Soy tecnóloga médica de profesión y Dios me ha dado la oportunidad de trabajar en diversos sectores de la profesión. Hace como quince años estuve trabajando como representante de ventas en hospitales y laboratorios clínicos independientes. Como parte de mi trabajo, la compañía me envió de viaje a New Jersey, donde el manufacturero de una de las marcas de analizadores que distribuíamos tenía sus facilidades. Estuve en diferentes entrenamientos durante una semana, y el último día nos llevaron a una visita por las diferentes áreas de las facilidades. El área que más nos impresionó fue el área de ensamblaje y manufactura. Allí nos explicaron todos los diferentes tipos de ingenieros que aportaban su especialidad para formar un solo equipo. Por ejemplo, recuerdo que nos mencionaron los ingenieros eléctricos, químicos, mecánicos, entre otros. Cada uno trabajaba aportando ideas y diseños en su área y al final, un ingeniero tenía a su cargo, el incorporar todos los diseños e ideas de manera que se acoplaran perfectamente. ¡Wow! Ese ingeniero tenía el trabajo más retante de todos. ¿Cómo poder incorporar cada pieza distinta o cada diseño distinto, logrando un analizador funcional y eficiente? Reflexionaba esta mañana en cómo cada uno de nosotros somos un diseño distinto, formado por cada experiencia vivida desde el vientre de nuestra madre. Cada suceso va tallando en nosotros nuestra personalidad y cómo actuamos y nos relacionamos con los demás. En estas experiencias vividas vamos adquiriendo miedos y creando barreras de protección como defensa para no sufrir o volver a sentir dolor. Nos relacionamos con los demás basado en cómo hemos percibido el trato de los demás durante nuestras vivencias. Cuando hemos sido objeto de rechazos, burlas, ataques verbales, constantes críticas, nuestro comportamiento hacia los demás está basado en nuestros temores e inseguridades que llevamos guardados muy dentro, y que damos por olvidados en muchos casos. Pero Dios, es ese ingeniero maestro que une todos los diseños individuales a través del Espíritu Santo que mora en nosotros. Su iglesia es una y debe dar testimonio de Él. Pero cada temor con el que vivimos nos separa de nuestros hermanos en la fe y afecta nuestra unidad. Solo el amor de Dios echa fuera nuestros temores y nos lleva a una unidad perfecta. Dios puede sanar aún las experiencias más dolorosas y más arraigadas en nuestro ser. Es en Él que podemos ser un solo equipo con funcionalidad y eficiencia para su reino. Oremos al Señor pidiendo que analice nuestras vidas y nos muestre qué temores hemos guardado por años y nos afectan en nuestras relaciones con los demás, sobre todo con nuestros hermanos en la fe y nuestras familias. Depositemos en Él nuestros temores e inseguridades para ser daños y vivir esa vida abundante que tiene para nosotros.
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¡Me encanta la playa! En Puerto Rico somos bendecidos en que al ser una isla, en varios minutos llegamos a disfrutar de una playa. Me encanta el olor a sal, a mar, sentir la brisa mientras escucho el vaivén de las olas en el fondo. Para aquellos que les encanta la playa, este estilo de decoración costero les permite llevar un pedacito de playa a su hogar. Para muchos, el mar no sólo es hermoso, sino intimidante en su grandeza, su apariencia infinita y su desconocida profundidad. Eso me lleva a reflexionar en la experiencia de Pedro con Jesús donde actuando en fe, Pedro pudo caminar sobre las aguas. ¡Era algo imposible! Acababan de enfrentar un mar embravecido, pero Pedro tenía la convicción de quien era Jesús y de que su poder iba por encima de los mares. Allí en la barca hubo varios testigos de lo acontecido, pero sólo Pedro caminó sobre las aguas. Nuestra vida se basa en pequeños pasos de fe, donde todos los riesgos, posibles consecuencias o temores los entregamos a los pies de nuestro Señor para que podamos actuar en fe, reconociendo la grandeza y poder de nuestro Dios. Entramos a mojarnos los pies, pero mientras vamos profundizando en nuestra relación con Dios, se nos pide que vayamos mar adentro. Este estilo de decoración se constituye con elementos de materiales naturales, en colores que se encuentran