellos, como escucha el tuyo. Todo tiene un tiempo perfecto en sus manos. Oremos para que el Señor remueva de nuestros corazones todo temor que pueda llevarnos a hacer daño a otros. Que podamos en igual manera entregarle nuestras situaciones donde nos sentimos oprimidos como el pueblo de Israel para que tengamos descanso mientras Él obra. Hace dos días mi hijo me pidió permiso a través de un mensaje de texto para asistir a la "boda senior" del colegio porque fue invitado. Como parte de la clase que dan es escuela superior de Paternidad Responsable, llevan a cabo una boda simulada creada por los mismos estudiantes, en un local y con toda su recepción. cuando llego en la tarde a buscarlos, al salir del trabajo, le hablo sobre el tema para que me explique los detalles, y en ese momento mi hija se enteró que su hermano estaba invitado a la boda, pero ella no. Con su cara de asombro reclamó porqué lo habían invitado a el, pero ella no tuvo la misma oportunidad. Y es que escogen solamente dos estudiantes de los otros salones como representación. Todo esto trajo a mi mente las Bodas del Cordero donde muchos serán invitados, pero pocos asistirán. Bodas que fueron diseñadas para un pueblo escogido por Dios, que luego fueron abiertas a los gentiles por su gracia y misericordia. El Señor en su Palabra describe a la iglesia como la novia, quien Él mismo vistió de lino fino. La invitación está abierta, pero hay un requisito, y es ser lavados con la sangre de Jesús, derramada en su sacrificio en la cruz. Cuando nos es dado por el Espíritu Santo la convicción de que somos pecadores, que estamos lejos de Dios, y necesitamos su perdón para poder acercarnos a Él, nos concede el perdón de pecados a través de la salvación, y nos regala la vida eterna en Su presencia. Dios no sólo nos salva, nos da un nombre nuevo, escribe nuestro nombre en el libro de la vida, y nos viste con su santidad para que seamos aptos para entrar en su reino. Ésto nos da un nuevo significado a nuestra vida terrenal. ¡Qué importa a que boda aquí en la tierra no nos quisieran invitar! Dios nos invita a las bodas del cielo. Pero mientras llega ese momento debemos regar la voz, decirle a otros que hay una boda que es la que ellos no se quieren perder. La invitación a estas bodas ya te incluye el ajuar que vas a vestir. Debemos decirles que las bodas esperarán hasta que llegue el último invitado, hasta que la novia esté completa. Oremos dando gloria y honra a nuestro Señor porque Él es Santo y nos abrió un camino a través del sacrificio en la cruz. Que podamos invitar a otros a ser parte de esas bodas gloriosas. Leía en las redes acerca del dueño de "Wiki Leaks", sobre cómo ha expuesto su vida para publicar supuestas evidencias sobre cosas ocultas de los gobiernos, incluyendo las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Ésto le ha costado el estar exiliado en Ecuador. Y así veo tantas personas que lo dan todo por lo que ellos dicen es la verdad y no pueden quedarse callados ante ella. Vemos presos políticos, manifestaciones en las calles, diferentes protestas y publicaciones. La gente siempre está buscando la verdad. Donde les anuncian que tienen la verdad oculta sobre algo, ahí todos quieren escuchar. Andamos en una búsqueda exhaustiva de la verdad. Y, ¿quién conoce la verdad? Jesucristo nos dijo que Él es el camino, la verdad y la vida. Nos dijo que la verdad nos haría libres, y nos dio la encomienda de llevar la verdad a otros que no la conocen. Y lo cierto es que mientras otros exponen su vida por lo que ellos dicen es la verdad, nosotros los cristianos tomamos muy ligeramente nuestro rol en este asunto. Y los que se dan a la tarea, muchas veces lo quieren hacer por imposición. La Palabra nos llama a hacerlo