Recuerdo cuando anunciaron que iba a abrir en Puerto Rico una tienda que me encantaba visitar en los Estados Unidos.Vende cosas para el hogar y te muestran muchos ejemplos de como utilizarlo todo mas ideas de decoración. Es una tienda muy grande que nos tomó como dos horas el poder ver todas sus áreas. Y fuimos el fin de semana que abrió en el área metro del país y para mi sorpresa la tienda que abrieron aqui se podia ver completa en 10 minutos por lo pequeña que era. Sabrán que me fui muy desilucionada de allí. Lo que estuvo mal no fue el concepto que trajeron a a isla, fueron mis expectativas.
Somos expertos en crearnos expectativas para todo, y eso es lo que nos causa las mayores desiluciones. Las cosas no salieron como yo las había imaginado. Nos hacemos toda una película en nuestra mente de como deben ocurrir las cosas, o peor aún, como la gente va a actuar. Hasta esperamos muchas cosas que solo están en nuestra mente porque nunca las hemos comunicado para que otros conozcan nuestros anhelos y nuestros gustos. Y los demás nos fallan, o no actúan tan predeciblemente como esperamos. En nuestra vida espiritual aplicamos las mismas actitudes y tenemos expectativas de lo que Dios debe hacer con nosotros. Podemos crear una imagen de lo que debería ser mi vida si le sirvo al Señor. Pensamos que por ser salvos Dios debe librarnos de todo y evitarnos todo sufrimiento. Pero nuestras expectativas van a ser quebrantadas por este mundo caído y por los desiertos y pruebas que debemos enfrentar para seguir creciendo espiritualmente. Debemos venir ante Dios con nuestras páginas en blanco sabiendo que Él va a llenarlas de bendiciones y de cosas que nos ayudarán a bien. Las expectativas que Dios tiene para nosotros siempre serán mejor que las nuestras. Oremos para que Dios nos ayude a confiar plenamente en Él y en sus planes para nuestras vidas. Que podamos relacionarnos con los demás incondicionalmente, sin crearnos falsas expectativas.
0 Comments
El lugar donde trabajo me permite realizar tareas diferentes a diario, y no me quedo en una rutina repetitiva. Como parte de mis tareas visito lugares de trabajo para hacerle pruebas de laboratorio a los empleados. Estos empleadores asumen el costo total por las pruebas realizadas, ya que le brindan el servicio a sus empleados de vigilar su salud, al menos encargándose de la parte preventiva. Ellos les realizan todas las pruebas de rutina que una persona debe realizarse, al menos una vez al año. ¡Magnífico! Tienen en su lugar de trabajo, durante el tiempo de trabajo, todo un perfil de prevención anual y sin costo alguno. Comparado a las personas que tienen un seguro médico y además pagan deducibles por todo lo que se realizan, ¡ésto es fantástico! Pero si lo comparas a tantas personas, en este país que no tienen un seguro médico porque no pueden pagarlo, o las personas que viven en lugares donde ni siquiera hay facilidades médicas disponibles... ¡Ésto es una bendición! Pero lo más interesante de todo ésto es que muchos de los empleados rechazan estos servicios, perdiendo así una gran oportunidad.
Y uno puede detenerse a pensar: ¿Cómo es posible? ¿Porqué negarse a algo gratuito que además contribuye a una larga vida? Esas mismas preguntas pueden formularse para el regalo de la salvación a través de creer en Jesucristo para el perdón de pecados. Lo cierto es que la salvación también es rechazada por muchos. Ya Jesús hizo todo al morir en la cruz, pero no es de interés para muchos. Y yo que ya he recibido la salvación, ¿estoy viviendo de gratis (por su gracia) esa vida abundante que es prometida en Su Palabra, o creo una parte y ando rechazando las bendiciones? Oremos para que Dios aumente nuestra fe y podamos vivir esa vida abundante que está disponible gratuitamente para mi. Que yo pueda ser canal de bendición a otros que no le conocen o rechazan una salvación tan grande y gratis. El domingo de resurrección el coro de nuestra iglesia tuvo su cantata para la Semana Santa. Entre las canciones que se presentaron para adorar a nuestro Señor, había una de origen africano, en el idioma suajili. Fue una experiencia única, poder adorar todos, en otro idioma, y en otro ritmo, siendo África uno de los países que influyó en nuestros ritmos caribeños.
Ayudaba en estos días a mis hijos a escribir unos ensayos para la escuela. Ambos están en escuela intermedia y ya los trabajos no son tan cortos como solían hacer antes. Mi hijo varón me preguntaba como debía ser el ensayo. Yo entonces comencé a explicarle que el ensayo consta de varios párrafos donde el primero es muy importante. Es en el primer párrafo donde captas la atención del lector. Se acostumbra a que sea como un breve resumen de lo que va a desarrollarse en los próximos párrafos. Y comenzó el a hacer su trabajo.