en la paleta maestra de un paisaje costero o de playa. Predominan el blanco, como la espuma Del Mar, los cremas como la arena y los azules como el cielo y su reflejo en el mar. Tonos de verde como follaje adornan lo que son las tonalidades de manglares y arbustos playeros. Me gusta incorporar a mi hogar decoraciones que definan nuestros gustos, nuestras experiencias vividas y elementos que nos hagan sentir cómodos y que nos den ese sentido de pertenencia. Siempre oro porque el ambiente en mi hogar sea uno que refleje que allí vive una familia cristiana. Es agradable el recibir visitas que perciben un ambiente diferente y acogedor. Recuerdo en una ocasión que un señor prestó un servicio y me preguntó si era cristiana. Me dijo que algo sentía en el ambiente que solo podía percibir en casas donde había cristianos, como un ambiente de paz. Doy gloria a Dios por eso y es tremendo testimonio. Eso es algo que ningún artículo de decoración te puede dar. Eso se percibe por el carácter de Cristo como se va reflejando en nuestras vidas, no por nuestras cualidades, sino por su obra. Que tú mayor elemento de decoración sea el aroma de Cristo que inunde tu hogar. Arriésgate como Pedro a entrar en aguas más profundas. Si sostuvo a Pedro te sostendrá a ti también. Que cada vez que veas el mar puedas ver la grandeza de Dios y reflexionar en tu fe. Que sea nuestra fe lo que nos mueva, nos dirija y nos sostenga en medio de las olas de un mundo que no es constante pero nuestro Dios es el único que tiene poder sobre él. Oremos al Señor presentando nuestras vidas para que sea Él quien nos dirija en fe y podamos ser llevados hacia cosas maravillosas y milagrosas para testimonio de su poder.
Puerto Rico ha pasado por mucho últimamente. De tres años para acá pasamos por un huracán categoría 5 (porque no había más categorías) que dejó toda la isla a oscuras por mucho tiempo. Pero nos unimos como pueblo y pudimos superarlo. Pasamos por terremotos en el área sur que fueron sentidos en toda la isla, dejando nuevamente personas sin hogar y con el trauma de dormir bajo un techo. Pero por la gracia que Dios nos ha concedido, el poder ir recuperándonos y sentir la unión de nuestro pueblo que se movieron desde todos los pueblos a llevar ayuda a los damnificados y ofrecieron sus servicios para suplir alimentos y ayuda emocional y espiritual. Los puertorriqueños nos hemos caracterizado por la capacidad de unirnos. Recuerdo hace varios años cuando los cristianos nos unimos, sin importar la denominación para ir en protesta contra el gobierno en un momento en que quisieron cambiar nuestros derechos como padres a educar a nuestros hijos y miles de personas se dieron cita resultando positivamente. En lo que los puertorriqueños no se unen, lamentablemente, es en la política. La política está muy arraigada en el corazón, sembrada por la tradición y la cultura. La política nos divide, crea antagonismos y ciega por el fanatismo. Hace año y medio pensaba que los candidatos a dirigir nuestro país no ofrecían nada bueno, sobre todo en cuanto a los valores y la persecución a la iglesia. Pero Dios, que han bendecido esta isla en incontables ocasiones, nos bendijo nuevamente con un partido con base de valores cristianos y guardando la fe, mientras cuenta con personas bien preparadas académicamente pero respaldadas por la sabiduría que solo proviene del temor a Jehová. ¡Somos bendecidos! Eso pensé. Al parecer, el Espíritu Santo puede conquistar todas las áreas de nuestras vidas con excepción de la política. He visto una iglesia dividida, por apoyar los mismos candidatos que ya en un pasado no han traído nada bueno a PR y tienen tan explícitamente en sus plataformas de partido lo que creen, lo que van a implementar sin duda alguna. ¿Será tan grande el ganaríamos? ¿Las ganas de ganar sacrificando nuestras próximas generaciones? Todas las decisiones que tomamos hoy tienen consecuencias a muy largo plazo. ¿Qué país quiero dejarle a mis hijos, nietos y los hijos de ellos? Si la Palabra me dice que todo lo que hagamos lo hagamos para el Señor, ¿cuando entre a la urna a ejercer mi voto lo estaré haciendo para el Señor? Tengo un reloj de arena, y les comparto aquí la foto. A veces hago pausas