Muchas situaciones he enfrentado a través de los años. Hemos tenido un huracán intenso, terremotos, pandemia, perdí mi empleo, y otras situaciones personales muy difíciles. En medio de todo esto, Dios me ha dado su paz, su consuelo, su provisión y la sabiduría para seguir adelante. Siempre me he considerado una persona nada rencorosa, y de esas que los corajes se le pasan rápido y sigo adelante. Pero lo cierto es que estas situaciones en estos dos últimos años, y en este año, han calado hondo en mí y me he estado enfrentando con la realidad de que no he sanado por completo y esto ha sido un proceso donde he ido perdonando y confiando en el Señor pero aún así, seguía albergando rencores. La Palabra de Dios nos confronta. “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” Hebreos 4:12 RVR1960 A través de su Palabra que ilumina hasta el rincón más oscuro del alma, mis rencores albergados salieron al descubierto. En mi corazón se susurraban estas palabras: “ Si crees que confías enteramente en el Señor, en su soberanía, y en que tu vida está en sus manos, el guardar rencor es no superar aún lo que te hirió, y ¿dónde está tu esperanza? Si tu esperanza está en Dios, sabes que todo será usado para su gloria, todo en tu vida obrará para bien”. Dios transforma el dolor y el rencor en testimonios de sanación y paz. Dios me ha bendecido y debo seguir confiando en su manera de obrar en mi vida. Mi esperanza está en quien nunca falla y siempre me acompaña. A Él le entrego mis heridas y Él las venda. A Él le entrego mis pedazos y Él los une con su infinito amor. Oremos al Señor entregando todo aquello que nos preocupe, nos duela para que sea Él nuestro consuelo y nuestra esperanza. Dejemos a sus pies todo anhelo de venganza confiando que su justicia es superior a la nuestra. Que nos ayude a sanar completamente sin albergar amarguras y rencores para que podamos disfrutar de su presencia y la vida abundante que nos regaló.
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Nos agobiamos tanto las mujeres por la belleza. Es una lucha incansable porque el mundo con sus modas y tendencias nos hace cambiar todo el tiempo y cuando no lo hacemos, experimentamos el no sentirnos hermosas. ¿Porqué dejarnos llevar de los estándares de belleza de un mundo tan cambiante y parcializado? Cada día vemos como todo se va enfocando en el consumerismo donde el producto principal somos nosotros. Los teléfonos inteligentes (smartphones) están diseñados para aprender tus gustos y tus anhelos, pero también tus miedos e inseguridades. El enfoque real es predecir tu próximo movimiento y peor aún, influir en la próxima decisión que tomes, basado en lo que ha conocido de ti. Pero Dios… el me conoce mejor de lo que me conozco yo. Él me creó. “SEÑOR, tú me has examinado y sabes todo de mí. Tú sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aunque me sienta lejos de ti, tú conoces cada uno de mis pensamientos. Sabes para dónde voy y en dónde me acuesto. Tú sabes todo lo que hago. SEÑOR, tú sabes lo que voy a decir aun antes de que las palabras salgan de mi boca. Tú siempre estás a mi alrededor, adelante y detrás de mí; siento tu mano sobre mí. Lo que tú sabes de mí es demasiado profundo; va más allá de lo que puedo entender.” Salmos 139:1-6 PDT El que me amó primero, conoce todo sobre mí y me hizo maravillosa. Cuido de mi cuerpo porque es templo de su santo Espíritu y para dar testimonio de su restauración para mi vida. “El corazón alegre hermosea el rostro.” Proverbios 15:13 #Elmehizohermosa Voy a vivir creyendo esta verdad y proclamándola. Vivir anhelando su voluntad y llenándome de su presencia me trae gozo y hermosea mi rostro. No hay una vida mejor. Llevemos la verdad que nos hará libres. Oremos al Señor entregando nuestras inseguridades y que sea Él trabajando en nuestras vidas para disfrutar de la vida abundante que nos regaló. Que podamos llevar el mensaje para que otros disfruten de la salvación y la