“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7 NTV Soy de las que cocino sin medidas, y me encanta crear nuevos platos y combinar ingredientes. La cocina me apasiona. Pero te diré como comenzó.
Mi mamá era conocida por el sabor de su comida. Si íbamos a una fiesta, bastaba solo darle unos minutos para que la vieras en la cocina, sea por voluntad propia o por invitación. Y como le encantaba cocinar, nunca nos dejó cocinar mientras íbamos creciendo. Llegó el momento en que me iba a casar y le decía que yo no sabía cocinar, que iba a ser una vergüenza el que yo no supiera nada, con una madre experta. Y su contestación la recuerdo siempre, “lo que necesitas es un libro de cocinar y sales cocinando” y adivinen cual fue uno de sus regalos de boda: un libro de cocina criolla. Y no estuvo muy lejos de la verdad. Su regalo fue el primero de otros libros, que siguieron con revistas y programas de cocina, y más adelante con programas de computadoras de recetas. Y entre la práctica, la innovación y el gusto, se fue creando en mi un banco de técnicas y conocimientos que al día de hoy puedo realizar y combinar sin mucho esfuerzo. Sigo leyendo sobre el tema para mantenerme, pero ya es más sencillo para mi que cuando comencé. Y así es la receta para la paz. Paz aún en medio de un mundo que convulsiona, que ha perdido la tolerancia y la paciencia. Comienza con conocer al Príncipe de Paz. Al principio se nos hace más difícil pero tenemos el libro de recetas: La Biblia. Allí tenemos todas las direcciones, y sustituyendo las llamadas que hacía a mi madre cuando tenía dudas, tenemos el Espíritu Santo que nos acompaña, nos ministra y nos habla. La clave está en combinar estos ingredientes con la oración y la fe. Debo confiar en las promesas y la Palabra de Dios que es firme y permanece. Él me pide que le entregue mis cargas, preocupaciones y necesidades. Él es el único que tiene control sobre este mundo y es el Todopoderoso. Es posible tener paz en este mundo y en nuestro interior. Esta receta no falla y siempre obtienes los mismo resultados. Oremos al Señor y entreguemos nuestras cargas, preocupaciones y ansiedad. Gracias por que siempre nos escuchas y nos das paz en medio de cualquier situación. Aumenta nuestra fe. Amén.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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