en el trabajo para observarlo. Son minúsculos granitos de arena, pero todos juntos son visibles. Todos juntos mueven una gran cantidad. Van moviéndose uno a uno, hasta lograr moverse todos. No importa de que forma coloques el reloj de arena, los granitos van a moverse hacia el fondo, uno a uno, pero de forma constante. Nosotros como cristianos, no importa las circunstancias debemos movernos hacia la base de las escrituras buscando siempre glorificar el nombre de nuestro Dios y Salvador. Vemos que no somos muchos, pero no es así. Juntos somos más visibles. ¿Cómo es posible que unos pocos griten más fuerte? Nuestro líder es Jehová de los ejércitos, el Poderoso de Israel, el Todopoderoso. Oro al Señor por mi tierra, por su gente, y porque su pueblo pueda al fin despertar y llegue un gran avivamiento a nuestra nación. Como parte de la serie de decoración y estudio de la Palabra hoy hablaremos sobre el estilo de “Casa de campo moderna”. Este es un ajuste al estilo de granja y campo tradicional donde se le incorporan elementos que lo tornan elegante con tonos que inspiran a la comodidad y a la sencillez. Con este estilo no necesitas vivir en el campo, puedes traer el campo a tu casa. Y no estamos hablando de granjas o cosas antiguas, sino de ese concepto que invita a compartir en familia. El estilo nos lleva a remontarnos a esos campos de viñedos, tranquilos, de abundancia, colores relajantes y un ambiente relajante. Al pensar en esos viñedos y ese ambiente, viene a mi mente los pasajes de Juan 15 donde Jesús nos compara a ese viñedo donde dice que Él es la vid verdadera y su Padre el labrador. Como un pámpano no puede producir las uvas fuera de la vid, así también nosotros nos nutrimos de esa relación verdadera con Cristo. Nos da vida y todo lo necesario para dar fruto que da testimonio de Él. Puedes ver que ese arbusto es un viñedo cuando ves las uvas, que por cierto, lucen hermosas. Igualmente nuestras vidas deben glorificar a Dios y mostrar a otros que somos sus hijos. La paleta de colores del estilo de campo moderno son colores neutrales donde los elementos que le adornan van a ser destacados mientras el fondo o el canvas de ésta decoración da continuidad y relajación. Piezas cálidas de madera decoran los pisos y techos además de ser incluidas en el mobiliario para el toque rústico moderno. A esto se añaden telas orgánicas y texturas para darle ese toque mágico. Se introducen detalles orgánicos, naturales, que son ligeramente imperfectos para un toque personalizado y único; piezas únicas que hacen cada decoración realzar dentro del mismo estilo. Para poder llevar fruto debemos ser limpiados, moldeados. Puedes leer todo el capítulo 15 porque es maravilloso. El Padre nos ama y no solo nos dio salvación, nos hace útiles para ser instrumentos suyos en el Reino. Somos muy diferentes y únicos pero Él nos llena de su gloria y nos moldea para ir pareciéndonos más a Cristo cada día. Para mí, el que Dios pueda usarme a pesar de mis defectos y debilidades es motivo de gran gozo y servirle y rendirme a sus pies trae un deleite que no puedo encontrar en nada que el mundo me ofrece. En esta foto vemos la diferencia entre el estilo de granja tradicional y el moderno. Este estilo moderno combina el contraste de las paredes neutrales con elementos negros como accesorios y fuentes de luz creados con hierro, por ejemplo. Los gabinetes deben tener un aspecto limpio, sin molduras o diseños. Como pieza de arte imperfecta, nuestro testimonio obtiene gloria cuando lo contrastamos con la santidad de Dios. Una pieza imperfecta junto a muchos imperfectas, solo hacen un conglomerado de defectos. Sin embargo, una pieza imperfecta junto a un fondo neutral, limpio y perfecto, hace que podamos ver belleza en él. La belleza y la gloria que podemos exhibir solo glorifica al Creador y separados de Él nada lucimos. Somos luz porque Él es luz. Como dice en Juan 15, separados de Él nada podemos hacer. Hoy es bien dia para rendir tu vida al Señor, y comenzar una vida nueva. Si ya le conoces, es bien día para que te acerques y se cultive tu relación con Él. Separados de Él nada podemos hacer. Oremos al Señor rindiendo nuestras vidas para entrar en su deleite y en su paz. Que nos revele quienes somos en Él y como somos sin Él. Que podamos gozarnos en medio de nuestros defectos y debilidades porque Él los usa para su gloria.
