Escuchaba hoy a alguien dando testimonio de mi prima sobre sus actitudes como cristiana, que iban más allá de la bondad a la que estamos acostumbrados. La joven hablaba con esa emoción y mencionaba que todavía habla de ella, cuando que mi prima (más como mi segunda madre) falleció en el 2007. Relataba ella de cómo un día ella pasó por el área del laboratorio donde mi prima trabajaba como tecnóloga médica en el hospital, y se quejó de dolor de cabeza. Al cabo de diez minutos, Mili (mi prima) llegó a su área con unas pastillas para el dolor de cabeza, un jugo para que se las tomara, y una oración. Para ella, ese acto de bondad incluía un compromiso más profundo de lo que otro hubiera hecho. Ella relataba como cualquier persona te hubiera dicho que tomaras algo para el dolor, o te hubiera dado unas pastillas si las tuviera disponibles al momento. Pero el llevarlas a su área, con su jugo, y al mismo tiempo orar por ella para que se aliviara, era algo fuera de lo normal. Y es que tenemos un Dios que está lleno de detalles y quiere usarnos para mostrar a otros su inmenso amor. Mili fue un instrumento del Señor para marcar vidas positivamente. Ella se dejaba guiar y actuaba sin pensarlo o medir los gastos. De la misma forma, a ella nunca nada le faltó. Dios muestra su gran poder usando personas como tu y como yo para llevar su mensaje. Un esposo o una esposa detallista muestra también el amor a su cónyuge. Cada vez que mi esposo me busca la sombrilla en el carro para que mi pelo no se moje en la lluvia, o cuando me la deja enganchada en la puerta porque sabe que se me olvida, y tantos otros actos de bondad que me hacen sentirme como una princesa, me recuerdan la relación de Cristo con la iglesia, comparada al matrimonio. Y pienso que si él siendo un hombre puede amarme y cuidarme así, cuánto más mi Señor y Padre Celestial me ama y me llena de detalles. Detalles que he podido disfrutar, a veces en cosas que parecen pequeñas, pero me traen gran alegría y la convicción de que Él conoce todo mi sentir. Yo puedo dejarme usar para bendecir a otros. Son esos pequeños detalles, que duran toda la vida, y aún después de ella. Con tan poco podemos dejarle sentir el amor de Dios a otros. Oremos al Señor para que nos ayude a detenernos en nuestra ocupada y ligera vida para tener detalles de bondad hacia otros que nos rodean. Que podamos deleitarnos en el poder servirle y en los detalles que también Él tiene con nosotros.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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