Me encontraba con mis hijos de visita en Orlando, Estados Unidos para asistir a una reunión familiar celebrando los cincuenta años de mi primo. Rentamos un carro y fui guiando de Orlando a Tampa, dejándome llevar por el GPS, ya que no conozco el área. Para mi sorpresa de camino en la autopista comenzaron unos aguaceros muy fuertes donde casi no se podía ver la carretera ni lo que estaba por delante. Pero entonces pude notar que aún en medio de la poca visibilidad podía observar las líneas de la carretera. Éstas no estaban solo pintadas de blanco, como estoy acostumbrada a ver, sino que eran mitad blanca y mitad como un gris oscuro casi negro. Este contraste me permitió ver el camino y sentirme segura al manejar. Con la ayuda de Dios llegamos muy bien a nuestro destino. Y así es la vida. Hay momentos donde tenemos muy claro cuál es el camino a seguir, y hay otros momentos donde no sabemos no siquiera donde estamos parados. Llegan situaciones difíciles que nos llegan a detener y no sabemos cómo continuar, o que decisiones tomar. Pero Dios eatá ahí, aún en medio de todo, aún cuando no podemos verle o escucharle. Para eso nos dejó su Palabra, como dice el texto, ella es la que ilumina nuestro camino. Cuando no sólo la leemos, sino que meditamos en ella, podemos encontrar nuevas perspectivas en la situación en que nos encontramos, podemos ver nuevas salidas, o podemos encontrar la paz y la seguridad por medio de la fe de esperar en Dios cuando debemos estar detenidos. La oración es muy necesaria e importante en estos asuntos, pero hay momentos donde no tenemos ni palabras para poder expresar al Señor lo que estamos sintiendo. Es ahí cuando en la espera, en el silencio ante su presencia, su Palabra nos habla más fuerte. A veces no nos gusta sentirnos impotentes o que no somos capaces de enfrentar las cosas de la vida por nosotros mismos, pero mira mi ejemplo. La lluvia no me permitía ver, no tiene nada que ver con que yo sepa conducir o no, las líneas especiales fueron mi guía. No podemos vivir independientes de Dios. Él es nuestro guía para poder alcanzar la plenitud de gozo que tiene preparada para nosotros. Oremoa al Señor dando gracias por su fidelidad en medio de todos los momentos de nuestra vida, aún cuando no estemos conscientes de su presencia. Que produzca en nosotros pasión y sed por estudiar la Biblia.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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