Este es nuestro tercer estilo, el industrial. Es un estilo que también está de moda, y es práctico, fuerte y moderno. Poco se conoce sobre el origen de este estilo de decoración, pero se entiende que pudo haber comenzado a principios del siglo 20. Al finalizar la segunda revolución industrial, las características de ésta, fueron conocidas a nivel mundial. Esto provocó que diversas industrias empacaran sus cosas y se mudaran a países alrededor del mundo, dejando atrás estructuras industriales vacías y en el abandono, con recursos y materiales valiosos. Ya para los años 90, la población se había multiplicado y se hacía necesario el añadir más viviendas. Sabios arquitectos tomaron ventaja de estas estructuras industriales y les dejaron sus ladrillos como diseño y le dieron un estilo único a los materiales que caracterizaban la era industrial. Una promesa dada miles de años atrás para la redención de la humanidad estaba por cumplirse. Y ese Redentor sería llamado Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Toda una nueva era comenzaba. Con Él llegó nuestra salvación, la gracia y el perdón. Todo el vacío que existía en nuestras vidas encontraría su llenura y su paz. Jesucristo nos dio un nuevo propósito a nuestras vidas. El es el arquitecto que da vida y belleza a lo que estaba perdido. Viene a ser nuestra fortaleza. Nuestra base fuerte de vida. No teníamos esperanza y Él nos llamó a reflejar su luz al mundo. El estilo industrial utiliza muebles y accesorios hechos de materiales como aluminio, hierro, concreto, piedra, madera y cobre. Todos estos materiales son utilizados en estructuras industriales para que sean fuertes, sostienen peso, y perduran. Dan una buena estructura para hacer robusta la facilidad. Son entonces rediseñados para adaptarlos al hogar pero dando ese sentido industrial. En Dios nos sentimos seguros. En medio del vaivén de situaciones que enfrenta este mundo, guerras, pandemias, opresiones políticas, envidias, injusticias y otros males, podemos vivir confiados en que nuestro Dios es la roca donde está fundada nuestra vida. Esa roca firme sobre la cual podemos edificar nuestra familia, sabiendo que nada nos moverá. Nuestras habilidades y talentos son entonces rediseñados por el Creador para darles un nuevo fin: la edificación de la iglesia y para llevar las buenas nuevas de salvación al mundo. Es un alivio poder entregarle nuestras cargas y poner nuestro hogar en sus manos. La paleta de colores tiene como base neutrales como el negro, gris y blanco. Sobre éstos se añaden colores cálidos como el marrón y sus tonalidades, aunque puede combinarse con otros. Que Dios ponga en nosotros ese sentir que puso en Nehemías que al ver que su ciudad había sido destruída oró y se compungió y se hizo disponible al Señor para reconstruirla. No solo tenemos fortaleza, debemos presentarnos al Señor como obreros aprobados y ayudar a reconstruir y amar la iglesia, y las vidas que así lo necesitan. Vivimos tiempos donde podría flaquear nuestra fe y necesitamos depender, como siempre ha debido ser, más de la guía del Espíritu Santo y ponernos en la brecha para interceder por nuestros hermanos en la fe. Ayudemos a construir con material fuerte y no seamos quienes derriben con palabras o acciones.
Oremos al Señor para que nos use para construir con los materiales fuertes que Él nos suple. Que nos podamos poner en la brecha por la iglesia en estos tiempos y llevar el mensaje para aquellas vidas que aún no están fundadas en Él. El segundo estilo de decoración que estudiaremos es el ecléctico. Es un estilo que tiene la impresión de ser fácil de implementar, pero es todo lo contrario. El significado de ecléctico es el “derivar ideas, estilos y gustos de una amplia variedad de fuentes”. Se habla también que podemos aplicar la definición para describir un tipo de persona: “es una persona que deriva ideas, estilos y gustos de una amplia variedad de fuentes”. Basado en eso, se habla del eclecticismo como una filosofía de vida. Se dice que denota una pertenencia a una clase filósofos