Me crié en casa de los tios de mi mamá porque mis padres trabajaban. Era mi segundo hogar. Mi tía tenía muchas plantas, de todos tamaños y colores, y también tenía cactus. Pero recuerdo una planta en especial, de hojas verdes, sin nada especial. De hecho, no era una planta muy bonita, parecía muy simple. Pero, quizás era la planta mas interesante de todas. A veces, algunas personas que iban a visitar a mis tíos veían la planta y comentaban que ellos tenían una y nunca florecía, y algunos hasta habían salido de ella. Era ahí donde mi tía les explicaba que su nombre popular era dama de noche, y que solo una vez al año, o algunas veces, ella florecía y producía una flor bellísima, con un perfume agradable y muy intenso, pero sólo florecía de noche y ya moría al amanecer. Mis tíos, junto a mi prima habían pasado noches sin dormir, para poder disfrutar de tan bella y rara flor, y le habían tomado fotos. Las personas se asombraban, porque a simple vista, no parecía que fuera cierto.
Así me mostró hoy mi Dios sobre la muerte de Cristo en la cruz. Parecía ante todos que los romanos y el pueblo que no creyó en la deidad de Jesús había ganado. Para los discípulos y los que creían en Él parecía que todo había terminado. Aquéllos que no creyeron en Él, pensaron que tenían la razón al verlo morir. Pero, al igual que la flor, las cosas no eran como parecían. Él no había sido derrotado. Se acababa de cumplir una promesa, se cumplieron muchas profecías. Se había expresado el mayor de los amores. El amor que da su vida por otros. Se había abierto un camino para salvación, para llegar directamente al trono del Padre. El plan de Dios era perfecto, y estaba a tiempo. Dios hizo provisión para poder llamarnos sus hijos. Cuando en nuestras vidas las cosas no parezcan que están bajo el plan de Dios, recordemos la cruz. Oremos dando gracias a Dios por tan grande amor y sacrificio. Pidamos al Señor la fe para creer en sus planes para nuestras vidas. Recuerdo cuando Dios me ayudó a comprar la casa. La casa era la contestación a muchas oraciones que hice al Señor para ya no mudarme más. Luego de mis primeras nupcias me mudé 6 veces. En medio de un crédito no muy bueno por haber salido de una ley de quiebra, Dios concedió mi petición, no por mis méritos, sino por su gracia. Antes de mudarme habíamos ido a orar por la casa y la habíamos entregado al Señor. Pero hubo un suceso que me impactó a varios días de mudarme. Recuerdo que vino un señor para terminar de llenar unos papeles, del seguro, creo, y estábamos hacía como 5 minutos en la mesa del comedor cuando el me preguntó si yo era cristiana. Le contesté que sí pero como a la expectativa de porque me preguntaba. Él me respondió que él visitaba muchas casas, pero al entrar en la mía, sintió una gran paz, y eso le había ocurrido antes en casas donde vivía gente cristiana. Me quedé como sin palabras con su reacción. Recordé este suceso al leer el versículo de este día.
El nombre de Jesús es tan poderoso que donde es invocado, otros tienen que reconocer que en ese lugar hay algo especial. Siempre me ha impactado como dice su Palabra que es "nombre sobre todo nombre". No existe nombre mas poderoso que de Él. Aquí en la tierra escuchamos nombres de gente influyente, y hasta le causa temor a algunos. Pero no hay nada comparado al nombre ante el cual se doblará toda rodilla. Recuerdo mis momentos de crisis, en la etapa del divorcio donde me invadían la ansiedad y la desesperanza. Cuando ya creía que no podía soportar más lo que venía a mi mente era mencionar su nombre y todas las incertidumbres se disipaban, como si fuera un viento que deshace una tormenta y deja el mar en calma. Me producía paz, en el mismo instante. Cercano está Él a los que le invocan. Quiero invocar su nombre en mi casa, con mi familia, no sólo en semana santa, sino todo el año. Que otros que me visiten tengan que preguntar y sepan que allí invocamos y exaltamos el nombre de Jesús. Es una bendición inigualable el experimentar su presencia brindándonos paz. Oremos exaltando el nombre que es sobre todo nombre y démosle toda la gloria y el honor por su presencia en nuestras vidas. Que nos ayude a que otros nos vean y anhelen esa paz que Él refleja en nosotros. Amén. Cuando pienso en la Semana Santa, no puedo dejar de recordar como se observaba cuando era niña. En tan sólo unos veinte y tantos años, esta celebración ha tomado un giro completamente diferente.