libertad que solo Él puede dar. Tengo una pasión por la cocina y la gastronomía. Me encanta crear nuevas recetas, combinar nuevos ingredientes y saborear al final el triunfo de un buen plato. Pero el confinamiento por la pandemia y mi cambio de ambiente de trabajo a uno sedentario, no crean una buena receta, sino por el contrario, he aumentado mucho de peso. Hay muchas cosas en la vida para las que he sido fuerte y Dios me ha llevado de la mano pero el hacer dieta y ejercicio han sido siempre un talón de Aquiles para mí. Pero meditaba anoche en el Señor y Él me ha dado un dominio propio y me ha pedido que cuide de mi cuerpo que es templo del Espíritu Santo. Si quiero servir sirviéndole en varias áreas, debo estar en buena salud. Así que hoy, comienzo está nueva carrera, como parte de la que ya he estado corriendo desde que le conocí. Me confieso con ustedes para hacerlo real. Aún la carrera de la fe no la corremos solos. No sólo tenemos la guía del Espíritu Santo quien nos da las fuerzas y nos muestra la meta, tenemos una familia en la iglesia, donde vamos todos corriendo la misma carrera y nos servimos de apoyo. En este nuevo reto, comer saludable para hacer la dieta, es más costoso que comer alimentos que no aportan mucho a la buena salud. Pero a la larga, ¿qué es más costoso? Igualmente, el seguir a Cristo tiene un costo, pero ya Él cubrió el mayor costo tomando nuestro lugar en la Cruz. Corramos juntos la carrera animándonos unos a otros, dejando un lado las críticas para los que van más lento. Lo importante es que se están moviendo. ¿Y tú? ¿A qué te llama Jesús hoy? Oremos al Señor y demos gracias porque estamos participando de la carrera de la fe. Que su Espíritu Santo nos ayude a seguir con buen ritmo y guiándonos en el camino a recorrer. Todo lo podemos asidos de su mano en su voluntad. Hace un tiempo les escribí sobre un ministerio que impactó mucho mi vida, “la mesa turquesa”. Es la historia de una mujer, esposa de pastor, con tres hijos que se mudan a una comunidad en Texas y ora al Señor porque quiere servirle. Ella hace una fiesta de pícnic en su patio, por lo que ordena por internet una mesa de madera, la clásica que se ve en los parques con sus barquitos en madera. Pasada la fiesta, Dios le muestra que con esa mesa comenzaría su servicio. Ella la colocó frente a su casa y esperó. La gente de la comunidad comenzó a llegar y terminó siendo el lugar de reunión de la comunidad, donde todos iban a relajarse, a buscar consejos y a ser ministrados por Dios por medio de esta mujer con un corazón dispuesto. Puso en las manos de Dios, una mesa de pícnic. Dios aportó lo demás. Recientemente, ví una recomendación en Facebook por Yasmín Díaz acerca de un lugar que es galería de arte y coffee (café) bistro. Me llamaron la atención las obras de arte del lugar y como saben, soy amante del café y mi esposo y yo visitamos muchos coffee shops alrededor de la isla. Le pedí que de regalo de cumpleaños, el fin de semana pasado, fuéramos al norte de la isla a visitar el lugar. Se llama Alegrarte Galería y Café y está ubicado en el 262 de la calle Del Parque en San Juan, Puerto Rico. Tengo que decirles que quedé muy impresionada con las obras de arte, cada detalle del lugar que es parte de la decoración de una manera intencionada y con una historia propia. Mientras estuvimos allí, Lou explicaba a una clase de arte que los visitaba sobre sus obras, pero también les daba su testimonio y les hablaba sobre el poder de Dios en sus vidas. Su esposo, Samuel, con un carisma que muestra el gozo del Señor, complementaba hablando de otros detalles. Lou, una artista, que puso en las manos de Dios su talento, y Dios les lleva las personas que necesitan entrar a ese oasis y recibir un mensaje de esperanza real. Ellos pusieron el arte, y Dios se encargó de lo demás. Tu y yo tenemos lo necesario para servir a Dios. La tarea principal la comenzó Él cuando me miró con amor. Si estoy aquí, es porque Él me miró