¿Qué hay en mi corazón? Desde que nacemos vamos acumulando emociones, experiencias, buenas o negativas. Lo cierto es que lo vamos llenando poco a poco. Según físicamente es el motor que mueve el resto del cuerpo, emocionalmente también es lo que nos mueve. Desde pequeños nos enseñan que cuando alguien nos decepciona, "nos rompió el corazón". Pero lo que llevamos ahí guardado se oculta en secreto, en ocasiones, hasta para nosotros mismos. Les explicaré ahora como llego a este tema, y es que Dios tiene un plan perfectamente coordinado para nuestras vidas. Les había relatado anteriormente que estuve orando al Señor porque quería seguir creciendo en mi vida espiritual y quería servirle de una manera personal y hacer algo especial para Él, y así surgió este blog que con su ayuda he podido hacer hasta el día de hoy. Y mi Dios escuchó mis oraciones y me concedió lo que le había pedido. Pero todo ésto lleva un proceso que yo desconocía. Comencé a pasar pruebas, una tras otra, que me llevaron a ir aprendiendo la humildad, y que la gloria de todo lo bueno que hay en mi vida es sólo de Él. He tenido mis luchas a la hora de escribir los temas del blog, puesto que vivimos en una lucha espiritual. Pero lo mejor de ésto, es que Dios ha ido ministrándome a mí primero en todo este asunto. Es como a las plantas, que para crecer es necesario irlas podando y arrancando las hojas secas para que crezcan saludables. Pues así el Señor ha ido sanando y limpiando heridas y cosas que he llevado guardadas por mucho tiempo. Algunas las ha borrado de mi vida en un sólo día, otras han requerido de mas tiempo y esfuerzo. La Palabra dice que de la abundancia del corazón habla la boca. Y aunque tengamos las mejores intenciones de agradar a Dios, lo que llevemos escondido, puede contaminar lo que hagamos. Y contaminamos lo que Dios pone en nosotros inconscientemente, que es la peor parte. Las buenas experiencias las almacenamos, pero lamentablemente recordamos más fácilmente las que nos causaron dolor. Por mi temperamento, no tiendo a guardar mucho rencor y a perdonar a otros sin mucho esfuerzo, pero ahora puedo ver que lo que encuentro con dificultad es el perdonarme a mi misma por errores que he cometido. Creemos tener todo bajo control, y el que se nos escape algo de las manos es difícil de asimilar. En el texto Pablo exhorta a la iglesia a abrir sus corazones con ellos porque sabía que debían ser ministrados y limpiados para poder seguir creciendo y vivir las promesas que Dios les había regalado. La intención era quitar cualquier cosa que pudiera contaminarlos. Dios quiere mi bienestar y quiere usarme de modo que pueda glorificarlo a Él. Así que es tiempo de ver que llevo escondido, saber con certeza que he ido almacenando, porque engañoso es el corazón y puede hacerme creer que estoy perfectamente bien cuando siempre hay cosas que trabajar. Quiero darle a los míos un amor puro y a mis hijos enseñarles principios de vida con transparencia y sin contaminarlos con las malas experiencias que me marcaran a mi en un pasado. Quiero amar a mi esposo con un amor puro, sin pasarle factura a él por los golpes que recibí en el pasado. Tengo un mandato de amar a mi prójimo como a mi misma, y para eso debo evaluar como me amo. La iglesia donde me congrego ofrece unos talleres para sanación del corazón. Llegó mi tiempo de tomarlos para seguir removiendo de mi vida todo lo que pueda ser estorbo a seguir creciendo. Si tienes accesible herramientas así te las recomiendo. Abrirnos nos llevará a crecer. Oremos para que Dios nos muestre qué llevamos guardando, qué está escondido que debemos sanar. Que su Espíritu Santo nos escudriñe y nos ayude a aceptar con humildad lo que podamos encontrar. Que bendiga a las personas que trabajan ayudando a otros a sanar emocional y espiritualmente. Es tiempo de lavar el corazón.