antiguos que no pertenecían o fueron fundados bajo ninguna escuela de pensamiento reconocida pero que recoge doctrinas de varias escuelas de pensamiento. Toda esa filosofía suena muy bien, porque extrae las mejores ideas de fuentes distintas. En nuestro caso, los cristianos vamos contra la corriente de la diversidad de este mundo porque nuestros fundamentos, doctrinas y principios están basados en las Escrituras y éstas no caducan o pasan de fecha. Quien escribió las escrituras es eterno y conoce todos los tiempos. Dios conoce los tiempos que todavía no hemos vivido nosotros. Con tal conocimiento en su omnisciencia y sabiduría, es el único que puede dar una palabra que aplique a todos los tiempos que vive la humanidad. La paleta de colores en el estilo ecléctico es muy variada ya que se trata de incluir variedad en el estilo. No sólo se trata de mezclar variedad de colores, sino que se utiliza una variedad de texturas, elementos étnicos de diferentes países y materiales de decoración. Puede parecer muy sencillo de crear este estilo y muchas personas llevan el concepto a una percepción errónea, ya que lo difícil de lograr un estilo exitoso es el poder crear una armonía que pueda juntar todos esos colores que chocan entre sí, esos estilos diferentes y esas texturas que se sobreponen unas a otras, para lograr una habitación hermosa en su cohesión de elementos que pudiera estar en la portada de una revista de decoración. Eso me lleva a reflexionar en cómo Dios crea la iglesia de personas pecadoras con diversas culturas, clases sociales, edades, niveles de educación que llegan a Él arrepentidos por medio de la fe en Jesucristo, a quien pone como cabeza de este cuerpo compuesto por partes distintas. Y no solamente eso, tenemos personas con diferentes temperamentos y personalidades, distintos trasfondos de crianza, experiencias, heridas, rencores y batallas que a través del amor de Dios pueden coexistir en una perfecta armonía y reflejar belleza y luz. Es a través de la cabeza, que es Cristo que el cuerpo puede funcionar de manera cohesiva, ya que el resto de cuerpo tiene las luchas de las emociones, los deseos y los impulsos. En un estilo donde partes tan diversas deben unirse, cada parte no puede buscar brillar por si sola, sino que deben fluir en la búsqueda del panorama completo. A consecuencia de la gran diversidad que existe en las personas, Dios en su sabiduría nos otorgó diferentes dones para ejercer juntos. Para cubrir necesidades distintas se requieren dones distintos, todos guiados con un mismo fin. ¡Dios ha pensado en todo! Debo deleitarme en la gracia que ha derramado sobre mí que me lleva a servirle en unas tareas específicas, necesarias para la edificación de la iglesia y llevar el mensaje de la Cruz a quienes deben escucharlo. El estilo ecléctico es uno de los más difíciles pero cuando es trabajado con destreza, resulta una verdadera obra de arte. No se ve cada pieza de decoración como aislada, sino aportando a la habitación que las sostiene. Aprendamos a apreciar y amar nuestras diferencias viéndola como una sola obra, la obra de Cristo en este mundo. Desde esa perspectiva, solo nos queda rendirnos para que sea Dios quien nos coloque en el lugar donde seremos mejores vistos, y hagamos brillar al decorador y no a cada pieza individual. Oremos al Señor dando gracias porque su obra maravillosa nos incluye, nos usa para su gloria, y nos hace parte de su familia y su iglesia. Que nos guíe para conocer nuestros dones y el uso que debemos darle para que no choquemos con nuestros hermanos en la fe, sino que por el contrario, trabajemos unidos con un mismo fin y los demás puedan admirar y alabar al Creador.