con amor. La obra de llevar el evangelio a otras personas es completamente suya, y nos da el privilegio de ser sus instrumentos. Aunque estamos sirviendo, nos trae gozo el hacer la voluntad de Dios u encontrar el propósito hermoso que Él diseñó para cada uno de nosotros. Los afanes de la vida nos envuelven en tareas que no nos dan gozo, y más bien nos cargan de ansiedad y preocupaciones. En Él estamos completos y por su gracia podemos hallar descanso. Tú tienes todo lo necesario para ponerlo a sus pies y servirle. Es mi oración que puedas mirar a los demás como el nos miró a nosotros, con amor. Si no conoces que tienes en las manos, ve en oración con un corazón dispuesto y Él hará lo demás. Tus habilidades, dones y talentos no son iguales a los que te rodean. Dios diseñó algo especial para ti para cubrir necesidades específicas de personas que Él conoce. Lo que tienes en tus manos es suficiente cuando es puesto en las manos de Dios. Oremos al Señor dando gracias porque el nos miró primero, Él nos miró con amor y por eso estamos aquí hoy y podemos tener el privilegio de servirle. Que podamos rendir nuestra voluntad y poner a su disposición nuestros dones, talentos y bienes para que sean usados para su gloria. Amén. Damos valor a las cosas. Damos valor a las personas. Damos valor a las acciones. La sociedad nos ha enseñado que las cosas que llaman más la atención son más valiosas. Un maestro, un médico, un abogado, una celebridad social tienen mayor valor que un conserje, un mensajero, un recogedor de basura, un científico que no ha publicado nada, aún cuando esas funciones no llaman la atención tienen mayor importancia que las celebridades. Desde la escuela competimos por los papeles protagónicos en las obras, las estrellitas en la frente, y algunos se dan por vencidos, pensando que no son capaces de obtenerlos o no los merecen. Pero Dios, piensa en cada uno de nosotros por individual. “Es el mismo y único Espíritu quien distribuye todos esos dones. Solamente él decide qué don cada uno debe tener.” 1 Corintios 12:11 NTV Nuestro valor es el mismo ante el Señor. Todo lo que hacemos es por Él y para Él. Pablo instruye a la iglesia en Corinto a no competir por los dones espirituales, valorando unos mejores que otros. Al final del capítulo los lleva a decirles que sobre todos los dones, lo más importante es el amor, y entonces leemos 1 Corintios 13, muy conocido por ser el capítulo que habla sobre el amor y sus características. De nada vale si soy maestra y enseño sin amor. De nada me vale ir a orar por sanidad a las personas si no tengo amor. De nada me sirve ser líder de un ministerio si no tengo amor. Si estamos aquí, si hemos sido librados del castigo eterno, es por que Dios nos amó. Es su amor el que nos restaura. Es su amor el que nos sostiene y como hijos de Dios, que debemos ser imitadores de nuestro Padre, es el amor hacia los demás lo que da testimonio de que somos sus hijos. No sabemos amar. El mundo nos ha llevado al egoísmo y a amar superficial y frívolamente. Debemos aprender de Dios. Debemos vivir del alimento de su Palabra para poder conocer y ejercer el verdadero amor. El Espíritu debe irnos guiando. Hay que comenzar por ver a los demás como superiores a nosotros mismos, como nos exhorta la Palabra. El amor de Dios no son solo palabras, conlleva acciones. Si nuestros dones son ejercidos en amor, entonces podremos ser de edificación a la iglesia y a los demás. Es el amor el que nos lleva a la perfecta unidad. El don que poseas es un regalo de Dios y su valor no lo determina su nivel de exposición ante las personas. “Hay diferentes formas de actuar, pero hay un solo Dios que trabaja entre nosotros en todo lo que hacemos.” 