— “Si yo tengo la razón, no me le quedo callada a nadie”— eso decía yo todo el tiempo. Pero la vida nos da muchos cántaros y vamos aprendiendo que no siempre ganar un argumento es el mejor premio. Aprendemos que nuestra paz interior vale mucho más que ganar cualquier discusión. Muchas veces, no hay un problema verdadero, excepto una colisión de orgullos y vanaglorias que jamás van a ponerse de acuerdo. Lamentable te, aprendí esta lección después de muchas batallas verbales, argumentos y discusiones que no llegaban a ninguna parte al final del día, pero si me quitaban la paz y la tranquilidad. La Palabra de Dios nos provee consejos y es nuestra mejor guía ante cualquier situación en que nos encontremos. Por pequeño que nos parezca, sí podemos encontrar respuestas a todas nuestras interrogantes. Claro, para eso debemos leerla y meditar en ella, con la ayuda del Espíritu Santo. Dicho esto, aquí encontramos otro gran consejo que aunque parece liviano, solo busca el que vivamos esa vida abundante que Dios quiere para nosotros y modelemos un testimonio vivo de que Él vive en nosotros y es nuestro Señor. A veces, el irnos a discutir sin grandes razones, no nos afecta a todos los temperamentos. Los que son de temperamento flemático o melancólico, que son los introvertidos, tratan de evitar conflictos de manera natural, pero los que somos coléricos y sanguíneos, nos cuesta quedarnos callados. Nuestra cultura latina es muy dada a levantar la voz, a discutir por todo, sobre todo por política y religión. Veo tantas peleas y “tiraeras” en las redes sociales que nos desvían de lo que verdaderamente debemos hablar. Hemos sido llamados a llevar un mensaje de buenas nuevas, el evangelio de Jesús, que puede cambiar una vida de la condenación eterna a la salvación eterna. Vemos por ejemplo al apóstol Pablo, que utilizó para comunicar el evangelio, todo lo que tenía disponible en sus tiempos. Escribió cartas, visitó y predicó en persona, caminó largas distancias, viajó en barco, y hasta en sus prisiones vio una manera de llegar a otros que no andaban libres por ahí. ¿Que tú crees que hubiera pensado Pablo de las redes sociales hoy día? ¿Qué hubiera pensado de la facilidad de los carros que tenemos hoy? ¿Piensas que Pablo iba a pasar su tiempo en discusiones doctrinales, en política, o en criticar y burlar a otros? ¿Formas tu una discusión o un argumento con facilidad? Cuando vayas a verte envuelto en una discusión piensa rápidamente, ¿qué voy a ganar con esto? Si es aumentar tu orgullo, demostrar que sabes más que alguien, o dejar en ridículo a otra persona, ya sabes la respuesta. La verdad no grita. La verdad se lleva en amor. El amor no ofende y no busca lo suyo. Al final e mejor premio será la paz en tu vida. Oremos al Señor para que sea su Espíritu Santo advirtiéndonos cuando vayamos a entrar en un pleito sin razón. Que nos ayude a enfocarnos en llevar el evangelio a cada momento de nuestras vidas, para su gloria. Amén.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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