Por las mañanas cuando llego al laboratorio casi siempre tengo citas programadas para ir a tomar muestras en los hogares a personas que están por sus condiciones de salud, de cama, o no pueden caminar con facilidad. Hoy, fui a tomarle muestras a un señor que estaba en cama y me advirtió que no tenía venas buenas en los brazos para llenar los tubos de sangre. Y así fue, se me hizo difícil, y en sus manos tampoco, ya que estaban un poco deformes por su condición. Me indicó que era mas fácil tomarle las muestras en el pie. Algo que he hecho anteriormente, pero no es lo común y tampoco me siento muy cómoda haciéndolo. No tuve alternativa, y él tenía razón: ahí tomé las muestras rápidamente.
Lo que ocurre es que se nos hace difícil llevar a cabo o asimilar las cosas que son diferentes a lo que estamos acostumbrados. Muchas veces lo que no es común nos da temor, lo encontramos extraño, o nos crea desconfianza. Por eso los cambios o el adaptarnos a cosas nuevas no ocurren como un proceso natural en nuestras vidas, y terminamos resistiéndonos. Jesús en su caminar en este mundo tuvo esa experiencia. Muchos tuvieron temor o no lo vieron como el Mesías porque lo vieron diferente a lo que estaban acostumbrados a ver. Realizó sanaciones, expulsó demonios, y el pueblo en vez de alegrarse, se sentían confundidos. Él no se comportaba como los fariseos y otros religiosos de la época. Y terminaron crucificándolo, como ya estaba profetizado. Nosotros como cristianos somos la pieza diferente en esta sociedad que nos rodea. No estamos de acuerdo con lo que la mayoría está haciendo. Enfrentamos los problemas de forma diferente. Queremos criar a muestros hijos según la Palabra y no según este mundo enseña. Lo que para nosotros es bueno, para el mundo es malo, y viceversa. Así que nuestras vidas muchas veces impactan a otros, pero causan confusión y temor en otras personas, o en otros grupos. El evangelio que predicamos causa una transformación en nuestras vidas y hay personas que tienen miedo a que su vida cambie por completo, porque al ser diferentes, ya no nos miran igual. Es más, están pendientes a ver si en alguna ocasión demostramos que somos iguales al mundo si recaemos en algo que ya habíamos cambiado. Jesús nos puso el ejemplo. Es bueno ser diferente si mi vida da gloria al Dios que me amó y me salvó. El experimentar Su presencia nos hace diferentes y nos hace vivir una vida en abundancia. Ese es un cambio que estoy dispuesta a enfrentar. Yo quiero mi vida y mi familia diferentes. Oremos para que su Espíritu Santo nos ayude a enfrentar los cambios de este mundo y a ser diferentes para Él. Que la diferencia que vean en mí pueda llevar a otros a Dios.
2 Comments
Norma Perez
2/24/2016 09:46:02 am
Amen. Ser diferente es una locura en este mundo. Pero cuando ves el poder de Dios obrando de muchas maneras, te das cuenta que vale la pena dejar que Cristo viva a traves de nosotros. Dios te bendiga! Disfruto mucho esta lectura como devocional diario.
Reply
Myrnaly
2/26/2016 07:25:15 am
La gloria a Dios. Saludos. Dios te bendiga a ti y a tu familia.
Reply
Leave a Reply. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
Categories |