Me detuve hoy a pensar en como Dios ha ido cambiando mi carácter. Mi carácter era explosivo, me airaba fácilmente y si pensaba tener la razón discutía hasta el final con quien fuera (en realidad, con quien fuera). Era una mujer cantaletera, como decimos aquí cuando una repite y repite las cosas y vuelve loco a cualquiera. Todas estas actitudes mezcladas con un divorcio trajeron mucho desasosiego a mi vida. Aparte del divorcio, me he visto envuelta en muchas otras situaciones donde los corajes ante situaciones injustas me han quitado la paz.
Al día de hoy, aún sigo orando por algunas situaciones para que Dios las cambie. Y aunque llevo mucho tiempo orando por una en específico, Dios me mostró que era necesaria para moldear mi carácter. Ahí pude ver como a través de su misericordia para conmigo, ha ido poco a poco mejorando mi carácter para que a través de mi testimonio pueda glorificarle. Me veo hoy dia en las mismas situaciones pero tengo paz en medio de ellas porque ahora yo soy diferente. Es el mismo problema pero Dios me hizo ver las cosas diferentes. Y no que nada me moleste, todavía Dios está trabajando conmigo, pero el ver como en su amor me ha ido llevando es motivo para mi de gozo y paz. Dios es todopoderoso para cambiar cualquier situación, si estás orando por alguna, no desmayes, Él te escucha, pero si necesita cambiarte a tí primero, Su propósito va a cumplirse, y cuando veas los resultados experimentarás la paz. Hoy ese versículo tomó un nuevo sentido para mí porque mientras mas medito en Su Palabra y busco deleitarme en Su presencia, mientras mas tomo mi tiempo para rendirle adoración, mas experimento su paz en mi vida y en mi familia. La paz que Dios nos da es motivo de gozo y es contagiosa a otros. Otros te van a ver y van a anhelar encontrar esa paz que sobrepasa todo entendimiento. Oremos para que podamos entregarle al Señor toda preocupación, toda situación injusta que estemos viviendo, todo problema y vivencia difícil. Él conoce el propósito para nuestras vidas y es un privilegio que siga trabajando con nosotros en su fidelidad.
2 Comments
Mientras limpiaba mi esponja del baño para sacarle todo el jabón, vino a mi mente ese dicho: "los niños pequeños son como esponjas". Y es cierto, desde el momento en que nacemos, comenzamos a adquirir conocimientos, emociones, experiencias, sean estos buenos o malos. Comenzamos a crear formas de defensa cuando algo nos hirió, a guardar todo lo que nos activó una emoción y en base a eso que hemos almacenado vamos a actuar o responder en un futuro. Vamos almacenando costumbres, manías, corajes, rencores, y todas las enseñanzas que recibimos en nuestros hogares, la escuela y de las personas que nos rodean. De la misma forma que mi esponja se llenó de jabón.
Para limpiar mi esponja comienzo a pasarla por el agua, y comienza a absorber agua también. Entonces comienzo a apretarla para que vaya liberando todo el jabón que absorbió y le añado mas agua. Sigo este proceso hasta que ya solo obtengo agua cuando la exprimo. De la misma manera nosotros llegamos a los pies del Señor, arrepentidos, para ser limpiados por su sangre. Dios derrama su Espíritu Santo en nosotros que se simboliza con agua en varios pasajes de la Biblia. Dios quiere limpiarnos y ir renovando nuestra vida a una vida nueva, agradable a Él, para Su gloria. El Espíritu nos escudriña para ir sacando de nosotros las cosas que tenemos almacenadas que ahora van a ser tropiezo a nuestro caminar con Dios. Como yo tenía que exprimir la esponja, así pasaremos por desiertos y por el fuego en situaciones que nos dolerán pero nos van moldeando y limpiando a una vida victoriosa. Tenemos que vaciarnos para poder recibir las cosas nuevas. Una vez tengo la esponja limpia, ya puede ser usada de nuevo. Todo este proceso que el Señor va a ir completando poco a poco es para que podamos servirle y ser útiles para el Reino, ayudar y ministrar a otros. Es un privilegio dejarnos usar por el Señor, pero debemos ir siendo limpiados de nuestro carácter y todo lo que hemos cargado hasta el día se hoy. Oremos para que podamos cada día mas, ir despojándonos de todo lo que nos impida crecer espiritualmente. Que el Señor nos muestre Su voluntad para nuestras vidas a través de la oración y el estudio de Su Palabra. Amén. El día de ayer tuve que hacer diligencias en varios lugares y tomar muestras en la mañana a varios pacientes. Me encontré con una calle que tiene tránsito en una sola dirección cerrada al final, por lo que los carros debían subir la cuesta y bajarla en el único y estrecho, carril disponible. Pero debía llegar a allí porque iba a casa de una paciente. Se me hizo difícil poder estacionarme y mas aún, poder salir de allí en reversa ya que vehículos llegaban y no me daban paso. En la hora de almuerzo del trabajo, me dirigía a encontrarme con mi esposo para almorzar y el tráfico estaba bastante pesado, y la gente iba como loca, sin dar paso a otros, varios carros hasta se me cruzaron al frente. Y dije: "Dios mío, ¿Porqué la gente anda como loca? No siguen las reglas y las leyes. ¡Ya nadie respeta las leyes! "