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Los drones ahora están de moda. Y no hablo de los drones de la basura, como le decimos en Puerto Rico a los zafacones. Quiero decir los drones que vuelan y tienen cámaras. El hombre en su intento de querer ser como Dios, y ver todo lo que ocurre en todas partes a la vez, ha desarrollado los satélites, cámaras, internet y ahora los drones. Las cámaras han sufrido muchos cambios y hay muchos modelos muy avanzados y sensitivos disponibles. Es la era en que deseamos verlo todo. Ocurre cualquier desgracia en el otro lado del mundo y lo transmiten en vivo por internet. No podemos todavía llegar a Marte, pero las cámaras sí llegaron para mostrarnos lo desconocido. Tenemos mas acceso a observarlo todo, pero cada día que pasa nos perdemos más. Hemos dejado de observar lo que realmente cuenta. Ya no observamos mucho a nuestros hijos o nuestra familia por estar muy ocupados. Hemos ido dejando de observar a nuestro prójimo y sus necesidades. Ahora nos gusta ver como asesinan a alguien o cómo ocurre una tragedia crudamente, pero hemos dejado de mirar el dolor de los que nos rodean. Miramos constantemente una pantalla con internet, pero hemos dejado de observar en vivo las estrellas o la creación de Dios. Nos perdemos el lienzo hermoso de los cielos donde Dios dibuja a cada minuto un nuevo diseño por observarlos en Instagram o Facebook. Hemos dejado de mirar la Biblia para poder ver las discusiones entre religiosos y ateos. Ya no buscamos ver lo que hay en el corazón, sino lo que mostramos a simple vista. Se ha cambiado el ver el rostro de un hombre o de una mujer, todos los días por el resto de nuestras vidas, para poder ver diferentes rostros porque nos aburre el mismo. Vemos muy fácilmente nuestros problemas y enfermedades, pero no vemos al Señor obrando milagrosamente en nuestras vidas. Tú decides para que lado mirar. Tú decides que observar y que vas a ignorar. La sociedad y este mundo no pueden ponerte una venda en los ojos o gríngolas para que mires solo tu camino y no veas lo que hay a tu alrededor. Debemos mirar a la cruz, debemos enfocar nuestra mirada en Cristo y nuestra vista será corregida. Oremos para que el Señor nos ayude a mirar como hijos suyos, a nuestro prójimo y sus necesidades. Que podamos mirar y disfrutar nuestra familia y hermanos en la fe. Que nos dé su visión de las cosas para poner nuestra mirada en las cosas de arriba y no en las terrenales. Amén. El agua es utilizada para representar muchas cosas. Un lago con aguas quietas nos representa la calma. Un mar en tempestad nos representa dificultades, o temores. Au sonido al caer nos trae relajación, tan es así que ahora se utilizan fuentes decorativas o hasta audio de ríos o agua fluyendo para calmar nuestra ansiedad. Un desierto sin agua, nos representa un lugar sin vida, muy seco. El agua en movimiento nos representa fuerza. Dios utiliza también el agua en la Biblia para representar otras cosas. Por ejemplo, su Espíritu Santo y su presencia se representa con una fuente de agua viva que salta para vida eterna. El agua que sacia la sed de este mundo, que no puede saciarse con nada ni nadie más. En este pasaje Dios le reclama a su pueblo que dejaron la fuente de agua para ir a construirse cisternas para guardar el agua, pero que éstas están rotas. El construir las cisternas representa el esfuerzo humano por ser independiente de Dios. Queremos llevar la vida cristiana a nuestra manera y no como Dios lo ha establecido. Cada día más llevamos el mensaje de un evangelio que se acomoda a nuestro estilo de vida, muy cómodo. No queremos salir de nuestra zona de comodidad para correr la carrera de la fe, implicando sacrificios y el negar el yo. Construímos las cisternas para no tener que estar pegados de la fuente. Pero se nos olvida un detalle, y es que Dios no puede ser contenido por nada. Por eso nuestras cisternas están rotas, y nuestro esfuerzo es en vano. No podemos tener el agua lejos de la fuente. Por eso podemos recibir la Palabra en predicaciones, mensajes, estudios y la vamos dejando a un lado. No se sostiene si no estamos pegados de la