En la semana santa, en mi casa, y en la de mis familiares no se podía comer carne, solo mariscos. Recuerdo que preparaban sierra(pescado) en escabeche al principio de la semana y lo guardaban en unos frascos grandes de cristal, y de ahí se comía toda la semana. El viernes santo no se podía trabajar, ni dentro, ni fuera de la casa. Ni cocinar, ni barrer, ni ninguna otra tarea doméstica. Todo el día en la radio y la televisión se transmitían programas y películas religiosas, historias de la Biblia y la pasión de Cristo. En la tarde íbamos para una de las avenidas principales para observar la procesión donde recreaban la pasión de Cristo. Aún recuerdo el miedo que sentía por los malvados soldados romanos, y la pena por ese Jesús sufriente. Ya el sábado, todo volvía a la normalidad, y daban los mejores bailes del año. Pero algo no ha cambiado. Dios miraba el corazón de los hombres detrás de esos sacrificios, y los sigue mirando hoy día. Ya no se observa esta semana con la religiosidad que solía reinar en esos días, mas bien, se ha perdido el respeto casi por completo, aún entre los mismo cristianos, dónde de tantas semanas que hay en el año, ésta es la mejor para ir de vacaciones y a la playa, lejos de la iglesia. Nos dimos cuenta de que la religiosidad era vana en esos días, y nos fuimos al otro extremo donde no vemos necesario recordar tan grande sacrificio, y enseñar a nuestros hijos y a los que no le enseñaron. El sacrificio de Cristo lo recordamos todo el año, y debemos respetarle de igual forma, no es eso. Es que vamos perdiendo nuestra oportunidad de hablarle al mundo y llevar el mensaje del evangelio, por sentirnos "normales" y hacer lo que hace todo el mundo. Muy pronto podremos ver que estas fechas serán días de trabajo normales, y se van a ir olvidando. Disfrutemos y deleitémonos en lo que aún tenemos. Invita a otros a llenar su corazón de Dios para cuando Él los observe. ¿Qué ve Dios en mi corazón en estos días? Oremos para dar gracias a Dios por un sacrificio tan grande y por tan obstinado amor que nos nos deja. Tengo una hija de 14 años y un hijo de 12. Muchas veces me he sentido perdida en el aspecto de como criarlos, pensando en la responsabilidad tan grande que tenemos como padres, donde todo lo que hacemos influye en sus vidas. Mis hijos tuvieron que enfrentar el divorcio y las consecuencias que aún se arrastran de ese suceso que impactó sus vidas. Y me pongo a pensar, en como debe ser un hombre y una mujer cuando ya son adultos. Y encontré este texto que llamó mi atención.
Dice que el hijo debe ser como una planta bien nutrida en su juventud. Una planta tiene la capacidad de tomar recursos del ambiente y produce su propio alimento. Una planta que va creciendo va creando raíces fuertes que le darán estabilidad cuando sea luego un árbol fuerte. Debemos nutrir a nuestros hijos en la Palabra de Dios, para que esas sean sus raíces fuertes. Ésto hará que cuando sea un hombre pueda tomar todo lo que haya a su alrededor y producir bendiciones para otros, como la planta produce oxígeno y ayuda a los demás. Ese niño, crecerá a proveer el sustento de su hogar, tanto físico como emocional y espiritual, siendo el hombre el que pastorea su hogar. Lo hará eficazmente si él está bien nutrido en amor, para que a su vez, el pueda amar a su esposa e hijos. De la mujer, compara a las hijas con columnas elegantes que embellecen un palacio. Las mujeres somos las que sostenemos el hogar. Aunque somos mas emocionales que los hombres, nuestra habilidad de desahogarnos, sea llorando o comunicándonos, nos hace mas fuertes en situaciones difíciles y podemos dar apoyo a nuestros hijos y a nuestros esposos. Por eso Dios nos llamó a ser la ayuda idónea. Debemos enseñar a las niñas a apoyarse en Dios desde pequeñas y a fortalecer su autoestima en lo que la Palabra nos dice. Somos hechura suya, por lo tanto, somos una obra maravillosa. Así podrán ser firmes, sin que nadie las derrumbe. Y ya como adultos, ¿Me siento firme en quien soy? ¿Trabajo para mantener el fundamento en mi vida que es la vida en Cristo? ¿Estoy ayudando a otros a nutrirse y les doy mi apoyo en situaciones difíciles? Oremos para que Dios nos use y seamos de soporte a otros, primeramente a nuestra familia. Que podamos enseñar a nuestros hijos la vida en Cristo como la raíz que necesitan en sus vidas para crecer conforme al propósito de Dios. Que seamos ayuda a otras mujeres, hijas, sobrinas, amigas y compañeras de trabajo a fortalecer su autoestima, ya que eso nos ayuda a mantenernos firmes. Como les he relatado anteriormente, me encanta la cocina. Escuché hace algunos años sobre el postre italiano Tiramisú. Me llamó la atención que tiene sabor a café. Así que me dí a la tarea de buscar la receta del Tiramisú que fuera auténtica italiana. Y lo preparé con los "ladyfingers" (galletas delgadas), el queso mascarpone, el café espresso molido y demás ingredientes. El resultado: un postre muy fino, delicado y con un sabor exquisito y diferente. Pero, resulta que luego de haber probado la receta original me encontré con varias imitaciones que le cambiaban todo el concepto original al Tiramisú. Comúnmente tienden a sustituir los ladyfingers por bizcocho esponjoso y el queso mascarpone, que es un queso suave y de sabor delicado por el queso crema, cuyo sabor es mas fuerte y mas denso en consistencia. Los que hacen estas sustituciones son movidos por la razón de que los ingredientes originales son mucho mas costosos.
