Me encontraba esta mañana acomodando un dinero que tenía en la cartera, porque según me entregan el cambio así en la prisa los fui doblando y guardando aparte. Haciendo esto recordé cuando era pequeña las peleas que formábamos mi hermana y yo cuando nos regalaban dinero. Resulta que en ocasiones, nos daban diez dólares por ejemplo, pero a una le entregaban diez dólares en billetes de uno, y a la otra, dos billetes de cinco dólares. A nuestra corta edad, y siendo ignorantes en cuanto a este asunto, mirábamos la cantidad de billetes, y no el valor real que habíamos obtenido. Y cualquiera de nosotras que nos entregaban el menor número de billetes, miraba la cantidad de la otra, y comparando exponía su queja de que a ella le habían dado menos y no era justo. Recuerdo que nos contaban los billetes y nos explicaban que sumaban lo mismo. Pero ese análisis no satisfacía las demandas. A veces terminaban por cambiar los billetes y entregarnos la misma cantidad, para evitar los desacuerdos y los reclamos. Nosotros como cristianos muchas veces estamos muy pendientes a las bendiciones que disfrutan o reciben otros, para comparar las bendiciones que nosotros recibimos. En nuestro caso, es igual que cuando yo era pequeña. Perdíamos de vista en primer lugar que era un regalo, y como tal, no debíamos cuestionarlo, ni hacer ninguna exigencia. Dios quien es rico en misericordias, nos ha dado la vida, y no nos ha consumido, que es lo que merecemos por nuestro pecado, lo que nos aleja de cohabitar en su santidad. Dios nos dio vida en este mundo, más envió a su Hijo para darnos vida eterna y reconciliar lo que se había roto en nuestra relación con Él. Eso es más que suficiente. Todo lo que recibimos por encima de eso es por su Gracia, son favores inmerecidos, sobre los cuales no podemos exigir. Aún así en su amor, Dios nos cuida, nos sustenta y nos bendice a diario con tantas cosas, desde poder respirar un aire limpio hasta tener una casa donde dormir. Mayores aún son las bendiciones espirituales como el tener libertad de religión y tener Biblias accesibles en todo lugar, y pertenecer a una comunidad de fe, sin contar e hecho de que Su presencia es el tesoro más preciado y nos acompaña 24/7. No hay razón alguna para yo compararme con alguien, excepto que sea como dice la Biblia para verlos como a superiores a mi mismo. Mi llamado es a amar al prójimo y a mis hermanos. Si pensara que mi hermano ha recibido una bendición mayor a la mía, mi posición sería el e dar gloria a Dios, gozarme con él y pedirle al Señor que lo bendiga aún más. Dios tiene la bendición para cada uno, uno depende de otros, y nadie nos las puede quitar. Quizás yo no las he querido ver porque ando muy ocupado viendo las de mis hermanos. Oremos dando gracias al Señor por su infinita misericordia y la Gracia con que nos bendice inmerecidamente. Pidamos perdón por las veces que nos hemos desenfocado dejándonos llevar por lo que este mundo enseña.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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