He tenido, ya hace algún tiempo, una petición especial delante del Señor y es que Él sea el centro de mi hogar, y todo allí gire en torno a Él y para Él. Le pido que otros puedan percibir que es un hogar donde Dios habita. Hay otra petición especial o un anhelo de mi corazón que también le he presentado a mi Padre celestial, y es que quiero servirle, y que me use para ayudar al Reino de Dios y otras vidas puedan ser impactadas. Justo ayer hablábamos del poder de la oración y de cómo Dios en su misericordia y gracia nos escucha. DIOS HA ESCUCHADO MIS PETICIONES. Dios nos escucha siempre, pero Él tiene un modo de obrar que nosotros no entendemos en muchas ocasiones, o lo asimilamos mas tarde. Ante ambas peticiones, lo que encontré en mi caminar fueron muchas pruebas. Tuve que enfrentar injusticias, calumnias, problemas y se afectó un poco mi salud. Fue entonces cuando Dios comenzó a hablarme a través de Su Palabra, por medio de mensajes y predicaciones, y cánticos. Todo comienza por mi corazón. Dios debe cambiarme a mi primero para que haya un cambio en mi hogar. Al ser mi petición, la transformación comienza conmigo. Eventualmente, va ha ocurrir cambios en mis hijos y en mi esposo. Para tener un hogar poderosamente cimentado en el Señor, Él debe ser nuestra prioridad. Para que sea el centro de nuestra casa, debe ser primero el centro de nuestras vidas. En mi anhelo por ser un instrumento de servicio, hay que quitarme del medio para que Él pueda obrar. No puedo servir en su nombre si mi "yo" estorba, si en mí hay egoísmo o no estoy dispuesta a cederle toda la gloria a Él. Queremos ver y experimentar el poder de Dios en nuestras vidas, muchas veces de forma milagrosa, donde Él venga y mueva las cosas de lugar y tome el control. Y Dios sostiene todas las cosas, no pierde nun a el control y tiene todo el poder de hacerlo, pero Él anhela perfeccionarnos hasta que Él venga. Para poder ver cambios, algo en mí debe rendirse. Voy a ver el poder de Dios obrar en mi vida y en mi hogar cuando pueda reconocer que no son mis méritos, ni mis habilidades los que trabajan, aunque todos ellos me los dio el Señor. Necesito saber que dependo totalmente de Él, que mi recompensa no es terrenal, y que todo lo bueno que ocurra le glorifica a Él. Los cambios comienzan en mi interior. Oremos al Señor presentándole qué áreas de mi vida necesitan cambiar y que nos muestre qué debemos rendir, qué debe morir en nosotros cada día para poder glorificarle a través de nuestras vidas.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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