La persona que es ambiciosa pretende conseguir algo que actualmente no tiene. La Real Academias española la define como el deseo de obtener poder, riquezas o fama. Se considera que la ambición puede ser saludable cuando promueve la acción y te lleva a alcanzar metas. Pero recuerda que todo lo que hacemos está contaminado por el pecado en nuestras vidas, así que en su gran mayoría, la ambición nos lleva a una búsqueda desmedida, que nunca termina, porque una vez obtenemos lo que queremos, necesitamos más. Siendo Proverbios un libro que quiere guiarnos a alcanzar la sabiduría y llevarnos a vivir plenamente y en paz, menciona la codicia en varios versículos más adelante. El pecado del mundo comenzó por una desobediencia aspirando el ser igual a Dios. El ser humano anhela el poder desde el principio. Las propagandas, los medios de comunicación y las redes sociales que tenemos hoy, van sutilmente, menoscabando las enseñanzas de Dios y sus principios en nuestras vidas, para arrastrarnos a la corriente de este mundo donde tu valor lo determinan tus posesiones y tus posiciones en la sociedad. La gente te aprecia por los éxitos terrenales, por las marcas que usas, y por el prestigio basado en los modelos de la publicidad del momento. Para complacer al mundo, debes ser codicioso, porque los estándares que pretendes alcanzar, siempre van a estar muy altos para ti, y cambian todos los días. Es una vida de esclavitud, de agotamiento emocional y físico, que nada aporta, si no más bien, a la destrucción de nuestras familias. Debes estar alerta a esas trampas, como bien dicen los versículos, un ave vuela lejos de la trampa que le han tendido, más nosotros tenemos un razonamiento y nos dejamos atrapar fácilmente. Lo contrario al pecado y a la ambición, es la santidad de Dios y nuestra humillación ante esa santidad. Dios nos da el Espíritu Santo para que habite en nosotros y sea nuestra guía, nuestro maestro y nos convenza de pecado. Cada propaganda nos llena la mente de falsas necesidades y espejismos de felicidad, que sólo eso son. Llenémonos de la Palabra de Dios y así conoceremos la voluntad de Dios para nuestras vidas y tendremos la verdadera felicidad. Prefiero el poder de Dios en mi vida, que el supuesto poder terrenal que yo pretenda alcanzar. El poder terrenal lo define el momento, y es efímero, el poder de Dios es el que creó todo lo que vemos y subsiste a través de los siglos. Las palabras de sabiduría espiritual nos traen paz a nuestras vidas, y eso es algo que no el dinero, ni el poder, ni la fama nos puede comprar. Puedes tener los lujos más grandes en tu habitación y no poder dormir tranquilo. Puedes tener la fama que desees y sentirte solo. Puedes tener el poder que anhelabas y solo tienes enemigos a tu alrededor que sólo maquinan cómo derrotarte. Pero La Paz que solo Dios puede dar sobrepasa todo entendimiento. Sé ambicioso para las cosas espirituales. Anhela disfrutar de la presencia de Dios y ten sed por su Palabra. En estas cosas, nunca te detengas, pues éstas son vida. Oremos al Señor presentando nuestras vidas y pidámosle que escudriñe nuestros corazones para revelarnos si estamos siendo ambiciosos para algo que no sea espiritual . Que podamos entender la grandeza del tesoro que nos ha sido dado y anhelemos cada día el pan espiritual que nos da vida.
1 Comment
Martina
7/22/2020 05:22:55 pm
Gracias, me sirvió mucho.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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