fuente. No podemos tomar el amor de Dios y dejar a un lado su santidad. El agua se nos ofrece de gratis, solo debemos acercarnos a la fuente. Oremos al Señor para que nos examine y nos revele donde en mi vida estoy construyendo cisternas para no acercarme a Él. Que cada día podamos anhelar mas su presencia y ser dependientes de Él en todo para poder ser guiados con su poder. Solo el agua de la fuente podrá saciar mi sed. No soy perfecta, pero hay algo que si puedo decir al día de hoy: Dios me ha ido transformando y ya no estoy donde estaba antes. Si algo me caracterizaba es que no me quedaba callada con nadie si pensaba que tenía la razón en algo. Dios me ha ido enseñando a través de su palabra y su Espíritu Santo que es mejor tener paz que tener la razón. He mejorado, pero aún me falta crecer en este aspecto. He visto como en ocasiones he callado, dejando todo en las manos de Dios y Él me ha defendido. Pero todavía hay algo que me hace fallar cada vez, y es cuando tengo que hablar con mi ex-esposo. Peleábamos muchísimo y al día de hoy todavía se hace muy difícil entendernos o lograr una comunicación efectiva. Y sé que los divorcios no son parte del plan de Dios y tienen sus consecuencias para toda la vida, pero no es excusa para no obrar de la forma que Dios espera de nosotros sus hijos. Estábamos mi esposo y yo viendo un poco de televisión cuando recibí su llamada telefónica. De inmediato, realmente me alteré y comencé a levantar la voz inconscientemente pero mi esposo, quien se encontraba a mi lado me comenzó a decir que debía bajar mi tono de voz y hablar calmada. Necesitábamos discutir algo sobre nuestros hijos, una simpleza, pero nuestros ánimos convirtieron algo pequeño en una discusión. Comencé entonces a bajar la voz y él también y pudimos calmadamente hablar sobre el tema y llegar a un acuerdo. Al terminar la llamada, mi esposo me recuerda el versículo mencionado aquí sobre la blanda respuesta. Me sentí un poco avergonzada luego porque no quería reaccionar así. Quiero agradar a Dios en todo, y dar testimonio pero recuerdo a Pablo cuando hablaba sobre la lucha entre nuestra carne y el espíritu. En este caso debemos reconocer nuestros puntos débiles para poder prepararnos para lo que nos quiera afectar. Si le confieso a mi Dios, con toda sinceridad como me siento y qué se me hace difícil llevar, Él me brinda su ayuda. Él usó a mi esposo en esta ocasión y está siempre pendiente de nosotros. En la Biblia encontramos consejos para cualquier situación que podamos enfrentar o ayuda para cualquier decisión que debamos tomar. El seguir sus consejos o sus mandatos traerán bien a nuestra vida y nos alejarán de muchos problemas. Debo aprender a tener una blanda respuesta. Sé que el Señor me lo va a recordar. Solo debo evaluarme con toda transparencia y reconocer que me hace perder la calma para así estar mas alerta y ponerlo en las manos de Dios. Y no es quedarnos callados siempre, sino, como podemos expresar lo que resulta difícil o que trae desacuerdos. La blanda respuesta, tendrá la paz como resultado. Oremos al Señor para entregarle aquéllo que nos quita la paz, aquéllo que nos hace perder el control de nuestro carácter. Que nos ayude a ejercitar nuestra blanda respuesta, y le demos a Él toda la gloria por los buenos resultados ¿Sabías que muchas veces pienso que no me conozco realmente? Es más fácil tratar de evaluar a otra persona y pensar que la conocemos bien que evaluarnos a nosotros mismos. A veces poder descifrar cómo nos sentimos no es tarea fácil. Podría ser sencillo cuando nos sentimos felices, pero comprender nuestras emociones y otros sentimientos es mas complicado, sobre todo si no nos enseñaron a entendernos. Si tenemos preocupaciones, tristezas, angustias o temores, muchas veces no queremos enfrentarlos o admitir que los estamos viviendo. Si algo nos han enseñado bien es a no mostrar debilidades, y se demanda de nosotros ser fuertes. Pero, ¿que es ser fuerte realmente? Somos seres humanos con un