Muchas de las pruebas que realizamos en el laboratorio clínico donde trabajo requieren que el paciente esté en ayuno para que sus resultados no se alteren. Por esa razón, ese tipo de pruebas se realizan sólo hasta medio día. Pero basado en mi experiencia, esos pacientes que llegan rozando el mediodía ya han ingerido algo, y no están en ayunas. Me sucedió el día de ayer con una señora. La llamó para tomarle las muestras, pero primero le pregunto si está en ayunas. Ella me contesta que sí, pero que había tomado café hacia ya varias horas. Le expliqué que entonces no estaba en ayunas porque no debía ingerir nada desde la noche anterior, y el café invalidaba eso.Le sugerí que regresara el día siguiente para entonces tomarle las muestras de sangre. Un sólo café le quitó del estado de ayuno. Así también nosotros se supone que para estar en la presencia de Dios seamos santos. Pero eso es algo imposible de cumplir en este cuerpo terrenal, luego de la entrada del pecado al mundo a través de Adán y Eva. La Palabra nos dice que si cumplimos con toda la ley de Dios, pero fallamos en un punto, nos hacemos culpables de todos. Una sola falla, y ya no somos santos. No puede haber una sola mancha ante la santidad. Es ese pecado el que nos alejó del Señor. Pero su amor y misericordia proveyeron quién pagará el precio por nosotros fallar en cumplir la ley: su Hijo Jesucristo. Él tomó el castigo que nos correspondía en la cruz para poder llamarnos santos por medio de la justificación en Él. Es por esto, que ahora ya no vivo yo, más vive Cristo en mí. Dios reconcilió lo que estaba roto, y nos acercó a su Presencia, no por nuestros méritos, sino por los méritos de Cristo. La ley me revela mi condición de pecado. Oremos reconociendo que si no fuera por su misericordia y su gracia, no podríamos acercarnos a nuestro Señor, por cuanto es imposible para nosotros cumplir con toda la ley. Que podamos vivir dependiendo del Señor para poder alcanzar una vida de santidad en Él.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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