Si algo uno aprende de cuidar los hijos o los que cuidan niños pequeños, es que cuando están agotados y tienen sueño, se comportan de manera diferente, como que lloran mas, se sienten incómodos, porque están cansados y no saben canalizar lo que sienten. Aún yo, siendo adulta, me pongo bien incordia cuando tengo sueño o cuando estoy muy cansada. Mi nivel de tolerancia cambia, y me pongo mas seria. Como que en ocasiones me encuentro hasta de mal humor. Y es que este cuerpo pierde sus fuerzas cuando está cansado, y para eso se creó la noche para descansar, dormir y de esa forma podamos recargar nuestras energías. Es un proceso muy necesario y natural. Se ha comprobado que cuando las personas pasan varios días sin dormir pueden sufrir problemas mentales. Aún puede ocurrirnos en nuestra vida espiritual. Cuando nos convertimos dando ese paso de fe al Señor, estamos llenos de energías, con muchos deseos de trabajar para el Señor, queremos leer la Biblia de día y de noche. Pero en nuestro peregrinaje en ese camino estrecho de la vida cristiana, nos vamos encontrando con cosas que nos van quitando las fuerzas. Comenzamos a experimentar pruebas, rechazo de los que no apoyan nuestra nueva manera de vivir, nos cargamos de ministerios que ocupan todo nuestro tiempo libre y nuestro tiempo de familia, surgen las decepciones por nuestros hermanos en la fe (que esperamos sean perfectos como lo es Cristo, pero andan en el mismo peregrinaje de nosotros, donde el Señor va trabajando en ellos también cada día), y tantas situaciones físicas como la enfermedad, las pérdidas de nuestros seres queridos y las traiciones de los que amamos. Nuestras fuerzas van decayendo como cuando llega la noche y debemos dormir. Pero nuestra forma de recargar fuerzas y descansar la encontramos en el Señor. Debemos ir a su presencia en tiempo de intimidad con Él. La oración nos ayuda a entregar todo lo que nos agobia y a recibir a cambio nuevas fuerzas. El presentarnos ante Él en adoración, con alabanzas, nos refresca el alma y el espíritu. Su Palabra nos recuerda como debemos obrar, nos da la salida a situaciones que no sabemos como enfrentar. En su presencia encontramos paz, encontramos amor, y encontramos descanso. Oremos para presentarnos ante Dios siendo sinceros, poniendo a sus pies lo que nos agota, lo que nos agobia, lo que nos quita la paz, lo que noa detiene en este caminar con Él. Vayamos con fe, no dudando nada, sabiendo que en Él renovaremos nuestras fuerzas y hallaremos el descanso que necesitamos.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
Categories |