Me imagino que has estado enfermo alguna vez. Y a nadie le gusta sentirse así. Las enfermedades afectan nuestro cuerpo, y nos quitan nuestro bienestar, por lo que también nos afectan, en muchas ocasiones, emocionalmente. A veces nos hemos enfermado por algún descuido, y en otros casos, lo contrajimos de manera inevitable. Cuando nos enfermamos, nuestro cuerpo cambia sus prioridades, y va directo a atacar la enfermedad. Comienza una guerra interna, aunque no estemos conscientes de ello. Los medicamentos ayudan al cuerpo en enfermedades que son más fuertes, y te ayudan a sanar en un tiempo menor. Las medicinas no son agradables, hasta que tienes la madurez suficiente para entender que solo te harán bien. Podriamos decir que así somos espiritualmente. El temor a Dios y su sabiduría es para nosotros como medicina que sana nuestro cuerpo y alivio a nuestros huesos. No es hasta que reconocemos qué hay algo mal en nosotros, que algo nos duele y no nos deja funcionar normalmente, que anhelamos una medicina que nos alivie. Hasta que no vamos desarrollando una madurez espiritual , y vamos aprendiendo a discernir la voz del Espíritu Santo en nuestras vidas, no nos damos cuenta, de lo necesaria que es la Palabra y la sabiduría de Dios en nuestras vidas. Mientras más crecemos en el Señor, más pecadores nos vemos y más necesitamos de su ayuda para poder tener una vida en abundancia. Para cada área de nuestra vida que nos estorba en nuestro caminar, o esa debilidad, ese defecto, hay una cura y alivio de parte del Señor. Ya Él ha hecho provisión para nosotros. Mientras más anhelamos conocer su Palabra y que su presencia se manifieste en nuestras vidas, más experimentaremos el gozo. Un tiempo en la presencia de Dios en transparencia, humillación y adoración liberan más el stress que una sesión de yoga. Heridas del pasado, rencores, amarguras, al ser removidas por la sanidad que sólo Él puede realizar en nuestros corazones, nos liberarán de dolores físicos y otras dolencias. La confesión de pecados, nos libera de la culpa, la vergüenza y nos devuelve nuestro valor, nos sentimos libres. Hoy vamos a buscar sanidad. Oremos al Señor presentando nuestros corazones de forma transparente para que sea Él mostrándonos lo que debemos entregar para poder sanar. Que nos ayude a dedicar tiempo al estudio de su Palabra para ir adquiriendo la sabiduría que traerá bienestar a nuestra vida.
1 Comment
|
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
Categories |