con ternura. Nosotros llevamos el mensaje, pero Dios prepara los corazones para recibirlo. Nuestra verdad confronta hasta lo mas profundo del corazón y expone nuestra naturaleza de pecado ante un Dios Santo. Nuestra verdad incomoda. Nuestra verdad y el mensaje del evangelio van en contra de lo que este mundo quiere establecer como la verdad, aunque sea una cambiante. Nuestra verdad es absoluta, Dios no cambia. No es sólo para obtener conocimiento, la verdad nos transforma, actúa en nosotros. Ante tanta palabrería de este mundo, otros conocerán la verdad de Cristo cuando la vean reflejada en nosotros, cuando puedan estar seguros de como las vidas pueden ser cambiadas. Pero, ¿estoy viviendo yo de acuerdo a la verdad que he recibido? ¿vivo creyendo lo que leo en la Biblia? ¿cuán importante es para mí llevar la verdad a otros? ¿o mi verdad está fluctuando con el pensamiento general de la sociedad? ¿estoy dispuesto a enfrentar consecuencias por exponerla? Ciertamente Dios pone en nosotros el querer como el hacer, pero seremos mas obedientes y sensibles a su voz a medida que nos acerquemos mas a Él. Las tareas de este mundo fácilmente nos dejan atrapados en el tiempo y nos alejan de lo que debemos hacer para el reino de Dios. ¿Cuál es mi verdad? Oremos al Padre dando primeramente gracias por revelarnos su verdad y hacernos libres. Que nos recuerde durante el día quienes somos en Él y que su Espíritu Santo nos guie a llevar con denuedo su verdad a otros. Ayer visitaba una amiga en el hospital que acababa de tener un bebé. El bebé estaba hermoso y fue un privilegio poder cargarlo un rato mientras ella comía. Es interesante ver como buscaba estar pegado de su mamá todo el tiempo. Si ella hablaba mientras yo lo cargaba, él se despertaba y buscaba su voz. Nosotros como nacidos de nuevo en Cristo funcionamos de la misma forma. Nacemos con esa sed espiritual tremenda. Queremos hablarles a todos de lo nuevo que ha ocurrido en nuestras vidas, queremos leer la Palabra día y noche, anhelamos enormemente escuchar la voz de Dios, ¡queremos que Él nos hable! Pero al igual que un bebé, vamos a ir creciendo, y madurando. El bebé va a ir aprendiendo a hacer sus cosas solo, igual nosotros. Según crecen, ya no buscan tanto la voz de su madre, aunque la aman. Así nos sucede con nuestra vida espiritual, ese primer amor, donde no queremos hacer nada sin la confirmación de Dios. Ese anhelo ferviente de leer su Palabra día y noche, de depender de Él en todo, muchas veces lo vamos cambiando por rutinas y oraciones ensayadas. Pero aunque debemos ir creciendo, Dios nos exhorta a no olvidar ese primer amor. Debemos vivir en total dependencia de Él. No debemos conformarnos con que Dios enderezó nuestros psos y ahora vivimos tranquilos y no en malos pasos o circunstancias. Debemos cada día anhelar mas de Él. Debemos buscar cada día acercarnos mas a Él. Debemos tener la misma pasión que tuvimos al nacer. Debemos contagiar a otros. En nuestro caso, aunque seamos grandes, se vale caminar asidos de Su mano. Oremos para pedir al Señor que nos ayude a retener ese primer amor y anhelarle como un bebé recién nacido anhela a su madre. Que el pasar de los años no enfríe nuestra relación personal con Él. Utilizo mucho las botellas de agua comerciales porque me las llevo al trabajo y son fáciles de usar, con agua purificada. Con todas las nuevas ideas sobre el reciclaje del plástico, han ido cambiando el material de las botellas y cada vez el plástico es más fino. Es tremendo si ayuda al reciclarlas, el problema que tengo personalmente es que cuando voy a abrirlas, por ser tan finas, siempre las aprieto un poco para aflojar la tapa y se me desborda un poco de agua. Nosotros estamos llenos de bendiciones y amor al