Ayudaba a mi hijo en el proceso de la feria científica, cuyo proyecto es una continuidad del año pasado. Su investigación es con las plantas y su crecimiento con diferentes líquidos. Ya el año pasado descubrió que además de crecer rápidamente con agua, sus plantas crecieron muy rápido con refresco de cola o gaseosa como le dicen en algunos lugares. Este año añadió otras variables a su investigación para seguir la misma línea de pensamiento. Fue asombroso ver cómo las plantas podían crecer con una sustancia que sabemos no tiene nutrientes ni es saludable para nosotros. De la misma forma, nosotros crecemos, ya no físicamente si somos adultos, pero sí emocional y espiritualmente. Vamos madurando y seguimos cambiando. La pregunta que debe asombrarnos es: ¿qué nos está haciendo crecer? Nuestro carácter y actitudes reflejarán sin lugar a dudas la causa de nuestro crecimiento. Si estamos dependiendo cada día más de Dios y nos alimentamos de Su Palabra, la oración y la koinonía con los hermanos en la fe, crecerán en nosotros el fruto del espíritu y el carácter de Cristo. Si por el contrario lo que está alimentando mi alma son pensamientos de corajes, rencores, envidias y consejos de personas que no buscan mi bien, crecerán en mí las depresiones, el mal humor, el aislarme de los que me rodean o alejar a los que amo. Al igual que las plantas pueden crecer con diferentes líquidos, yo puedo crecer con diferentes cosas. Dios quiere para nosotros una vida abundante y de gozo en Él. Todo lo que nos pide en obediencia a sus mandatos es para nuestro bien, para vivir gozándonos en La Paz que solo Cristo puede dar. Debo examinarme a solas con Dios y pedirle que escudriñe mi corazón y me muestre que me está llevando a crecer, qué me está formando, y qué estoy reflejando a otros. Esto me recuerda su Palabra cuando dice que el justo florecerá como la palmera. Yo quiero crecer alto y moverme en medio de las tempestades en lugar de quebrarme. Oremos pidiendo al Señor que obre en nuestras vidas para que sea solamente Él quien me ayude a crecer y pueda alimentar mi fe para dar frutos dignos de Él y otros puedan glorificarle conmigo.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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