1 Corintios 12:6 PDT Aprendamos a valorar todos los dones y pidamos al Señor no caer en esa competencia que solo refleja al mundo y no el carácter de Cristo. Atesora los dones que Dios te ha dado, úsalos para su gloria y bendice a otros. Oremos al Señor dando gracias por tan especial amor que nos mira a cada uno con tanto detalle. Que nos recuerde que nuestro valor se determinó allá en la cruz y somos llamados a bendecir a otros y a edificarnos en la unidad de Espíritu. Vivir en Puerto Rico, en área del Caribe y tropical, tenemos calor del sol todo el año. Podemos disfrutar de las playas y ríos en todas las estaciones del año. Frecuentemente, vemos turistas llegar a nuestra isla a disfrutar del sol y exponerse más tiempo del que nosotros acostumbramos. Y es que, nadie desea más el calor del sol que quien lleva meses en la nieve. Nadie extraña más el hogar, que quien lleva tiempo lejos de él. Nadie anhela saborear más una comida que quien tiene hambre porque no ha comido en tiempo. El pecado ha corrompido nuestras vidas y no somos agradecidos por naturaleza. Es por eso que la Biblia nos exhorta a ser agradecidos, a vivir dando gracias todo el tiempo. Muchas personas andan buscando el secreto para la felicidad y algunos hasta osan a “venderla”. No hay mayor felicidad que el disfrutar de todo lo que Dios nos ha dado. Solamente con entender un poco la herencia espiritual que hemos recibido, desvanecería totalmente el anhelar las cosas materiales. Podrías encontrar algo nuevo en lo que ya tienes. Dios hace nuevas todas las cosas y la gracia que ha derramado sobre nuestras vidas nos motiva a servirle y a vivir con gozo. Si no estamos contentos con lo que tenemos y no lo disfrutamos, es porque estamos mirando hacia lo que no tenemos y pasamos por alto como ciegos lo que ya poseemos. El mundo nos lleva a la avaricia y el egoísmo. La infidelidad ocurre cuando quitas tu mirada de lo que tienes para desear lo que no tienes. Familias, amistades, ministerios y hasta iglesias se rompen por la infidelidad a Dios. Este mundo no es perfecto y trae aflicción en él, pero Dios nos ha puesto en el camino miles de detalles que nos pueden dibujar una sonrisa, una canción y paz. La idea está en realmente mirar detenidamente lo que tienes en ti y a tu alrededor. El enemigo te siembra mentiras para que veas de manera distorsionada y te lamentes por lo que ves lejos de tu entorno que no posees. Eres rico y vives como pobre. Oremos al Señor dando gracias por todo y en todo momento. Que podamos llenarnos con la verdad de la Palabra y no con las mentiras y falsos deseos y sueños que este mundo quiere vendernos. Que nos ayude a disfrutar de esa vida abundante que nos ha regalado y comienza desde ahora. Hoy día está muy de moda las grabaciones, los libros y hasta cajitas con pensamientos y palabras de motivación que te lideran al éxito. Las redes sociales y el internet nos alejan cada vez más de las conversaciones reales y los tiempos de ocio que solíamos pasar junto a nuestros abuelos o padres, escuchando las historias de su niñez y nos incluían su aprendizaje en la vida y hasta datos históricos relevantes. Lo aprendido a través de la vida se pasaba de generación a generación. Los jóvenes comenzaban a trabajar y aprendían de los mayores, que ya tenían el camino recorrido y conocían sus mañas y trucos. Lamentablemente, pasaron de moda los consejos, el aprender unos de los otros, y todos creen conocer la verdad y lo necesario en la vida para triunfar. Se piensa que es mejor aprender solos con las frases motivational es para no deberle nada a nadie. Pero la mujer virtuosa, y el hombre de Dios tienen unas perlas de conocimiento en la Palabra de Dios. No hay mayor motivación que el conocer el plan de Dios para salvarnos y darnos vida eterna y plena, en paz mientras el mundo se mueve al caos. El libro de los Proverbios me encanta porque es como encerrar pequeños consejos, como dicen en inglés “life hacks” que te ayudan a tener la vida más fácil y lograr el éxito. Claro está, el éxito definido en la Biblia no es el mismo que define el mundo, pero el éxito para los hijos de Dios llega con un gozo indestructible y una espiritualidad que nos lleva a confiar nuestras vidas