Como les he relatado anteriormente, me encanta la cocina. Escuché hace algunos años sobre el postre italiano Tiramisú. Me llamó la atención que tiene sabor a café. Así que me dí a la tarea de buscar la receta del Tiramisú que fuera auténtica italiana. Y lo preparé con los "ladyfingers" (galletas delgadas), el queso mascarpone, el café espresso molido y demás ingredientes. El resultado: un postre muy fino, delicado y con un sabor exquisito y diferente. Pero, resulta que luego de haber probado la receta original me encontré con varias imitaciones que le cambiaban todo el concepto original al Tiramisú. Comúnmente tienden a sustituir los ladyfingers por bizcocho esponjoso y el queso mascarpone, que es un queso suave y de sabor delicado por el queso crema, cuyo sabor es mas fuerte y mas denso en consistencia. Los que hacen estas sustituciones son movidos por la razón de que los ingredientes originales son mucho mas costosos.
Lo mismo hacemos con nuestra vida espiritual. El ser discípulos de nuestro Señor Jesús nos cuesta, tiene un gran precio. La mujer que derramó el costoso perfume a sus pies reconoció el precio de tener ante sí al Salvador del mundo, y le dio lo mejor que tenía. Para otros, eso era una locura. El tener a Dios como la mayor prioridad en nuestras vidas tiene un costo que este cuerpo terrenal no quiere pagar. Entonces queremos muchas veces "cambiar los ingredientes de la receta" para no pagar el costo. El costo varía por persona. ¿Qué Dios quiere que yo le entregue? ¿Qué área debe morir en mí para que crezca Él? ¿Qué debo dejar? No puedo sustituir esas cosas con ir a la iglesia o disfrazarlas con que es "lo normal" porque todos lo hacen. En el plan de Dios, Él nos va a ir perfeccionando. Aunque nos cueste, el resultado final será siempre de bendición y nos traerá el deleitarnos mas de Su presencia en nuestras vidas. Oremos para que Dios nos revele que costo debemos pagar para seguir creciendo espiritualmente. Demos gracias por que la salvación es por su gracia y misericordia y el costo lo pagó Él por amor.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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