Comienzo la serie con el estilo en decoración que está “trending” o muy de moda. En Español se pronuncia “jugah”. La palabra “hygge” es una palabra danesa que significa “comodidad”. Expresa más bien un sentimiento significando mucho más que una palabra. Es parte de un ritual de disfrutar de los simples placeres de la vida y que busca en las cosas ordinarias un significado, la belleza y algo especial. El estilo hygge trata de llevarnos en medio de el stress creado por este mundo y sus afanes, a un estado de relajación, comodidad y disfrute de los placeres de la vida. Por eso en su manifiesto expresa que se fomenten las relaciones, los olores relajantes, la comida y ropa cómodas, para hacernos sentir acurrucados en medio del caos en que vivimos. Como cristianos, no necesito de ese estilo para sentir comodidad, paz y contentamiento. Jesucristo me ha dado vida, gozo y paz. Él no sólo restaura y remídela mi exterior, sino que transforma y sana mi interior, mi corazón, para llevarme a disfrutar de una vida abundante, respaldada por su poder, gracia y misericordia. Pero aún conociéndole, puedo llegar a sentirme agobiado en ocasiones. Es entonces cuando debo acercarme más a Él para vivir en su descanso. Puedo buscar y disfrutar de los placeres de la vida que me traerán una distracción momentánea a lo que estoy viviendo. Pero puedo aspirar a un estado de vida mayor dónde me sienta completo en Cristo, y un gozo que permanece. En Cristo encuentro plenitud y la verdadera comodidad. Pero puedo intercalar las ideas de este tipo de decoración en mi hogar, y complementarlo muy bien con la Palabra de Dios. Este estilo vuelve un poco a lo natural, minimalista, sin grandes complicaciones. Con una paleta de colores que evoca los árboles, la arena, el suelo, las telas orgánicas. Podemos reflexionar en la naturaleza, creación de Dios para nuestro deleite y sustento. Recuerda que las paletas de colores provienen del paisaje que Dios nos ha regalado. El estilo hygge nos lleva a apreciar las cosas simples de la vida. Tenemos un poder aún mayor en la Palabra cuando nos dice con el ejemplo del apóstol Pablo que podemos tener contentamiento en toda circunstancia, ya sea en abundancia o en escasez. Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. No es un esfuerzo de nosotros. Solo requiere de nuestra parte rendición. Es disfrutar cada día de su presencia en nuestras vidas, de elevarle alabanzas y deleitarnos en la adoración de quien la merece. No me envuelvo en placeres terrenales para llenarme. Me envuelvo en el deleite de rendirme a Él, de adorarle y servirle, y eso trae alegría, descanso, renueva mis fuerzas como el águila y me hace sentir amado. Dios nos ama, y nos enseña grandes principios usando todo lo que vemos y conocemos, como hacía Jesucristo cuando les hablaba por parábolas aplicando la cultura y costumbres de la época. Podemos aprender hablando de este estilo de decoración el ser felices con lo mínimo. No necesitamos grandes riquezas ni lujos para sentirnos identificados ni completos. Existen estilos de decoración para todos los gustos y personalidades. Todos buscamos lo que nos identifica. Me gusta este estilo porque me hace recordar la pureza, la santidad porque se usa mucho el blanco, y el gozo que siento en mi vida desde que Dios vino a mi vida. ¡Te cambia la vida! Encuentras belleza en todo lo que ves. Te sientes agradecido por todo lo que tienes. Que tu vida se vea reflejada en todo lo que decoras. Lo que externamente adornas no cambia tu interior. Oro porque Dios te lleve a apreciar y ser agradecido por lo que tengas, que aunque pienses que es poco, es suficiente y tu mayor riqueza se encuentra en tu herencia en los cielos. Oremos al Señor dando gracias y exaltando su nombre por que nos ha dado vida, y una vida abundante llena de gozo y paz. Que podamos estar en contentamiento con todo lo que tenemos y somos. Que podamos reflejar en otros el carácter de Cristo para que sus vidas sean llenas por su gracia. Pedimos al Señor que nos guarde de cambiar nuestras prioridades del reino por los placeres y la vanidad de este mundo.
Me encanta el tema de la decoración. Veo programas, leo, busco ideas, y trato de aplicar todo eso a mi hogar. Decorar es la “ colocación y combinación de elementos funcionales y ornamentales en un lugar o un espacio para embellecerlo, adornarlo o crear cierto efecto”. En palabras sencillas, tomas un espacio y lo cambias para impartirle belleza, pero no solamente eso, quieres que sea funcional. En esta serie veremos los diferentes estilos de decoración, o al menos las grandes categorías, porque existen muchas variantes. Pero lo interesante de toda esta serie es que iremos aprendiendo de la Palabra según vamos hablando de estos temas. Desde