alma que tiene sentimientos y emociones. Dios nos creó así. Pero a mi me sucede que cuando no entiendo cómo me siento sobre algo, tiendo a bloquear mis emociones o tratar de obviarlas. Ésto llega al campo de la oración, cuando quiero ser completamente transparente con Dios, y presentarle mis situaciones y entregarle como me siento, muchas veces no se como expresarlo o no se que realmente quiero decirle, o que quisiera pedirle. Es ahí donde me regocijo en su Palabra porque Él ha hecho provisión para todo en mi vida, hasta de orar por mi a través de su Espíritu Santo cuando no se que decir. Puedo estar en su presencia y abrirle mi corazón sin decir nada y Él me conoce bien. Cuando no se lo que estoy sintiendo, Él sí lo conoce y sabe exactamente cual es mi necesidad aún antes de poder pedirle algo. Mi padre celestial sabe quien soy, con todas mis virtudes y con todos mis defectos, los que otros no ven, o los que yo misma no me doy cuenta que tengo. Pero en su plan de amor, ya Él sabe como ir perfeccionándome cada día. Él va a utilizar mis emociones para seguir atrayéndome a Él, aunque de momento yo no lo pueda entender. Sólo tengo que confiar en lo que dijo en su Palabra que a los que le aman todo obrará para bien. Este mundo nos trae muchas incertidumbres a nuestras vidas para confundirnos, y mantenernos entretenidos, con el fin de detenernos para que no andemos en las obras que ya Dios preparó de antemano para que andemos en ellas. No debo preocuparme por lo que esté viviendo, Dios lo conoce y aún cuando yo no lo entienda para presentárselo a Él, ya su Espíritu Santo está intercediendo por mí. Debo confiar en que todo obrará para bien. Oremos al Señor dando las gracias porque ya Él tiene cuidado de nosotros y conoce nuestro interior mejor que nosotros mismos. Gracias porque tú validas nuestras emociones y trabajas con ellas. Gracias porque me ayudas a conocerme cada día mas. Mis hijos salen de viaje el lunes con sus abuelos, para ir de vacaciones a California y visitar los tíos y primos que viven allá. Y ha sido notable la diferencia en temperamento entre ambos. Mi nena hizo una lista de las cosas que quería llevar al viaje, y hasta planificó el ajuar que utilizará ese día. Igualmente, comenzó a empacar las cosas que llevaría como equipaje desde hace varios días. Hoy me apuraba para que la llevara a comprar unos artículos que todavía le hacían falta para completar su precavida lista. En cambio, mi nene, adolescente igual que ella, toma las cosas con mas calma y sin ningún ánimo de preparación. Para él, llevar un poco de ropa basta, y no le ha ddado la mínima importancia al proceso. A él yo he tenido que apurarlo, y corroborar que llevara a cabo las tareas de ir empacando. Ella quiere llevar mil cosas para que no le falte nada, y él quiere cargar con muy pocas cosas porque no lo ve necesario. Y así habemos diferentes tipos de personas en la vida. Unos toman las cosas mas a la ligera, no se aferran mucho a las cosas materiales y viven el momento. Otro tipo de persona carga con todos los recuerdos, y con todas las heridas, y cargan mas su pasado que el presente. Hay algunos que cargan con el stress de trabajar mucho para lograr lo que quieren. Algunas personas se dedican a llevar los problemas y las situaciones de los demás. Hay otros que cargan con miedos e inseguridades que los paralizan y hacen su caminar uno mas lento por miedo a los cambios. Hay personas cristianas que cargan con el afán de hacer obras para ganar la paz y la salvación. Pero, ¿qué debemos llevar como nuestro equipaje en la vida? Dios ya lo hizo todo por mi. Él, pues, suplirá todo lo que necesite conforme a sus riquezas en gloria. Él solo me pide que lleve una cosa : su cruz. Llevar su cruz comienza por entender el sacrificio que hizo al dar su vida para salvarme a mi. Llevar su cruz me hace vivir queriendo honrarle, solamente por el hecho de estar agradecidos por Él tomar nuestro lugar. Llevar su cruz es anhelar su presencia y dirección en nuestras