Y entonces recordé como yo tampoco he respetado las leyes de Dios en diversas maneras. Ninguno de nosotros puede cumplir la ley, no hay justo ni aún uno. Traemos por naturaleza el rebelarnos ante las leyes. Entonces, ¿Quien soy yo para juzgar a otros? Porque la actitud en que expresé mi queja fue de crítica. No soy mejor que ellos, y en ocasiones tampoco con prisa le he dado paso a alguien. Debo recordar siempre de donde Dios me sacó. Soy una pecadora redimida por la sangre de Jesús. Lo bueno que hay en mí proviene de Él. Mi propósito en la vida es glorificarle con todo lo que hago. Hay una realidad, este mundo va de mal en peor, como ha sido profetizado. Pero en una sociedad donde se ha ido perdiendo la consideración por otros, Dios me ha llamado a tener misericordia; en un país donde hay personas en necesidad, Dios me ha llamado a ayudar a los pobres; donde no hay ninguna empatía, Dios me ha llamado a amar al prójimo; donde no hay ninguna esperanza, Dios me ha llamado a compartir las buenas nuevas de salvación. Tengo demasiadas tareas como para perder tiempo criticando a otros. ¿Otros llegarán a Dios por mi testimonio, o mis actitudes contribuyen a que nuestra sociedad siga hacia el mal? Si solo nuestro testimonio de amor y empatía, toca a las personas, vamoa conduciendo bien. Oremos para que Dios nos ayude a amar al prójimo, a tener misericordia como ya Él la tuvo conmigo. Vamos a ver cosas peores cada día pero que sea el Espíritu de Dios y su Palabra la que nos afecte y nos guie. Desde pequeños se nos enseña que tenemos que estudiar para tener éxito en la vida. Una carrera universitaria que nos prepare en el campo donde anhelamos trabajar debe ser una de las principales metas en la vida. Recuerdo cuando estaba en la escuela superior y tenía que decidir cuál iba a ser mi profesión. Desde pequeña había dicho que sería tecnóloga médica como mi prima, pero no se porque razón me sentí confundida o indecisa ya en cuarto año. Y la orientadora de la escuela estaba ofreciendo unas pruebas de aptitud que determinaban qué debias estudiar basado en tus habilidades y dominio de las materias escolares. Por estar muy indecisa en ese momento, tomé varias, y casi todas me decían lo mismo: que tenía habilidad matemática y que estudiara contabilidad o una profesión relacionada a las matemáticas. Terminé estudiando tecnología médica, como ya saben.
Y traemos ese concepto, aprendido en nuestra sociedad donde se nos enseña a determinar primero nuestras habilidades para luego poder desempeñarnos en algo. Y llevamos este concepto al campo espiritual. Queremos determinar que habilidades o entrenamientos traemos a la iglesia para luego ofrecernos a servir. El problema es que Dios trabaja de forma muy diferente. Él solo necesita que traigas una disposición a servirle que salga del corazón. Dios capacita a los que llama. Dios te llama a servir y entonces te entrega o desarrolla en tí lo que necesitas. De esta forma, todo lo que puedas lograr, todo lo que hagas, le dará gloria sólo a Él. Cuando no tenemos algo nuestro en que poner nuestra confianza, la depositamos en el Señor. Cuando no nos sentimos capaces, dependemos totalmente de Él. Es un privilegio que Dios nos use siendo Él Todopoderoso. Dios necesita cristianos comprometidos con el servicio al Reino, Él pondrá las ideas y las capacidades. Sólo tienes que hacerte disponible. Oremos para presentarnos ante Dios, como obreros listos para su obra. Queremos que nos muestre sus sueños y nos dirija a las obras que ya preparó de antemano para nosotros. Que podamos confiar que todo lo que necesitemos, Él, incluyendo las capacidades para servirle, lo suplirá. Amén En el laboratorio clínico donde trabajo recibimos una gran cantidad de pacientes pediátricos. Y como sacarle sangre no es nada atractivo para ellos, escucho toda clase de ofertas de parte de los padres y los abuelos que los acompañan allí. Les dicen que si se portan bien, les van a dar un dulce, o los van a llevar a comer al fast food favorito de ellos. Hasta les ofrecen si no lloran comprarles un juguete.
