Mi hija ya está por terminar el proceso de tener los braces o frenos, para perfeccionar sus dientes. Ya está en las citas que le llaman “detalles” porque falta muy poco para que ya se vean perfectos. Hoy tuvo una cita y pensaba que ya estaban listos para removerlos, pero la Ortodoncista todavía encontró unos pequeños ajustes necesarios. ¡Quizás en la próxima visita! Este es un proceso de cómo año y medio a dos años. Al principio deben acostumbrarse a tenerlos y deben limitar ciertos alimentos. Conlleva también una disciplina de limpiezas especiales y gomitas que ajustar, sin contar que debes ser puntual mes tras mes a tus visitas al Ortodoncista o atrasas el proceso. Pero la meta de todos estos sacrificios, sin contar el alto costo de los mismos, es tener unos dientes perfectos y saludables. Asi podríamos decir que es nuestro proceso de la vida Cristiana. Llegamos a Jesucristo y debemos adaptarnos a nuestra nueva vida. Vamos a comenzar a limitar ciertas actividades, actitudes y estilos de vida por que somos personas nuevas, nacidas de nuevo, y guiadas por el Espíritu Santo que ahora habita en nosotros. Conlleva disciplina y tenemos un costo que pagar, no por nuestra salvación, sino para llevar el evangelio y vivir en obediencia a Cristo. Sobre todo no debemos faltar a nuestras citas divinas, teniendo nuestra comunión con Dios y no dejar de congregarnos. Es el Señor quien va a ir haciendo los ajustes necesarios en nosotros para irnos perfeccionando, tal y como lo prometió. Algunos ajustes son más dolorosos que otros, pero todos tienen el mismo fin: nuestro bien. A veces nos sucede que nos vemos ya perfectos porque no somos igual que al principio y pensamos que ya lo hemos alcanzado. Debemos ser muy cuidadosos y como decía el apóstol Pablo, no pretendamos haberlo alcanzado, porque nuestro modelo de comparación es la santidad de Dios. No desesperemos, más bien gocémonos en el proceso y seamos obedientes y rindamos nuestras vidas a Él para acercarnos a la meta. Confía, que Él hará. Oremos al Señor rindiendo nuestras vidas para que sea Él moldeándonos a su imagen y perfeccionándonos cada día hasta que Él venga.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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