en quien es Todopoderoso y nos ama tanto como para dar la vida de su Hijo por nosotros. Vemos como en Proverbios se habla mucho del corazón. Es allí donde comienza todo. Es en el alma donde están contenidas todas nuestras emociones, anhelos, sueños y deseos, que se libra la batalla con la sabiduría. Es nuestro corazón el que se quebranta con las situaciones dolorosas de la vida y quién define inconscientemente nuestras palabras y acciones. Pero Jesucristo vino a sanar a los quebrantados de corazón. Es en Él que podemos llenar el corazón de gozo y felicidad sin importar las circunstancias externas. Hablo de esa felicidad que se contagia y no lleva a envidia. Es esa felicidad que hace tu rostro radiante al reflejar la luz de Jesús. “La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella.” Proverbios 10:22 RVR1960 Pido a Dios que nos ayude a encontrar las respuestas en su Palabra y no en las frases que el mundo nos pueda ofrecer que nos llevan al egoísmo y la envidia. Veíamos anoche mi esposo y yo un documental sobre la vida de un chef famoso, sus logros y sus motivaciones para dirigirse en ese camino. Me impactó mucho que su relación con su padrastro influyó en sus inseguridades, su autoestima y cómo utilizó ese rencor para abrirse paso en la vida. Aunque logró una posición muy privilegiada y fue el pionero en muchos ámbitos, sus inseguridades lo perseguían como una sombra y siempre entendía que algo le faltaba. Esto llego a afectar aún au familia. Y es que la relación con nuestros padres es importante. Hoy podemos ver muchos padres que son buenos proveedores pero no están presentes en la vida de sus hijos. Están presentes para ejercer disciplina, pero esa relación de amor carece en estos días de ser poco común. El mundo nos envuelve en sus redes de consumerismo y el aparente éxito. Pero el éxito puede definirse de muchas maneras, pero no todas las definiciones traen sosiego, paz y esa verdadera sensación de plenitud a nuestras vidas Todo esto me llevó a pensar en Dios, nuestro Padre. Él es perfecto. Él es el modelo a seguir. Dios nos adopta por medio de la fe, nos justifica por medio del sacrificio de Jesucristo y nos da vida eterna. Pero no sólo se queda como nuestro proveedor, aunque nos suple todas nuestras necesidades. Él nos creo para tener una relación con Él. Dios no es un padre ausente. Él quiere hablarnos, consolarnos, darnos gozo, y llevarnos a experimentar ese deleite en su presencia. Sin embargo, somos nosotros los que muchas veces podemos terminar como los que hacemos sin estar presentes. Podemos trabajar, servir para el reino, pero Dios anhela nuestra comunión. Y lo maravilloso de esto es que Él está completo en sí mismo. No nos necesita. ¡Al contrario! Nosotros le fallamos constantemente, pero aún así nos ama y nos va perfeccionando cada día. Es en ese tiempo a solas que somos sanados, que escuchamos su voz, su dirección, que se desnudan nuestra alma y podemos crecer en obediencia a Él. Es en el meditar en su Palabra que reafirmamos nuestra autoestima, nuestra identidad y nuestra seguridad. ¡La clave está en la relación! Que como padres también apliquemos ese principio. Muchos de los problemas de nuestra juventud es por la falta de atención que reciben de sus padres. Que pongamos como prioridad nuestras relaciones, con Dios, nuestros cónyuges, nuestros hijos, nuestras amistades y hermanos en la fe. Es ahí donde se logra esa koinonia y unión entre la iglesia. Oremos al Señor para que nos ayude a cultivar nuestra relación con Él. Todo lo demás fluirá sin pensarlo. El tiempo que pasamos a solas con Dios se nota. Si algo escuchamos mucho es que las mujeres somos “multitasking” o realizamos varias tareas a la vez. Esto se agudiza en las que tenemos un temperamento colérico (más adelante les escribo un blog sobre los temperamentos) que no hemos terminado lo que tenemos en mano y ya tenemos planeados o soñados 10 proyectos más. Dios diseñó a la mujer para ser la ayuda