Salíamos hoy un rato para ir a la tienda, y en el carro íbamos mi esposo, mis hijos adolescentes y nuestro nieto por parte de mi esposo. Mientras íbamos de camino, mi nene le preguntaba al infante de dos años si le amaba. Luego le preguntaba si amabas su abuelo y a los demás. El niño, contestaba en ocasiones que si y en otras ocasiones que no, incluso al abuelo cuando es inseparable de él. Entonces mi esposo le explica que él es muy pequeño y todavía no entiende ciertamente lo que es amar o lo que implica decir que se ama. Y es muy cierto, es algo que vamos aprendiendo con los años y con la madurez. El primer amor que conocemos es el de nuestros padres y familiares cercanos. A la misma vez vamos formando en nuestra mente el concepto de lo que implica amar, torcido muchas veces, porque nos hemos rodeado de personas con buenas intenciones tal vez, pero imperfectas como lo somos todos. Pero luego llega el día en que contemplamos la luz y nacemos a una vida nueva en Cristo: nos encontramos con el Dios que es amor. Nos han rodeado sus muestras de amor durante toda nuestra vida, pero es en ese momento qu podemos realizar y conectar los puntos al descubrir todo un mundo espiritual. Nuestras definiciones de amor no llegan a compararse ante lo que hemos descubierto. Y como un niño pequeño, necesitamos comenzar a aprender lo que es el amor y como se ama. Es a medida que vamos conociendo más de Dios a través de su Palabra, la oración, el congregarnos y recibir Palabra e instrucción bíblica, y unimos ese conocimiento a las obras que vemos en nuestras vidas, y como comenzamos a cambiar por medio del Espíritu Santo que vamos asimilando lo que implica el verdadero amor. Dios siendo Santo y perfecto, entregó a su hijo a morir por nosotros siendo pecadores, por amor. Vamos conociendo que si amamos a Dios lo demostramos con la obediencia, como nos dice la Biblia. Nuestro amor por Dios debe estar sobre todas las cosas y debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, y deja bien claro que eso incluye a nuestros enemigos. Dios nos va a ir perfeccionando y enseñando cómo debemos amar. Si amo a mi hermano, no murmuro contra él, al contrario, lo ayudo a levantarse, oro con él o buscamos ayuda juntos. Mi amor por las almas me produce una pasión insaciable por presentarles el evangelio, por decirles qué hay esperanza, qué hay un camino que les lleva a salvación. Y quizás Dios nos pregunte cómo a Pedro: ¿me amas? Oremos al Señor dando gracias por tanto amor y misericordia y porque nos va perfeccionando y enseñando más de Él. Que podamos dejarnos usar por Él para testimonio de su grandeza.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
Categories |