prójimo, no de nosotros, sino que Dios deposita en nosotros para que podamos ser sus manos y sus pies en la tierra. Hemos sido llamados a atender a las viudas, a los ancianos y a todo el que tenga una necesidad que podamos cubrir. No siempre son necesidades materiales. A veces hay gente que necesita un abrazo, una oración, oídos que los escuchen. Dios nos bendice para bendecir a otros, no para ser egoístas y disfrutarlo nosotros solos. Dios me dio un carro, ¿Llevo en él personas que necesitan transportación? Dios me dio una casa, ¿La utilizo para llevar personas que pueda bendecir? Dios me dio un trabajo ¿Aporto a las obras del reino y doy al quenlo necesite? Dios me dio el Espíritu Santo para ayudarme a llevar su evangelio por el mundo, ¿Lo estoy llevando a cabo? Nuestro problema es que somos como las primeras botellas de agua, duros. Solo siendo mas sensibles, blandos, podremos derramar las bendiciones que llevamos dentro. Como bien describe el versículo, la maldad de este mundo nos enfriará. Quizás alguna vez ayudaste a alguien que te engañó. Tu hiciste tu parte y tienes tu recompensa en los cielos, él hizo lo suyo y también tiene su paga del cielo. Este mundo ya está cansado de tanta palabrería y doctrinas. Conocerán a Dios por el amor que vran en nosotros. El mundo está ciego y no puede reconocer a Dios. Lo más triste del caso es que sus ojos ciegos tampoco ven su amor. Hagamos nuestra parte. Dios nos va a dirigir a donde haya necesidad, sólo no endurezcamos nuestros corazones. Oremos al Señor agradecidos por su gracia y amor inagotables para con nosotros. Pidamos que podamos ser sensibles a la voz del Espíritu Santo para ser útiles en medio de la necesidad. Ayer mi nene tenía una asignación donde debía reunirse con su familia para crear un plan de preparación para terremotos. Nos reunimos los cuatro, y él debía anotar que íbamos a hacer: antes, durante y después de un terremoto. Le decía entre las cosas que se dijeron que algo muy importante era mantener la calma. Muchas personas que se ven afectadas en un terremoto perdieron la calma y eso no las ayudó a pensar correctamente. Le dije que para poder mantener la calma, ayudaba mucho ya haberse preparado, porque ya sabes que debes hacer en el momento, y no tienes que improvisar. Nosotros en nuestra vida espiritual debemos hacer lo mismo. Terremotos de pruebas vienen inesperadamente a nuestra vida. Para eso debemos irnos preparando y creciendo en Su Palabra. Por eso tomamos estudios bíblicos, predicaciones o sermones, tenemos reuniones de oración, etc. Como cristianos no debemos quedarnos sin una preparación espiritual y luego en el momento difícil no tener idea de lo que hacemos. Hay situaciones que son muy difíciles aún cuando ya te has preparado, pero Dios nos ayuda a recordar todas las promesas que hemos aprendido en nuestro caminar y nos da paz y seguridad en medio de la crisis si ponemos nuestra mirada en Él. Recuerdo como de niña este tipo de eventos de la naturaleza me asustaban mucho, pero según he ido creciendo en edad y en conocimiento de la Palabra y de cómo Dios tiene el control sobre todas las cosas, el miedo se ha ido perdiendo. Dios tiene un plan para nuestras vidas que comenzó antes de la fundación del mundo. Es tiempo de nosotros confiar en su plan y anhelar el ir profundizando en Él. Como lo describió Pablo, ir de tomar leche a comer viandas. Oremos dando gracias a Dios primeramente porque Él tiene cuidado de nosotros y en su amor creó un plan para nuestras vidas. Que con la ayuda de su Espíeitu Santo podamos crear un plan familiar donde la base esté cimentada en Su Palabra para ir creciendo espiritualmente e ir guiando a nuestros hijos en el conocimiento de la verdad. Recordaba el cuento de Hansel y