Llevo dos noches ayudando a mis hijos con sus proyectos de feria científica porque nos quedan varios días para la fecha de entrega. ¿Porqué? Porque es la misma historia de siempre, dicen lo que tienen que hacer a última hora, y entonces yo tengo que correr con ellos. Y no es por falta de consejo y amonestación porque se los digo todo el tiempo. El problema de esto es que no da tiempo quizás a cubrir detalles que le darían un toque de excelencia al proyecto. Los estilos de vida han cambiado tanto que andamos haciendo las cosas apurados y a última hora. ¿Nuestro problema? Que muchas veces andamos de prisa también para las cosas del reino de Dios. Veo tantas personas que llegan tarde a la iglesia los domingos, aún a mitad de la predicación. Hay algunos que no van al devocional y llegan solo al mensaje. Eso es como llegar a una cena y haberse perdido el aperitivo. Pero los que se van antes de finalizar el servicio y no esperan para como iglesia interceder por el llamado a las vidas para salvación son como los que se pierden el postre. Y no sólo en los servicios que atendemos en la iglesia. ¿Cuán de prisa estamos para meditar en el Señor durante el día? ¿Demostramos nuestro agradecimiento a Él todos los días por su infinita gracia y misericordia? ¿Nos detenemos para compartir con otros el mensaje de la cruz? No puedo tratar a mi Dios de prisa dedicándole ratitos que me sobran. Me gustó mucho el texto que relata que Abraham temprano en la mañana corrió al lugar donde estaba la presencia de Dios. Igual nosotros debemos tener ese anhelo, esa sed de temprano buscarle. Me encanta el verso que como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por Dios el alma mía. Sí debemos tener una urgencia. ¡Sí debemos correr! Corramos, temprano, a tiempo a la presencia de Dios. Anhelémosle en todo tiempo. Es allí donde toda mi vida se pone en orden. Es allí donde se refresca mi alma y se renuevan mis fuerzas. Es allí donde el gozo de mi salvación inunda mi vida. Tengamos prisa por atender los asuntos del reino como se merecen. Oremos entregando todas nuestras cargas, nuestros compromisos, y nuestras ansiedades al Señor. Entreguémosle nuestra agenda y gocémonos delante de Él. Que su Espíritu nos mueva a tener urgencia por Él.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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