Durante mucho tiempo estuvimos buscando una palabra para la obediencia, una virtud que los nativos nunca practicaron ", relató un misionero." Un día, cuando salía de la aldea, mi perro se quedó atrás. Silbé, y él vino corriendo detrás de mí a toda velocidad. Un anciano nativo en la carretera dijo con admiración: "Mui adem delegau ge"; literalmente, 'Perro tuyo, el oído es solo', es decir, 'Tu perro es todo oído' (obediente). Tomé esa expresión de inmediato y descubrí que tenía una hermosa palabra para obediencia. Seamos todo oídos para nuestro Señor "- Christian Herald (Londres) Quizás hemos escuchado muchas veces la palabra mandamiento, y no conocemos su verdadera definición. Mandamiento o mandato es una orden dada por alguien con autoridad para hacerlo. Nuestra naturaleza rebelde, caída, se resiste a ser obediente a lo que otro nos ha ordenado. Desde que somos niños tratamos de retar la autorizad de nuestros padres, hasta que encontramos que hay consecuencias al respecto. El concepto de mandato en este mundo muchas veces se asocia a un aspecto negativo. Pero no así los mandatos de Dios. Pero el obedecer un mandato va a depender de cuán atentos escuchamos o entendimos lo que se nos ordenó. ¿Cómo vamos a obedecer lo que no sabemos? El versículo que aquí comparto de Proverbios, está relatado desde un punto de vista de un padre un hijo, que quiere darle un mensaje muy importante. Dios nos habla a diario, sea en oración o en el estudio y meditación de su Palabra. Pero, ¿le estamos prestando atención? ¿Somos todo oídos? O, ¿andamos tan envueltos en los afanes diarios que no prestamos suficiente atención? Los mandamientos de Dios no están diseñados para ser una carga para nosotros. Están diseñados perfectamente para mostrarnos que somos pecadores, que necesitamos depender de Dios para todo, y para guiarnos a la vida abundante, llena de paz que Jesús vino a conquistar para nosotros en la cruz. ¿Puedo obedecer y atesorar sus mandamientos si no los conozco bien? Conocerlos implica conocerle también a Él. Implica dedicar tiempo a profundizar en su Palabra para poder amarla y atesorarla. Conlleva disciplíname a mi mismo para que lo espiritual gane sobre lo carnal. La Palabra dice que e que le ama guarda sus mandamientos. Si le amo, voy a querer conocerle mejor y voy a querer honrarle. Como consecuencia de esa obediencia sólo obtendré bendición para mi vida. El libro de Proverbios presenta muchos consejos prácticos pero debo aprenderlos y estudiarlos para hacerlos parte de mi. Oremos al Señor para presentarnos como oidores dispuestos a atesorar su Palabra para ser obedientes a ella. Entreguemos a Él nuestra voluntad y que sea su Espíritu Santo guiando nuestras vidas.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
Categories |