idónea que el hombre necesitaba. Dios había dado al hombre las tareas de administración de las especies creadas y su entorno. Dios le dio a la mujer otras características distintas a los hombres para que pudieran complementarse. No quiere decir que en determinado momento y dadas las circunstancias cada uno pueda realizar cualquier tipo de tarea, pero para cada uno, ciertas tareas fluyen con mayor naturalidad. Hoy día, los estilos de vida han cambiado y las mujeres tenemos muchas cosas en las manos, e igualmente hay hombres con tareas en sus manos que jamás pensaron realizar. Según existen las madres solteras, también hay hombres solteros, por dar un ejemplo. Podemos llegar a la ansiedad si seguimos construyendo planes sobre las bases equivocadas. Todos nuestros planes deben estar cimentados en Cristo. En ocasiones se nos hace difícil entender su voluntad para nuestras vidas. Yo he estado ahí. Pero es en esos momentos que debemos ejercer nuestra fe y mientras recibimos respuestas, ir dando pequeños pasos guiados por los principios establecidos en su Palabra. Su voluntad nunca va a contradecir la Biblia. Así que mientras conocemos el camino con certeza podemos irnos moviendo a la luz de la Palabra. “Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino.” Salmos 119:105 NTV El salmo 119 es una lectura excelente sobre la importancia y ayuda de la Palabra de Dios en nuestras vidas. Puedes comenzar por allí. No soy perfecta, Dios está trabajando en eso cada día por medio de su gracia, pero le pido a diario que me dirija en todo lo que voy a realizar en el día. Él me ha enseñado que sus planes y sus sueños son mejores que los míos y más increíbles que los que yo he soñado. Así que, ¡prefiero conocer los suyos y trabajar en ellos! Cada día trae su propio afán y nuestro Señor nos da las fuerzas y puede darnos la sabiduría que necesitamos para continuar dando pasos firmes y sin sentirnos abrumados. La función de este mundo es llevarnos al agotamiento, la depresión y la ansiedad. Pero Jesucristo dio su vida para vivamos en gozo y paz. Si me siento ansiosa o sin respuestas, debo volverme a Él porque estoy confiando más en mi intelecto que en su providencia para mi vida. En ocasiones tendremos que caminar como Abraham que salió de su tierra sin conocer en ese momento hacia donde se dirigiría. Pero algo tengo por seguro, el destino ya fue construido, ya está preparado y diseñado para mi disfrute, y para poder deleitarme en Su presencia. Sé por seguro que aún de camino, será imposible no adorarle y darle gloria por cada paso que me permite dar. Hoy quiero buscar su plan. Hoy quiero que sea Él quien me dirija. Sé que mis pasos no serán en falso si camino de su mano. Hacia donde voy, todavía no lo sé pero sí sé que continúa hasta la eternidad. Oremos a nuestro Padre celestial presentando nuestras vidas y renunciemos a nuestra voluntad para que sea la suya la que gobierne nuestras vidas. Entreguemos a Él toda ansiedad, incertidumbre y nuestros planes y sueños. Él tiene planes y sueños que amaremos y traerán deleite a nuestras vidas. Amén. Le llaman cápsula del tiempo o caja del tiempo a un envase o caja que se prepara colocando objetos, fotos u otros recuerdos que quieres guardar para redescubrirlos años más tarde. A veces los colocan cuando comienzan una familia y quieren abrirlos cuando ya los hijos son grandes o tienen sus nietos. En ocasiones, un grupo de amigos quiere colocar algo preciado para cada uno en símbolo de amistad, enterrarlo en el patio de alguno y años más tarde desenterrarlo juntos como un símbolo de una amistad que ha perdurado a través de tiempo. Suena como una idea muy interesante pero no siempre resulta como lo esperábamos. A veces se han olvidado de lo que guardaron, otras veces los lazos de amistad se han roto, y hasta personas han fallecido sin llegar a transmitir su tesoro a otros. Estas cajas han sido descubiertas en construcciones muchos años más tarde, donde nadie