Gretel donde su malvada madrastra convenció a su padre de abandonarlos en el bosque. Los niños alcanzaron a escuchar el plan y se prepararon para marcar el camino a casa. Primero dejaron caer unas piedras en el camino para marcar la ruta y hallaron el camino de regreso a la casa. En la segunda ocasiòn hicieron el camino con migajas de pan que las aves comieron, y esta vez no pudieron hallar el camino de vuelta a casa. Veo nuestra vida espiritual de la misma forma. La entrada del pecado en este mundo nos alejó de Dios. El hombre siempre está buscando maneras de encontrar a Dios y regresar a casa, pero nuestras obras, religiosidad y ritos son como las migajas de pan que no permanecen y no nos ayudan a encontrar la forma de regresar a casa. Pero tenemos la roca, que es Cristo. Ese es el camino permamente. Es la única forma que tenemos para poder volver a la casa del Padre. El problema con las piedras en el camino, es que nuestro cuerpo de pecado nos hace verlas como tropiezos a nuestras vidas, como si existen para quitarnos la paz. Nuestras piedras del camino son las pruebas que debemos enfrentar. Ellas prueban nuestra fe y van acercándonos mas a Dios. Y ya la sangre de Cristo nos salvó, pero estamos en un peregrinar hasta que Él venga. Oremos presentando a Dios las "piedras" que estemos cruzando en estos momentos en nuestro camino y que nos ayude a verlas como parte de Su voluntad, y que sean de ayuda para seguir creciendo espiritualmente para volver a casa. Veo todos los días tantos mensajes en las redes sociales dirigidos hacia la mujer, de cómo son fuertes, de lo luchadoras que somos, de cómo no debemos dejarnos molestar por nadie, de cómo es el tiempo de desarrollarse y ser empresarias. Y todo esto es muy cierto, pero a veces nos podemos ver envueltas o irnos con la corriente de este mundo cuando cambiamos nuestras prioridades para poner el éxito en el primer lugar. Y Dios en su gracia nos ha dado dones y talentos para que nos ganemos la vida, pero la mujer tiene algo especial que no nos debemos dejar quitar. La mujer tiene una sensibilidad única para las cosas espirituales. La mujer tiene un rol en el hogar que no necesariamente implique que no trabaje fuera y esté obligada a ser ama de casa. No se trata de eso. La mujer Dios la hizo fuerte emocionalmente para ayudar a ser el soporte del hogar. No hay mejor forma de poner unos pilares firmes en el hogar como la oración. Las tareas diarias y la vida estresada que estamos viviendo nos quitan muchas veces tiempo de orar. Tenemos una cualidad que desespera a los hombres, y es que somos insistentes. Una mujer rara vez se rinde de inmediato por algo que quiere. Así que tenemos esa capacidad de insistir en la oración, como lo relata en los versículos que cito aquí. El mundo y la sociedad en que vivimos va en deterioro. Es tiempo de pararnos en la brecha por nuestras familias. La tarea de interceder por nuestras familias es la mas importante que podamos realizar, y no necesitamos estar casadas para hacerlo. Podemos interceder por nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros hijos, y algo bellísimo, por el futuro esposo que Dios puede traer a nuestras vidas. Las casadas apoyemos a nuestros esposos en oración, por amor, porque ardúa tarea tienen siendo el sacerdote del hogar. Es tiempo de luchar. Usemos el arma poderosa de la oración. Seamos insistentes y dispongámonos a ganar batallas. Parémonos en la brecha por nuestras familias y nuestras iglesias y Dios pondrá lo demás. Oremos sin cesar y pidámosle a nuestro Señor que nos dirija en la oración. Rescatemos con el poder del Señor lo que es nuestro con insistencia. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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