Nos acostumbran desde pequeños a obtener premios por nuestro buen comportamiento. Si obtenemos buenas notas en la escuela nos darán un diploma, o medallas, o hasta trofeos. Luego los padres orgullosos de sus hijos también los premian con regalos. Y se nos enseña que las cosas hay que ganárselas. Y ya con nuestra mente programada de esta forma, se nos hace difícil poder entender el concepto de la salvación. Entender que Dios siendo Santo y perfecto nos amó tanto que entregó a su único Hijo para que tomara nuestro lugar en la cruz, con nuestra mente terrenal, es difícil. La Gracia de Dios nos acerca a Él para salvarnos, es un regalo, sólo debemos creer. Y aún cuando llevamos ya tiempo viviendo como hijos de Dios, el recordar y entender su Gracia para nosotros nos lleva a vivir agradecidos, con un corazón que sólo quiere agradarle, servirle. La Gracia y misericordia que tuvo conmigo, está disponible también para otros. Es mi tarea compartir las grandes cosas que Él ha hecho en mí, para que otros también puedan recibir el mejor regalo. Oremos para dar gracias al Señor por su don inmerecido de la salvación. Que recordemos que en su misericordia y amor nos salvó, no siendo nosotros merecedores, al igual que todos los demás. Que Dios nos muestre con quien compartir mi fe el día de hoy. Recuerdo cuando niña los días que íbamos a casa de mi abuela. Siempre menestuvo curioso que mi tío trabajaba para una compañía de materiales de escuela y oficinas y en su tiempo libre de almuerzo tenía dos horas libres. Él las utilizaba muy bien ya que venía a la casa, almorzaba y se acostaba a dormir una siesta, y luego se iba a trabajar. Y es que la vida de nuestros abuelos era tan diferente. Ellos eran trabajadores pero sabían balancear su tiempo y para ellos no existía el stress. Ese es un término que surgió mas adelante. Y aún veo mis pacientes que tienen 80, y hasta 99 años siendo saludables y vivieron vidas tranquilas.
Para nosotros hoy día la prioridad es la producción de trabajo o para las amas de casa el hacer muchas tareas y diligencias donde ocupamos todo nuestro tiempo, vivimos dependiendo del reloj y ya en la noche estamos completamente agotados. Las cosas han cambiado, y ya no tenemos dos horas para almorzar como lo tenían ellos, pero tenemos algo aún mayor, tenemos las promesas hermosas de nuestro Dios. Nos dice en su Palabra que el estará con nosotros siempre, como la sombra a nuestra mano derecha. Él es la luz, por eso nos crea una sombra, y está para iluminarnos el camino, darnos dirección sin separarse de nosotros. Dice que el sol no nos fatigará de día. De día es que vivimos tan fatigados, estresados... pendiendo de las manecillas del reloj. Ni la luna de noche nos fatigará, porque de noche aún seguimos trabjando, o nos agobian entonces las preocupaciones de lo que haremos mañana, de lo que no nos dio tiempo a hacer hoy. Vivimos enfocados en hacer, producir y no "perder" tiempo. En otras palabras, vivimos fatigados. Así mismo hay tanta gente joven padeciendo de la alta presión arterial y condiciones del corazón. Este cuerpo terrenal se cansa, se fatiga, por eso el Señor nos dio el ejemplo de un dia de reposo, y nos da muchas promesas de que en Él hallaremos descanso. Descanso espiritual, descanso para nuestras almas, descanso para esas mentes que se agobian. "El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche", solo tienes que creerlo. Oremos para entregar al Señor todas nuestras preocupaciones y que sea Él dirigiendo nuestras vidas para tener en nuestra vida diaria deleite en su presencia y descanso para nuestras almas. Se podría decir que soy una chef aficionada, así que cuando tengo tiempo libre para ver televisión veo muchos programas de cocina. Me gusta uno en particular dónde chefs reconocidos van a competir contra el chef que tiene el show. El chef competidor tiene la opción de escoger el plato que ambos confeccionarán para ser evaluados por los jueces, quienes probarán "a ciegas" porque no identifican los platos. Es obvio, que el chef que es dueño del programa gana la mayoría de las veces porque es muy bueno en su trabajo. Lo que a veces uno no podría entender es porque los chefs que vienen a competir escogen un plato que es el mejor que cocinan, o es típico de su cultura, y no ganan la competencia. Deberían tener ventaja. Pero hay un detalle que los lleva a perder la mayoría de las veces, y es que se confían demasiado porque piensan que lo dominan a tal punto que ven imposible perder.