vidas. Al llevar su cruz no tengo espacio para cargar amarguras, heridas sin sanar, falta de persón, envidias, celos y egoísmo. Todas esas cosas debo entregarlas a Él porque mis manos están ocupadas. Al llevar mi cruz otros pueden ver que ligera es nuestra carga. Al llevar su cruz, dejo mi vida atrás para vivir la vida nueva que Él me regaló. Solo debo empacar una cosa. Señor, te damos la gloria y la honra que mereces por ser Rey de Reyes y Señor de Señores. Ayúdanos a soltar a tus pies todas nuestras cargas para tomar la tuya, que es tu cruz. Gracias por tu sacrificio y por tu amor. Que otros puedan notar que llevo la cruz de Cristo y tú llevas lo demás. Recuerdo siempre lo que me confesó mi mejor amiga en la high school. Me dijo que de primera intención, al conocerme, yo no le agradé en lo absoluto, al contrario, que le caía muy pesada, o muy mal. Pero que luego, cuando llegó a conocerme realmente, el concepto desagradable que tenía de mi, de que era una chica muy antipática, no era cierto. Ésto me sucedió en otras ocasiones, y con otras personas. Y es que se malinterpretaba el que yo era un poco tímida, con que era yo era antisocial. Muchas veces nosotros cometemos ese error de juzgar a alguna persona, y es que no la conocemos realmente. Nos sucede lo mismo con Dios. Recuerdo muchos refranes o frases que se usaban cuando era pequeña, que sin tener esa intención, fueron creando en mi sunconsciente la imagen de Dios y quién era Él. Cuando llovía y escuchábamos el ruido de los truenos, decían que eso era Dios que estaba moviendo sus muebles de lugar en el cielo, o que estaba de mal humor. Si yo hacía alguna travesura a escondidas me decían que Dios me iba a castigar, porque Él me veía. Si algo no resultaba como lo habíamos planeado, me decían, el hombre propone y Dios dispone. Era muy popular el refrán de: al que madruga, Dios lo ayuda. Y así podría seguir mencionando otras frases más. Con todo esto, crecí pensando que Dios era alguien que me asustaba, que nos dañaba los planes, que me ayudaba sólo si yo me esforzaba y era un Dios de castigos... muy lejos de la verdad de la naturaleza de Dios. No fue hasta que tuve un encuentro personal con Él que he podido ir conociendo como es Él en realidad, aunque mientras esté en este cuerpo terrenal no podré conocer toda su deidad. Dios me ha mostrado a través de su Palabra y la oración que es un Dios de amor, que se ocupa de mi y de cada detalle incondicionalmente. He podido conocer lo que es su Gracia, que me dice que no hay nada que yo pueda hacer para merecer ser su hija y ganarme el cielo, pero Él lo otorga como un regalo inmerecido a aquéllos que creen en Él y en su sacrificio en la cruz. No es un Dios que infunda miedo, sino un Padre amoroso que echa fuera el temor. Le he ido conociendo, y Él se deleita en que le conozca y le busque cada día más. Quizás otras personas tienen también un concepto errado de quien es Él, como lo tenía yo. Es nuestro deber mostrarle a otros que es una bendición darse la oportunidad de conocerle y saber quién Él es. Que mientras mas le conozco, mas me conozco a mi misma, y mas veo que dependo y necesito de Él. Oremos para dar gracias al Señor por haberle conocido, y ese conocimiento cambió nuestras vidas. Que podamos ser instrumento para llevar a otros a conocerle de verdad y no por lo que se dice por ahí, que contradice su naturaleza de amor y fidelidad. Que otros puedan ver en mi algo que les apasione a buscar de Jesús. Dios nos creó con muchas capacidades y habilidades. Una de ellas es el sentido del gusto. Con él podemos diferenciar lo dulce de lo salado, lo picante, lo amargo y lo ácido. Gracias al gusto podemos saborearnos un rico café, una fresa, un pedazo de pizza o un chocolate. Somos tan diferentes que aún criándonos en la misma casa, con los mismos padres, desarrollamos gustos diferentes. A mí por ejemplo, no me gusta el chocolate, lo que encuentran extraño muchas personas sobre mí y me miran como si fuera una extraterrestre