las buscó al término establecido. Recordaba sobre estas cajas mientras meditaba en el consejo que comparto con ustedes hoy: el perdón. ¡Cuánto nos cuesta perdonar! Sobre todo cuando fue grande la ofensa, inesperada como una traición y cuando el dolor es difícil de sanar. En ocasiones no sólo debemos perdonar a otros, debemos perdonarnos a nosotros mismos, y quizás a veces, también necesitamos perdonar a Dios en nuestro corazón. Así vi el caso de Noemí, la suegra de Rut. Vemos como Noemí tuvo la pérdida de su esposo, y luego la de sus dos hijos, quienes velaban por ella al enviudar. En aquellos tiempos, mayormente era el hombre quien traía el sustento al hogar, así que Noemí se sintió desamparada y hasta castigada por Dios. Podemos verlo en estos pasajes donde sus nueras se ofrecen a quedarse con ella para acompañarla en esta situación. “No, hijas mías, regresen a la casa de sus padres, porque ya soy demasiado vieja para volverme a casar. Aunque fuera posible, y me casara esta misma noche y tuviera hijos varones, entonces, ¿qué? ¿Esperarían ustedes hasta que ellos crecieran y se negarían a casarse con algún otro? ¡Por supuesto que no, hijas mías! La situación es mucho más amarga para mí que para ustedes, porque el Señor mismo ha levantado su puño contra mí.” Rut 1:12-13 NTV Noemí sentía que el puño de Dios estaba contra ella. En nuestra humanidad, pensamientos negativos podrían llevarnos a pensar que en medio de las circunstancias de la vida en este mundo imperfecto por el pecado, Dios nos ha abandonado o causado dolor. Pero esa no es la naturaleza de Dios, no es parte de sus atributos. Dios es amor y no hay nada malo en Él. Todo lo usará para su gloria y nuestras vidas serán bendecidas de maneras que no pensamos. Cuando no perdonamos, es como si enterráramos esa ofensa, ese dolor para guardarlo para el momento oportuno, como la caja del tiempo. Comenzamos echando poca tierra sobre él, mientras tenemos a flor de piel el dolor y en nuestra mente esa ofensa continuamente. Pensamos que el tiempo sanará las heridas y le seguimos echando tierra encima hasta que creemos que ya no lo vemos más y podemos llegar a pensar que estamos sanos, pero solo nos engañamos a nosotros mismos. Porque… ¿sabes? El día menos pensado, alguien va y desentierra nuestra caja. Entonces una palabra, una acción la lleva a traer de vuelta la situación de falta de perdón que creíamos olvidada, y ya se encuentra en mal estado, ya nos ha ido corrompiendo por el moho que genera, ya ni siquiera podemos recordar perfectamente como ocurrieron los hechos porque nuestros recuerdos están corrompidos por el rencor, la amargura y la falta de perdón. Como mujeres y hombres (para los que me leen) de Dios, necesitamos llevar la Palabra del evangelio, las buenas nuevas a tantas vidas que así lo necesitan, y no podemos estar viciados por todas esas situaciones enterradas sin solución. Es día de liberación. Es día de volver a sentir el gozo de nuestra salvación. Es día de disfrutar de esa paz que solo Cristo puede dar. ¿Sabes que pasó con Ana? Puedes leer el libro de Rut que es muy corto, solo 4 capítulos, pero quiero que sepas que Rut la acompañó, vieron la provisión del Señor con ellas y sus vidas llevaron a otros a alabar el nombre de Dios. Linaje escogido bendijo sus vidas. “Entonces las mujeres del pueblo le dijeron a Noemí: «¡Alabado sea el Señor, que te ha dado ahora un redentor para tu familia! Que este niño sea famoso en Israel. Que él restaure tu juventud y te cuide en tu vejez. ¡Pues es el hijo de tu nuera que te ama y que te ha tratado mejor que siete hijos!».” Rut 4:14-15 NTV Oremos hoy al Señor pidiéndole que escudriñe nuestros corazones y nos revele que todavía necesitamos sanar. Que nos ayude a través de su Espíritu Santo a perdonar las ofensas que cargamos para poder experimentar ese gozo que solo Él puede dar. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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