Nosotros, aún luego de haber tenido ese encuentro con el Señor, ponemos nuestra confianza en nuestras capacidades humanas para lo que sea que llevemos a cabo. Pero para tener una vida victoriosa debemos tener total dependencia de Dios. Enseñar la Palabra, por ejemplo, no tiene nada que ver con ser maestro de profesión. Cuando somos hijos de Dios nuestras batallas son espirituales y no podemos llevar nuestro hogar, dar testimonio en el trabajo y participar de ministerios con nuestra experiencia de vida profesional o nuestras habilidades físicas. Es necesario rendirnos ante nuestro Dios y reconocer que no somos nada sin Él, y todo lo que hacemos es para Su gloria y en total dependencia, para que Él nos guíe, nos facilite las palabras que debemos hablar y podamos obrar en humildad. Aunque nos sintamos firmes debemos recordar que nuestra firmeza viene de la roca donde estamos parados y nuestra confianza no es en mí misma, sino en un Diis que dio su vida por mi y reina en gloria. El depender totalmente de Él no me hace mas débil, al contrario, me hace mas fuerte. Estábamos en la casa anoche, luego de recoger los nenes y salir del trabajo, supervisando las asignaciones y trabajos especiales que ellos tenían para entregar hoy en el colegio. Entre que mi hijo entró a mi cuarto un momento a buscar algo con las llaves de mi esposo, y yo fui a dejar algo allí, nuestras dos únicas llaves se quedaron encerradas en el mismo. Y fue que yo, al salir, puse seguro como tenemos por costumbre cuando salimos de la casa, y aunque estábamos allí inadvertidamente lo hice.
En el momento se mencionó el comprar otra cerradura para romper la que teníamos. Pero mi esposo, que es todo un handyman (o sea, repara cosas, sabe de electricidad y otros asuntos) estuvo buscando la forma y abrió la cerradura sin romperla. Si te fijas bien, todos en una familia son muy diferentes uno del otro. Es mas, uno escucha la gente decir que los hijos son bien diferentes, y han sido criados bajo el mismo techo, en las mismas circunstancias. Y es que nuestro Dios todo lo hace perfecto. Coloca en cada familia diferentes carácteres, personalidades y diferentes habilidades para que cada uno tenga su parte esencial. Todos nos complementamos. Aunque diferentes, cada uno tiene su propósito y su labor. Aunque diferentes, todos somos importantes en fortalecer la familia. Somos creación hermosa del Señor, y diseñados para cumplir un propósito. Tienes una función en la vida. Tienes obras para realizar. Igualmente cada miembro de tu familia tiene algo importante que aportar. Debemos apreciar lo que ofrece cada uno. Quizás uno es bueno hablando, y itro escuchando. Uno es bueno reparando cosas y otro estudiando con los hijos. En fin, aunque seamos diferentes, somos necesarios. Es el Señor el que puede darnos la unión perfecta. Es admirable como Él se toma el tiempo de coordinar cada familia. Lo mismo ocurre en la familia de la fe donde Él coloca en cada congregación y ministerio personas con diferentes dones pero necesarias para completar la obra y expandir el reino. ¡Qué bueno que Él sí pensó en todo! Oremos para que el Señor nos ayude a apreciar lo que cada persona en nuestra familia, o hermanos en la fe tienen para aportar y completar una obra que ya Dios preparó para nosotros. Nos necesitamos los unos a los otros, siendo Dios el aceite que hace posible que todo ese engranaje pueda funcionar. Ha estado lloviendo en estos días, lo que me alegra porque el clima ha estado fresco en nuestra isla tropical. Y luego de varios días con las lluvias no he escuchado a nadie quejarse como en otras ocasiones. Pero es que para la misma fecha el año pasado el clima estuvo muy seco, y hubo muchos fuegos por los pastizales. Como consecuencia del clima tan seco que tuvimos, gran parte del país experimentó sequía y racionamiento en el servicio del agua, tanto para residencias como a negocios. Llegó el punto en que el pueblo comenzó a orar para que lloviera. Me imagino que luego de esta experiencia, ahora cada vez que llueve, las personas se alegran, o sienten alivio, porque ahora aprecian el beneficio de la lluvia.
