He estado enferma estos días, por eso no había escrito. No sabemos la razón exacta aún, excepto que algún alimento que ingerí me hubiera causado los episodios de vómitos y náuseas acompañados con fiebre que me dieron. Mi esposo preocupado ante el estado en que me vio, me llevó al hospital, a la sala de emergencias. Allí me encontraron bastante deshidratada, causado por todo el líquido que perdí vomitando y por la temperatura alta. Mis primeros análisis arrojaron valores muy elevados para los glóbulos blancos de la sangre y una hemoglobina baja. Me indicaron los médicos que no podía irme del hospital con un cuadro clínico así. Me administraron sueros de salina normal para hidratarme rápidamente y en unas horas me repitieron las pruebas, donde ahora los valores elevados habían bajado bastante. Ahora quedaba la incertidumbre de si los conteos de mi sangre estaban muy diluídos y no estaban frente a un valor real, así que me dieron de alta con las instrucciones de repetirme las pruebas al otro día, luego de que todo se estabilizara y visitará a mi médico. Así lo hice el e día de hoy, y ya mis resultados se veían mejor. Pensando en ésto, venía a mi mente el versículo que con ustedes comparto donde nos exhortan a anhelar el alimento espiritual no adulterado. Hay personas que básicamente diluyen la Palabra de Dios, cuando sólo toman de ella lo que les gusta y descartan lo que se les hace difícil o les lleva a tropezar. Por el otro lado, hay personas que quieren ser tan rígidos que añaden a lo que ya fue escrito. Al igual que con mis resultados, se pierde lo que es verdadero. Toda escritura fue inspirada por Dios, y Dios ha preservado su Palabra a través de los tiempos y lo seguirá haciendo. Todo lo que en ella hay es para nuestro bien y crecimiento espiritual. Hay promesas que nos gustan y hay mandatos que van en contra de nuestra carne, nuestro cuerpo terrenal. Pero debemos asimilarla a través de la fe y el entendimiento que el Espíritu Santo nos provee. Cambiar u obviar lo que en ella hay, es engañarnos a nosotros mismos. Como cristianos debemos velar por que sea utilizada correctamente, y podamos llevarla a otros fiel y exacta como el Señor quiere. Oremos al Señor agaradecidos por que contamos con su Palabra como guía. Demos gracias porque aún donde vivimos tenemos libertad para adquirirla impresa y estudiarla públicamente. Que Dios nos guíe por medio dela sangre de nuestro Señor Jesucristo y el denuedo que nos da el Espíritu Santo a compartir su Palabra en todo lugar.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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