Recuerdo cuando trabajaba en la tienda de alquiler de videos Blockbustet Video y en mi segundo año de empleo fui escogida la empleada del año. ¡Wow! Tremenda sorpresa. Me llevaron una noche junto con los otros ganadores de cada tienda en Puerto Rico a una actividad en San Juan y nos entregaron una placa de cristal.
Nos enseñan desde que nacemos que somos importantes o nos detacamos sobre otros cuando somos escogidos en diversas cosas. Esperamos ser escogidos en la escuela como estudiantes sobresalientes, ser escogidos en el equipo de algún deporte, ser escogidos para la universidad, ser escogidos en un club social, y tantas otras cosas. Vemos tantos premios que existen hoy dia para escoger y premiar los mejores cantantes, las mejores bandas musicales, las mejores películas y los mejores actores. Y no es malo ser escogido para ser premiado. El problema es que muchas veces dejamos que eso sea lo que determine nuestro valor y lo que somos. Muchas veces pensamos que realmente merecemos ser escogidos, que lo hemos ganado y es nuestro derecho, y nos frustramos cuando las cosas no resultan como las planeamos. Pero yo conozco la elección mas importante en nuestras vidas. Dios me escogió por su gracia, o sea, sin yo merecerlo. Me escogió desde antes de la fundación del mundo para salvarme. No fue por mis méritos porque no hay nada que yo pueda hacer para merecer o ganarme la salvación de mi alma. Me amó aún antes de que yo naciera. Fui escogida por el único que merece algún reconocimiento. A causa de ésto ahora vivo para servirle. No debo esperar reconocimiento de nadie porque lo que hago es para complacer y servir a aquél que me lo dio todo sin yo merecerlo. No puedo gloriarme de nada porque lo bueno que hay en mí proviene de Él. Pero sí puedo mostrar a otros que si lo hizo por mí también puede tener misericordia de ellos y sean también escogidos en la misma gracia que me acercó un día a Él. Soy una escogida de Dios. No hay otra elección en este mundo mas grande que ésta. Oremos para que Dios nos recuerde su Gracia y su Misericordia cada día. Este mundo nos enseña a ganarnos todo por nosotros mismos pero que recordemos que ya Él lo hizo todo por nosotros, y que en amor y agradecimiento tengamos un deseo enorme por servirle y llevar a otros hacia Él.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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