Estábamos en la casa anoche, luego de recoger los nenes y salir del trabajo, supervisando las asignaciones y trabajos especiales que ellos tenían para entregar hoy en el colegio. Entre que mi hijo entró a mi cuarto un momento a buscar algo con las llaves de mi esposo, y yo fui a dejar algo allí, nuestras dos únicas llaves se quedaron encerradas en el mismo. Y fue que yo, al salir, puse seguro como tenemos por costumbre cuando salimos de la casa, y aunque estábamos allí inadvertidamente lo hice.
En el momento se mencionó el comprar otra cerradura para romper la que teníamos. Pero mi esposo, que es todo un handyman (o sea, repara cosas, sabe de electricidad y otros asuntos) estuvo buscando la forma y abrió la cerradura sin romperla. Si te fijas bien, todos en una familia son muy diferentes uno del otro. Es mas, uno escucha la gente decir que los hijos son bien diferentes, y han sido criados bajo el mismo techo, en las mismas circunstancias. Y es que nuestro Dios todo lo hace perfecto. Coloca en cada familia diferentes carácteres, personalidades y diferentes habilidades para que cada uno tenga su parte esencial. Todos nos complementamos. Aunque diferentes, cada uno tiene su propósito y su labor. Aunque diferentes, todos somos importantes en fortalecer la familia. Somos creación hermosa del Señor, y diseñados para cumplir un propósito. Tienes una función en la vida. Tienes obras para realizar. Igualmente cada miembro de tu familia tiene algo importante que aportar. Debemos apreciar lo que ofrece cada uno. Quizás uno es bueno hablando, y itro escuchando. Uno es bueno reparando cosas y otro estudiando con los hijos. En fin, aunque seamos diferentes, somos necesarios. Es el Señor el que puede darnos la unión perfecta. Es admirable como Él se toma el tiempo de coordinar cada familia. Lo mismo ocurre en la familia de la fe donde Él coloca en cada congregación y ministerio personas con diferentes dones pero necesarias para completar la obra y expandir el reino. ¡Qué bueno que Él sí pensó en todo! Oremos para que el Señor nos ayude a apreciar lo que cada persona en nuestra familia, o hermanos en la fe tienen para aportar y completar una obra que ya Dios preparó para nosotros. Nos necesitamos los unos a los otros, siendo Dios el aceite que hace posible que todo ese engranaje pueda funcionar.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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