Desde pequeños se nos enseña que tenemos que estudiar para tener éxito en la vida. Una carrera universitaria que nos prepare en el campo donde anhelamos trabajar debe ser una de las principales metas en la vida. Recuerdo cuando estaba en la escuela superior y tenía que decidir cuál iba a ser mi profesión. Desde pequeña había dicho que sería tecnóloga médica como mi prima, pero no se porque razón me sentí confundida o indecisa ya en cuarto año. Y la orientadora de la escuela estaba ofreciendo unas pruebas de aptitud que determinaban qué debias estudiar basado en tus habilidades y dominio de las materias escolares. Por estar muy indecisa en ese momento, tomé varias, y casi todas me decían lo mismo: que tenía habilidad matemática y que estudiara contabilidad o una profesión relacionada a las matemáticas. Terminé estudiando tecnología médica, como ya saben.
Y traemos ese concepto, aprendido en nuestra sociedad donde se nos enseña a determinar primero nuestras habilidades para luego poder desempeñarnos en algo. Y llevamos este concepto al campo espiritual. Queremos determinar que habilidades o entrenamientos traemos a la iglesia para luego ofrecernos a servir. El problema es que Dios trabaja de forma muy diferente. Él solo necesita que traigas una disposición a servirle que salga del corazón. Dios capacita a los que llama. Dios te llama a servir y entonces te entrega o desarrolla en tí lo que necesitas. De esta forma, todo lo que puedas lograr, todo lo que hagas, le dará gloria sólo a Él. Cuando no tenemos algo nuestro en que poner nuestra confianza, la depositamos en el Señor. Cuando no nos sentimos capaces, dependemos totalmente de Él. Es un privilegio que Dios nos use siendo Él Todopoderoso. Dios necesita cristianos comprometidos con el servicio al Reino, Él pondrá las ideas y las capacidades. Sólo tienes que hacerte disponible. Oremos para presentarnos ante Dios, como obreros listos para su obra. Queremos que nos muestre sus sueños y nos dirija a las obras que ya preparó de antemano para nosotros. Que podamos confiar que todo lo que necesitemos, Él, incluyendo las capacidades para servirle, lo suplirá. Amén
0 Comments
Leave a Reply. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
Categories |