Muchas veces tenemos grandes bendiciones en nuestras vidas que damos por sentado o pasan desapercibidas ante nuestros ojos. Es lamentable, pero necesario en ocasiones que tengamos necesidad de alguna para poder apreciar lo que tenemos. Las modalidades de este mundo nos afectan y se nos enseña a no ser conformes con lo que tenemos y que anhelemos siempre tener mas. La Palabra nos exhorta lo contrario, nos dice que primeramente busquemos el reino de Dios y su justicia y las demás cosas os serán añadidas. A medida que seamos agradecidos con lo que nuestro Señor nos ha provisto, reflejaremos mas Su carácter y viviremos sintiéndonos victoriosos. Dios tiene cuidado de nosotros y aún nos da mas de lo que esperamos. Él sabe de que realmente tenemos necesidad. Por su Gracia, tenemos lluvia de bendiciones en nuestras vidas a diario. Solo falta que salgamos y la disfrutemos. Oremos primeramente dando gracias al Señor por sus cuidados, su provisión y su gracia. Que podamos a diario ver y disfrutar de tantas bendiciones que nos regala. Que nuestro estilo de vida refleje lo bendecidos que somos en Él para que otros puedan glorificar Su nombre. Antenoche no pude dormir muy bien. Tenía dolor en el oído izquierdo y me molestaba mucho. Traté de dormir moviéndome en la cama de lado a lado, y así pasé la corta noche porque tenía que levantarme a las cinco de la mañana. Pensé que durante el día, iría a consultar a la doctora que tiene oficina en el mismo edificio donde trabajo para que me recetara algún medicamento porque de seguro tengo una infección.
El día transcurrió, muy ocupado, con diferentes situaciones que me quitaban de la rutina, y el tiempo pasó volando. Llegó la hora de irme, y luego de camino a mi casa recuerdo que no fui a visitar a la doctora. ¿Pueden creerlo? Con una molestia en el oído y no me fui a atender. Lo ocupado de mi día hizo que viviera con ese dolor y lo pasara por alto. ¡Increíble, pensaba yo! Pues como Dios utiliza todas nuestras vivencias para hablarnos, trajo a mi mente el versículo que aquí menciono, que habla de que todos somos parte del cuerpo de Cristo. Cada uno de nosotros debemosnvivir en una unidad tal que si un miembro se duele, los demás nos dolemos con él. Somos uno. Sin embargo, los estilos de vida que adoptamos de este mundo nos mantienen ocupados cada día más. Porque aún venimos a Cristo y los adaptamos a la vida cristiana. Si soy una persona que estoy acostumbrada a hacer mil cosas, llego a la iglesia y me cargo de ministerios también. Y no me malinterpreten, el servicio al Señor es un mandato, muy necesario, y algo natural que sale de un corazón agradecido. Es el estar tan ocupados que aún los de nuestra propia casa se duelen y lo podemos pasar por alto. De la forma en que vivimos y vamos a la iglesia, ¿nos damos cuenta si un hermanito tiene alguna necesidad física, emocional o espiritual? ¿Podemos notar si alguno está triste o deprimido, si necesita oración o apoyo? O, ¿vamos con tanta prisa a la casa de Dios, oramos, alabamos, escuchamos el mensaje y saludamos de prisa y nos vamos? Y si sabemos que tienen un dolor, una necesidad, ¿nos dolemos con él? Dice su Palabra que debemos ir creciendo en amor, en piedad, en virtud, o de lo contrario estamos como ciegos porque no recordamos de donde Dios nos sacó y perdonó nuestros pecados. Una relación mas estrecha con Dios nos guiará a estar en comunión con nuestros hermanos en la fe, no el tiempo que pasemos haciendo cosas. Y las cosas que hago que me ocupan mi tiempo, ¿Con qué motivación las hago? Oremos para que el Señor nos muestre en que le hemos fallado y nos haga sensibles a su voz para permanecer en una unidad perfecta con su cuerpo donde realmente nos dolemos unos con los otros cuando hay necesidad. Que nos ayude a examinar nuestra vida y organizar mejor nuestro tiempo. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
Categories |