el antiguo testamento en la Biblia podemos ver diferentes ilustraciones sobre las decoraciones en esos tiempos. Y si piensas un poco, ¿sabías que las combinaciones de colores que se utilizan en las paletas de decoración son tomados de las combinaciones que existen en la naturaleza? Dios nos suplió de esa paleta de colores maestra. Dios todo lo hizo hermoso y variado además. Podemos asombrarnos con la variedad de especies de flores, plantas, árboles que vemos y aún se siguen descubriendo nuevas especies y nuevos colores. Podemos relajarnos observando las diferentes tonalidades azules del mar. Los atardeceres están llenos de combinaciones de destellos impresionantes, y cada estación del año nos da una sensación de frescura al cambiar por completo los colores que vemos a diario. Y dice en Romanos 1:20 “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” A través de lo que vemos en la creación podemos ver la gloria, la grandeza y el poder de Dios. Y cada día seguimos descubriendo cosas nuevas. Pero creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza. Inicialmente nos hizo perfectos, para ser eternos. El pecado trajo nuestra muerte espiritual, y la necesidad de un salvador para nuestras almas. El pecado ya no nos permite ser funcionales. Nos llena de actitudes y sentimientos que no son hermosos ni perfectos. Pero Dios, en su gracia y misericordia, por medio de la fe en Jesucristo, nos da vida, limpia nuestra vida y guiados por su Espíritu Santo nos va transformando. A través de esa transformación, Dios nos llama santos “separados para Él”, nos cambia, y ahora somos luz para alumbrar en este mundo. Él todo lo hizo hermoso, incluyéndonos. La mejor decoración y remodelación es la de nuestra alma, que nos lleva a la vida, y a una vida abundante de gozo y paz, aún en medio de las circunstancias de la vida. En el próximo blog comenzaré con los estilos de decoración, pero ahora, vamos a orar: Señor, gracias por llegar a mi vida para hacerla nueva. Si aún no he dado ese paso, que me guíes a comenzar por ahí. Gracias porque le has dado propósito y funcionalidad a mi vida y cada día nos sigues renovando hasta llevarnos a la perfección hasta que tú vengas. Que podamos ser esa luz que el mundo necesita reflejando tu gloria. Amén. Todo en este mundo es cambiante. Todo pasa de moda y todo vuelve otra vez. Los valores y la moral d este mundo son tan cambiantes como el vaivén de las olas del mar. Hemos adelantado en conocimiento, y hemos retrocedido en principios. El principio de la sabiduría es el temor a Jehová, como nos dice la Palabra, pero hoy día el que teme a Jehová, es considerado ignorante. A lo malo llamarán bueno y a lo bueno llamarán malo. Es más fácil seguir a favor de la corriente, porque nadar en contra requiere mucho esfuerzo. Nuestar tolerancia siempre será mínima hacia los hombres, pero vamos cambiando en cuanto hacia quién queremos tolerar. Antes, de adolescente y joven adulta pensaba que lo conocía todo, mejor que mis padres. Hoy pienso que en esa época no sabía nada, pero mis hijos hoy día piensan cómo pensaba yo. Nada en este mundo es constante. Por esa razón no hay nada a lo que me pueda aferrar. Nada constituye seguridad, porque hoy es y mañana quién sabe. Pero Dios es eterno. No puedo hablar de su comienzo y no puedo fijarle un final. Dios no cambia. Sus palabras, su ley y su consejo aplica a todos los tiempos, porque es el único que conoce todos los tiempos. Dios conoce todo, incluyendo el corazón del hombre y sus vaivenes. Nosotros cambiamos en cuestión de minutos nuestra manera de pensar. Lo que Dios dice permanece para siempre. ¿Tiemblo ante la palabra de Dios? ¿Mi vida se dirige basado en ella? Alguna vez, ¿te detienes a meditar sobre lo que allí dice? No solo en sus promesas, que por la gracia de Dios hemos recibido. ¿Meditas en oración sobre la santidad de Dios? ¿Tengo ese temor reverente ante Dios y su obra? ¿Tiemblo ante su palabra? Muy en poco tomamos las escrituras ante lo que nos conviene y ante la apariencia que queremos tener ante los demás. Cada día el identificarte como cristiano va a ir creando un mal concepto sobre ti ante la sociedad. ¿Estoy dispuesto a seguir hablando sobre el evangelio? Mientras