Las mujeres y su pelo, o su cabello, es el tema de nunca acabar. Desde pequeñas nos enseñan a no ser conformes con lo que nacimos y nos hacen rolos, nos pasan la secadora, ahora la plancha de pelo, etc... Aquí en Puerto Rico hay personas que dicen "esa tiene el pelo malo" a las que nacen con su pelo muy rizado. Pero tuve una amiga en la escuela que decía que su pelo era "malo de manejar porque era muy lacio y ningún peinado, ni adorno, ni rizo se le podía hacer que a los pocos minutos, ya estaba estiradito de nuevo. Yo, sin embargo, nací con la herencia de mi madre, un cabello rizado. Y como no somos conformes y modas vienen y van, me gusta el look de planchar mi pelo para dejarlo como si fuera lacio, y sin rizos. Me luce muy bonito... hasta que se tope con unas lloviznas, o el día se torne muy húmedo. De ser así, rápidamente, la herencia, sale a relucir. Lo mismo nos ocurre en nuestra vida espiritual. Todos nacemos con la herencia del pecado y es parte de nuestra naturaleza, algo que no podemos cambiar. Pero Dios en su gran amor y misericordia envió a su Hijo a morir por nuestros pecados y nos da una vida nueva, y nos liberta del yugo del pecado, algo así como cuando ahora puedo peinar mi pelo con la plancha y le saco todos los rizos. Pero mientras vivimos en esta carne tenemos una lucha espiritual donde somos tentados todo el tiempo por nuestra propia conscupiscencia. En ocasiones podemos ceder y caer en pecado. Necesitamos la ayuda del Espíritu Santo en nosotros para poder resistir y buscar agradar a Dios. Es como mi pelo, si me expongo a la humedad o al agua, vuelven los rizos. Pero aún si se me daña un poco, puedo volver y pasarme la plancha en el pelo y volver a mi estilo de nuevo. Jesucristo nos lava con su sangre cuando le confesamos nuestros pecados y nos arrepentimos. Mientras más nos acerquemos a Dios, más podremos resistir las tentaciones y permanecer en la voluntad de Dios. Eso sí, hay una gran diferencia en esto: el pasar la secadora o la plancha en mi pelo produce efectos temporeros, pero la salvación que el Señor nos da, es eterna. Por el momento tenemos esta lucha, pero Él nos ha prometido un cuerpo glorificado con su redención. Mientras tanto, puedo decidir. Habrá personas a las que no les interesará plancha, como hay personas que no les interesa creer en Dios y en su plan de salvación. Habremos otras que viviremos la constante lucha hasta cumplirse su promesa. Oremos para pedir dirección, fortaleza para que Dios nos ayude a reisitir las tentaciones. Que podamos acercarnos mas a Él para vivir una vida constante, que dé fruto, testimonio de que Él vive en nosotros y nos va transformando cada día.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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