La iglesia no toma vacaciones. la iglesia nunca recesa ni espera. La iglesia es quienes somos. Nunca se cierra. Vivir en este tiempo de distanciamiento social y cuarentena no ha sido fácil para muchos. Muchos han recordado de estudios, trabajos, reuniones sociales, y aún las estructuras que llamamos iglesias están cerradas pero la iglesia no se detiene. No estamos en pausa esperando que podamos trabajar de manera estructurada. Pero los que fungían como líderes y pastores y maestros, ¿siguen con sus ministerios? La respuesta es: ¡Claro que sí! Tus donde están contigo, tus hermanos en la fe siguen necesitando apoyo, amor, empatía y ministración. Quizás no puedas enseñar en un salón de clases pero sí en uno virtual. Quizás no puedas invitar a otros a actividades evangelísticas de la iglesia, pero puedes invitarlos a un live en Facebook. Todavía podemos comunicarnos con quien lo necesita y ofrecerle nuestra ayuda, aunque sea por teléfono. Más eficiente aún es el que compartas tu testimonio de cómo has encontrado en Dios fortaleza y paz en medio de todas las circunstancias que hemos vivido. Es tiempo de decirles a otros que no esperen más, que llegar a tiempo a los pies del Maestro, del Hijo de Dios es lo mejor que nos puede pasar. Escuchaba hoy una canción que me recordaba el tiempo que estuve apartada del Señor y aunque fue una muy mala decisión el alejarme, y encontré muchas espinas y heridas en el camino, Él me esperó y me abrazó, me limpió y ahora todos los días despierto dando gracias a quien lo dio todo por mi. No quiero volver atrás porque lo que tengo ahora es tan poderoso que lo es todo. El vivir para Cristo no tiene comparación. Quiero que otros puedan vivir todos los días esa bendición. Quiero que puedan encontrarse, no con un templo, con Cristo. Los campos están listos para la cosecha. La necesidad es mucha, cada día más. Tenemos la solución para poder vivir en bendición aún en tiempos de crisis, ¿porque no compartirlo? Quizás no sabemos cómo, pero en la práctica y la enseñanza a través del Espíritu Santo, podemos obrar para la gloria de Dios. Todavía es tiempo de trabajar. Oremos al Señor dando gracias por tan inmerecido regalo que hemos recibido, la visa eterna. Vengamos a Él con humildad para que nos use como instrumentos de mensajeros del evangelio.
1 Comment
Jacquelinne Herrera
5/24/2020 01:40:03 am
Este llamado a trabajar en la fe a pesar de insertidumbre, es de ayuda para los que nos sentimos agobiados, deseperados y preocupados ante tanta insertidumbre, todo el entorno en complicado pero esta invitación a no desfallecer es de gran ayuda.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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