cuando lo menciono. Pero lo cierto es que es un deleite el probar diferentes sabores. Dios nos conoce tan perfectamente, como que nos creó con cada detalle que poseemos, que utiliza nuestros sentidos para darnos a conocer sobre Él y el poder experimentar su presencia en nuestras vidas. Al profeta Ezequiel le dio unas instrucciones y le dijo que debía ir a hablar al pueblo, pero antes debía comerse el rollo con sus palabras. Al profeta me imagino le estuvo extraño, pero mas sorprendente aún, el rollo le dejó un sabor a miel en su boca. En los tiempos que estamos viviendo, es mas frecuente que se vea el evangelio de Jesús como algo anticuado, y a los cristianos como personas amargadas que no disfrutan de la vida. Pero es todo lo contrario. Hemos encontrado un gran tesoro que le da un verdadero sentido a nuestra vida y nos hace sentir completos en Él. Como el profeta Ezequiel encontró su Palabra con sabor a miel, así también nosotros cuando leemos su Palabra y meditamos en ella, es como si experimentáramos el sabor a miel en nuestro ánimo y en nuestra alma. El amor de Dios y sus promesas son como aroma y sabor agradable que nos brinda seguridad y el anhelo de probar más cada día. Dios nos envía a compartir estas buenas nuevas con los demás. Bien dice, gustad y ved que es bueno Jehová. No todos gustarán de Él, pero los que sí nos deleitamos en su presencia saboreamos la miel auténtica. Oremos para dar gracias a Dios porque somos dichosos en gustad de Él. Que ponga en nosotros un deseo obstinado por compartir lo que hemos probado con los que nos rodean. Esta mañana observaba un recipiente que se encontraba en el lavamanos de el baño y estaba lleno de agua. Estaba inclinado hacia el lado derecho y el agua se desbordaba y caía poco a poco. Dios utiliza hasta las cosas mas simples en nuestro diario vivir para hablarnos y enseñarnos como hacía con sus discípulos cuando les relataba las parábolas. Con las parábolas, Jesús utilizaba ejemplos del diario vivir para mostrarles grandes verdades espirituales. Y de inmediato, recibí una enseñanza del envase con agua. Nuestras vidas son como el recipiente. Decidimos con que las vamos a llenar. Podemos tener el recipiente vacío, que es cuando no hemos recibido a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador. Entonces tenemos vidas vacías y buscamos llenarlas con lo que este mundo nos ofrece: placeres, relaciones, trabajo, vida social, vicios, etc. Pero podemos ser tocados por el Espíritu Santo y darnos cuenta de nuestra condición de pecadores, y Dios nos hace un llamado, el cual cuando le respondemos afirmativamente nos da la potestad de ser hijos de Dios y nuestros pecados son perdonados. En ese instante dejamos de tener una vida vacía porque Dios envía al Espíritu Santo a morar en nosotros, que es el agua de vida eterna. Ya tenemos agua en nuestro recipiente pero depende de nosotros llenarnos por completo de ella. Podemos tener agua, pero dejar espacio para otras cosas. Dios quiere que vivamos au plenitud y que cada día que pasa crezcamos mas en Él. Debemos llenar nuestra vida con su Palabra y la oración. Dios primero va a trabajar en nuestras vidas antes de poder usarnos para el Reino y alcanzar otras vidas que tienen necesidad. Debemos estar inclinados para servir. Cuando estamos de pie, estamos abiertos a recibir del agua espiritual para nuestras vidas. Cuando nos inclinamos, el agua va a fluír, y podemos derramarla sobre otros. Debemos estar dispuestos, y hacernos disponibles para ayudar y servir a los demás. Requiere de doblegar nuestro orgulloy humillarnos ante Dios para que toda la gloria sea de Él. Debemos estar inclinados para servir. Oremos presentando nuestras vidas a Dios para hacernos disponibles para servir a otros. Pidámosle que nos siga enseñando y transformando cada día para ir creciendo en Él. Que podamos ver el privilegio que hay en servir. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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