hay misioneros dando su vida por el evangelio, ¿me preocupo por mi reputación? ¿Me preocupa tanto lo que digan de mi? O mi prioridad es el proclamar las verdades del evangelio, exaltar la gloria de Dios y poder ser instrumento para que otras vidas puedan salvarse por medio de la fe. Para temblar ante su palabra debo conocerla primero. Es tiempo de profundizar, de ir ante Dios en humildad, para que se cumpla mi propósito como Hijo de Dios. Dios busca adoradores, personas que le amen con todas sus fuerzas y personas que reconozcan Su santidad. Los religiosos que solo cumplen con tareas que sean visibles, como ir a la iglesia, o servir en un ministerio como una simple rutina, no van a impactar al mundo. Impactarán al mundo los que en humildad se postran ante el Señor para que se haga su voluntad en sus vidas y se vean a sí mismos como siervos y no como señores. Oremos al Señor, y si es necesario estar en silencio, que así sea. Solo presentémonos ante Él reconociendo que Él nos hizo y no nosotros a nosotros mismos. Que nos revele un poco de su grandeza y su santidad para que nuestras vidas sean transformadas para su gloria. Las dietas son famosas a principio de año, como parte de las resoluciones y nuevas metas que queremos alcanzar. Se comienzan con ánimo porque acabamos de salir de las fiestas y abundantes comidas de las fiestas navideñas, pero según pasa el tiempo se tornan aburridas y más difíciles de cumplir. Los platillos que quedan fuera de la dieta parecen ser más llamativos y apetecibles que lo que estamos comiendo. Por esa razón, las dietas más exitosas incluyen días o porciones para “cheat” o hacer trampa y consumir alimentos que pudieran hacernos dejas la dieta por completo si los dejamos de consumir por completo. Aún así, no todos tiene la disciplina necesaria para hacer de la dieta su estilo de vida. No solo nuestro cuerpo se alimenta, de igual forma nuestra alma y espíritu se alimentan. Pero en esta área espiritual, pueden pasar desapercibidos los alimentos que consumimos. Sin embargo, los efectos de lo que consumimos permanecen por mucho tiempo en nuestro sistema. Todo lo que leemos, vemos y escuchamos nos alimenta sin darnos cuenta. Llevamos toda una vida llenándonos de todo lo que el mundo ofrece a través del cine, la televisión, revistas y ahora, redes sociales. ¿De que me alimento más? ¿De qué estoy llenándome? Necesitamos llenarnos de la Palabra de Dios y de lo que nos sacia nuestra sed. ¿Estoy alimentando mis miedos, ansiedades y desánimo? O por el contrario, ¿estoy alimentando mi espíritu con conocimiento de Dios, sus planes, su voluntad, sus atributos y contribuyen a compararme a su santidad y producen cambios en mi vida? Al igual que el que hace dieta, no tiene que decirlo porque otros notan los saludables que se ven y que están en forma, cuando estamos alimentándonos espiritualmente, los que nos rodean saben por las palabras que salen de nuestra boca, nuestras actitudes, nuestras decisiones y nuestro acercamiento a las demás personas que somos diferentes y la meta es reflejar a Cristo para que otros den gloria a su nombre viendo testimonio vivo en nosotros. Nuestra manera de pensar y ver las situaciones que se nos presentan en la vida estarán determinados por lo que hemos aprendido y atesorado. En los momentos de crisis, lo que creemos es lo que primero haremos, sin pensar, sale natural. Debemos comenzar cada día orando y llenándonos de la Palabra de Dios para que durante el día sea esa Palabra la que actúe sobre todas las decisiones que tomemos y nos lleve a disfrutar de esa vida abundante que Cristo conquistó para nosotros en la cruz. Como en las dietas, lo que no es saludable llama nuestra atención porque es lo que hemos estado comiendo por años, pero en nada nos es de provecho. Es una decisión cada día y una disciplina guiada por el Espíritu el alimentarnos de lo que es correcto. Oremos al Señor dando gracias porque nos ha dado vida y vida abundante. Pidámosle que nos guíe a da día y que nos ayude a llenarnos más y más de Él cada día para poder agradarle y disfrutar de la paz que por su gracia nos da. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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