Lo mismo hacemos con nuestra vida espiritual. El ser discípulos de nuestro Señor Jesús nos cuesta, tiene un gran precio. La mujer que derramó el costoso perfume a sus pies reconoció el precio de tener ante sí al Salvador del mundo, y le dio lo mejor que tenía. Para otros, eso era una locura. El tener a Dios como la mayor prioridad en nuestras vidas tiene un costo que este cuerpo terrenal no quiere pagar. Entonces queremos muchas veces "cambiar los ingredientes de la receta" para no pagar el costo. El costo varía por persona. ¿Qué Dios quiere que yo le entregue? ¿Qué área debe morir en mí para que crezca Él? ¿Qué debo dejar? No puedo sustituir esas cosas con ir a la iglesia o disfrazarlas con que es "lo normal" porque todos lo hacen. En el plan de Dios, Él nos va a ir perfeccionando. Aunque nos cueste, el resultado final será siempre de bendición y nos traerá el deleitarnos mas de Su presencia en nuestras vidas. Oremos para que Dios nos revele que costo debemos pagar para seguir creciendo espiritualmente. Demos gracias por que la salvación es por su gracia y misericordia y el costo lo pagó Él por amor. El hermano de mi esposo fue al cementerio municipal para ver la tumba de su mamá, recordando la fecha de su cumpleaños. Para su sorpresa, y no muy grata, halló la tumba rota, con basura y el féretro trastocado. Le tomó una foto y le comunicó la noticia a sus hermanos, incluyendo a mi esposo. Cada uno tuvo una reacción muy diferente, según su temperamento y sus creencias, pero todos compartieron la desilusión y el coraje, aunque fuera momentáneo por aquel incidente. Luego fueron y descubrieron que se habían llevado los huesos, sus restos. Ya no quedaba nada de du cuerpo terrenal, solo el vestido con el que le dieron sepultura. Así que todos se quedaron solamente con la curiosidad de saber como ocurrió y el sentimiento de que alguien no tuviera respeto por la tumba de su madre.
Una situación similar la experimentaron con la tumba de Jesús. El Mesías había sido crucificado por aquellos que no le creyeron, que no lo respetaron y no tuvieron temor de Dios. Pero todo había sido profetizado, al ser el plan de Dios para salvarnos del pecado. Los que le creyeron y le siguieron pensaron en que tuviera al menos una sepultura digna de un rey. Consiguieron una tumba de ricos para colocar su cuerpo. Estas mujeres quisieron completar el ritual y la preparación para el cuerpo de Jesús y cuando llegaron, para sorpresa de ellas, la piedra que cubría la tumba había sido removida; el cuerpo tampoco estaba allí. A diferencia de la experiencia de mi esposo, Ya Jesús había anunciado que iba a resucitar, y para confirmarlo un ángel lo recordó a las mujeres. La resurrección de Cristo fue la victoria de la cruz. El no encontrar allí su cuerpo fue motivo de asombro y de gozo porque fue el cumplimiento de una promesa de amor. La madre de mi esposo aceptó y creyó en esa promesa cuando estaba en vida. No hay nada que nos pueda separar del amor de Dios. No tuvieron temor de su tumba, pero ella tuvo temor de Dios y Él la resucitará el día postrero. Oremos para dar gracias al Señor por ese sacrificio de amor, que lo llevó a la cruz y lo hizo resucitar en gloria. Que Dios nos ayude a compartir con otros esa promesa de amor para que otros en vida puedan aceptarle y tener vida eterna. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
Categories |