Ayer en la tarde fui a la cocina y estando completamente limpia, unas hormigas se abrían camino hacia el fregadero, sin razón aparente. Le dije a mi esposo que me recordó las muchas veces que mi papá al encontrar hormiguitas así dentro de la casa decía que llegaría lluvia en los próximos días y ella se estaban preparando para guardar alimento al no poder salir luego. Aunque él era un fanático algo exagerado de la metereología, siempre observaba y admiraba los animalitos y los insectos porque decía que Dios los había dotado de una habilidad especial para distinguir los cambios en el clima de antemano para poder prepararse con tiempo y sobrevivir. En su opinión esa era la predicción del clima más exacta y confiable. Realmente muchas veces, al menos cuando estuve pendiente, pude corroborar que tenía razón aún cuando el informe del tiempo en las noticias contradijera su natural predicción. El recordar estas costumbres de mi papá me recordó el hecho de que Dios nos dio a su Espíritu Santo para guiarnos y discernir los tiempos en que vivimos para que nos preparemos de igual manera, espiritualmente hablando. Estamos llegando a tiempos muy difíciles donde debemos buscar más la oración y el deleitarnos en la presencia de Dios, dejando todas nuestras otras cosas de este mundo en un segundo plano. Aún siendo cristianos, nos hemos envuelto más en nuestros trabajos y afanes, en divertirnos, y la pasión por el evangelio, por anhelar a Dios mismo, ha ido muriendo poco a poco, sin darnos cuenta, y nuestra fe se ha ido apagando. Ante la crisis, y el stress que nos traen estos tiempos, es muy fácil detenernos a pensar en porque siendo cristianos padecemos por estas cosas, pero no es tiempo de buscar razones, es tiempo de orar y buscar en humildad que Dios obre según su voluntad. En lugar de enfriarnos, debemos disciplinarnos a cultivar esa relación con Dios que un día comenzamos y hemos dejado a mitad. No es más importante trabajar para Él que humillarnos en completa adoración a Él. No importa el tiempo que estemos viviendo, su gracia abunda más de lo que podemos merecer, y siempre el orar más será la respuesta a la pregunta que nos estemos haciendo. Oremos al Señor pidiéndole que ponga en nosotros una sed insaciable por su presencia, por aumentar nuestro tiempo de oración. Que nos ayude a través del Espíritu Santo a discernir los tiempos en que vivimos para poder honrarle y darle toda gloria.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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