Nacemos llorando. Creo que es un buen indicador de lo que nos espera el resto de nuestras vidas aquí en la tierra. No me malentiendan. No soy pesimista, pero hay una realidad de que enfrentamos día a día. Jesucristo nos advirtió que en este mundo tendríamos aflicción pero que confiáramos, que Él había vencido al mundo.
Encontramos a diario muchas cosas buenas, pero también enfrentamos situaciones que sacan al relieve lo peor de nosotros: nuestro mal carácter, nuestras actitudes de coraje, pesimismo, egoísmo, venganza... Y vivimos en una lucha constante por tener paz y llevarnos bien con todo el mundo, pero coexistimos con el vivir a la defensiva, como en un campo de batalla, preparados para el próximo ataque. Como cristianos hemos sido enviados a dar testimonio del amor de Dios, del evangelio y de que en Él hay esperanza. Y una vez comenzamos esa vida nueva tenemoa toda la energía del mundo y las buenas intenciones de lograrlo; pero, vemos que se nos va haciendo difícil. Comenzamos a dar bien a los que nos rodean y a cambio recibimos mal, críticas y deseos de vernos fracasar. Y nuestra meta comienza a parecer lejana e inalcanzable. Pero, ¡hemos sido llamados a paz y a amar a nuestros enemigos! Es ahí donde tenemos que hacer inventario de nuestras debilidades y mostrarlas y rendirlas a Dios para que sea en Sus fuerzas y no en las nuestras que podamos retomar el camino donde nos quedamos. ¡Su poder se perfecciona en nuestra debilidad! Somos llamados a sembrar su Palabra, y realizar esa tarea nos trae gran gozo y crecimiento a nuestras vidas. El perseverar en hacer la voluntad de Dios, y rendir cada día nuestras emociones y actitudes van a rendir fruto. Seguir sembrando, en ocasiones nos traerá llanto, porque rendir nuestros "derechos" no es fácil, pero segaremos alegría, porque Dios sustenta nuestras vidas. Para sembrar en otros la semilla del amor de Dios tenemos que morir a nuestro yo. No dejemos de sembrar aunque sembrar nos cueste. Oremos para que Dios nos de las fuerzas y el gozo que necesitamos para seguir sembrando para el Reino. Que nos ayude a reflejar actitudes que lleven a otros a desear lo que nosotros tenemos.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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