En estos días se nos dañó la lavadora de la casa, simplemente no quiso encender más. Esta lavadora había estado conmigo por 17 años y bajo todas las peores condiciones: lluvia, sol, sereno y cinco mudanzas. Tuvo malas noches pero rindió buen trabajo. Ya en estas semanas le comentaba a mi esposo que ya la lavadora no lavaba bien, y podía notarse en la ropa recién lavada. Pensamos cuando saliéramos del quinceañero de la nena en sacar un dinero para comprar otra. Y no nos dio mucho tiempo ya que saliendo de la fiesta como a los tres días expiró. Así fue necesario comprar otra. Conseguimos un buen descuento y mi esposo la instaló. Rápidamente pudimos observar la diferencia, y es que la pobre lavadora anterior ya no tenía la fuerza para lavar bien y remover así las manchas. Así vamos nosotros por la vida. Nacemos y tenemos todas las energías del mundo. Queremos crecer y pensamos que ya de grandes podremos alcanzar todo lo que soñamos y hacemos muchos planes. Luego vemos la realidad y lo difícil que eran nuestros planes al querer llevarlos a cabo. La gente nos desiluciona, nos hiere, surgen cosas inesperadas sobre las cuales no tenemos ningún control como la muerte de un familiar, enfermedades, pérdida de empleos, etc... Entonces vamos perdiendo las fuerzas para seguir. Podemos pensar que debemos olvidar nuestros planes, o desilucionarnos con lo que nos rodea. Hay personas que llegan al punto de flaquear en su fe y pensar que no tienen el favor de Dios. Pero Dios sí nos ve. Él tiene un plan y conoce los nuestro Él ve cuando perdemos las fuerzas y cuando nos desanimamos. Él conoce que somos débiles. Aún los que somos mas fuertes, en ocasiones podemos percibir todas nuestras debilidades. Y es que solo Él es perfecto. Sólo Él es omnipotente, que todo lo puede. Como dice en Su Palabra, su poder se perfecciona en nuestra debilidad. Es en esos momentos que nos damos cuenta que no podemos seguir adelante sin Él. Él nos espera con los brazos abiertos para darnos nuevas fuerzas y enderezar nuestros planes para darnos un futuro mejor del que hemos pensado. Él no nos descarta, Él nos da una vida nueva. Nosotros flaqueamos, pero Él nos levanta. Cuando no tenemos palabras para decir, Él pone un nuevo canto en nuestros labios. Si he llegado hoy hasta aquí y tengo las fuerzas suficientes para continuar ha sido por su Gracia. No sé que planes me esperan. Los que yo pensé no los veo posibles, pero una cosa sé por seguro: para mi Dios no hay imposibles y sus planes para mi vida son de bien y mejores de lo que yo he podido soñar. Así lo he podido vivir hasta el sol de hoy. Sólo tienes que recordar que Él te ve. Oremos para poner ante Él nuestros desánimos, debilidades y decirle si necesitamos nuevas fuerzas. Pongamos nuestra confianza en Él y Él hará. Lo que nos espera está en sus manos, y nada mejor que eso. Amén.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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