Me asombra ver como cada día las personas viven demostrando menos integridad y fidelidad a sus cónyuges, novios o parejas como le suelen llamar hoy día. Tan es así que nos hemos acostumbrado a esa práctica, y cuando vemos a alguien que hace tiempo no veíamos, lo que preguntamos es si todavía sigue casado (con la misma persona). Nos parece extraño ver matrimonios que llevan muchos años de casados y mas aún si se ven felices. De la misma manera, cada vez hay mas personas con los corazones rotos porque le entregaron toda su confianza y secretos a alguien que no los tomó en cuenta al momento de interesarse en una nueva conquista. Y ésto va tanto para hombres, como para mujeres. Estos eventos han desarrollado un adulto trabajador, que no incluye en sus metas el tener una relación seria de matrimonio, por el miedo a exponerse nuevamente y salir heridos. O son ellos los que terminan prontamente con la relación para no vivir nuevamente un rechazo. Por algo la Biblia nos exhorta y nos aconseja que "sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón porque de él mana la vida". Dios conoce que este mundo fue corrompido por el pecado y sabe que nos herimos unos a otros con frecuencia. En su amor y querer guardarnos nos dice que no debemos confiar en los hombres, sino que nuestra confianza debe estar puesta en Él. Pero no me malinterpretes, no te estoy diciendo que no confíes en nadie y apoyes la teoría de no tener una relación seria. Hablo de confiar en el Señor para todo, comenzando por dejar que sea Él quien guie tu vida. Que sea Él quien me provea de lo que necesito, incluyendo eso quien será mi compañía en la vida. Pero es más fácil reconocer la fidelidad de Dios cuando ya hemos experimentado rechazos e infidelidad. Podemos saber que Dios suple nuestras necesidades cuando hemos estado necesitados de algo. David escribió salmos al Señor exaltando su fidelidad y protección al haber pasado por situaciones difíciles donde su vida corría peligro y los que un día le apreciaron le buscaban para matarle. El que nosotros hayamos experimentado situaciones dolorosas no nos exime del mandamiento de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. No nos da el poder de lastimar a otros. La Biblia nos manda a perdonar y a pagar mal con el bien. Dios está disponible para restaurarnos. Si seguimos su voluntad todo obrará para bien. Es triste ver como el amor de muchos se ha enfriado y piensan que no son capaces, o no merecen una relación digna, que puedan exhibir con al frente en alto y recibir la bendición de Dios para sus vidas. El cambio y el afectar los que nos rodean comienza ppr nosotros y nuestro ejemplo. No necesariamente es el tiempo de comenzar una nueva relación. El tiempo lo pone Dios. Pero podemos aconsejar a otros con lo que hemos recibido de lo alto, y no con el archivo de nuestras malas experiencias. Oremos al Señor dando gracias porque su fidelidad es para siempre y es nuestro refugio y nuestra roca fuerte. Que podamos entregarle a Él lo que llevemos cargando de otras relaciones que nos impidan amar correctamente el día de hoy. Que pueda usarnos para hablar a otros de sus grandezas y amor.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
Categories |