Seguimos el día de hoy en la jornada de atender a mi hija con la emergencia surgida antenoche con lo de su ojo derecho. No encontramos un especialista pediátrico para atenderla donde vivimos, así que el médico que la atendió en el área metro va a darle seguimiento el dia de hoy. Entonces, nos levantamos temprano para emprender nuestro viaje. Mientras mi esposo va conduciendo, voy siempre escuchando la radio y observando el paisaje. Al ser dia de semana de trabajo, pude observar varios vehículos rotulados de diferentes compañías, con un aviso en la parte trasera donde te alienta a que si observas que el vehículo es conducido negligentemente lo notifiques y te provee un número de teléfono para que puedas comunicarlo. ¿Y porqué las compañías hacen ésto? Porque cada conductor representa la empresa. Su manera de conducir habla de como se conduce la empresa para la cual trabaja. Las personas que están a su alrededor no lo ven a él, ven a la compañía. Nosotros estamos en la misma situación. Nosotros como hijos de Dios somos sus representantes aquí en la tierra, sobre todo cuando nos identificamoa como cristianos. Entonces las personas enfocan su mirada en nosotros, y nuestra manera de comportarnos la asocian a Dios. Y muchas veces los cristianos se cuestionan porque las personas cuando nos identificamos como Hijos de Dios nos vigilan mas cerca que a los demás. Porque representamos a un Dios que nadie ha visto, a un Dios que personalmente no conocen, a un Dios que algunos dicen que no existe y hasta cuestionan toda su creación y sus obras. Buscan encontrar en nosotros la contestación a todas las interrogantes que tienen sobre Él. Por eso personas que exhiben un buen testimonio, aún sin ir directamentea presentar un plan de salvación han llevado a otros a querer acercarse a Dios, a querer conocerle y a entregarle también sus vidas. Una vez conocemos ésto, con este conocimiento viene también una gran responsabilidad que en mosotros mismos no podemos cumplir, sino solo con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros. El otro aspecto de ésto: las heridas que causamos, las personas que juzgamos ligeramente, las personas en necesidad que no ayudamos, los que en nuestra altivez de santidad menospreciamos, van a llevar esos rencores contra Dios más que hacia nosotros. Recuerda, somos los representantes visibles de un Dios invisible. Si manejamos negligentemente, la queja va directamente a nuestro Padre celestial. Oremos al Señor con nuestros corazones al descubierto, para que podamos junto a la ayuda del Espíritu Santo examinar nuestras vidas para ver si estamos conduciéndonos responsable o negligentemente. ¿Mi comportamiento acerca a otros a Dios o los aleja?
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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