Despertarse de un sueño con el sonido de la alarma, y se siente la cama tan cómoda y el cuarto a poca luz...en ese momento solo queremos apagar la alarma y seguir durmiendo. A veces estamos tan dormidos que ni la alarma escuchamos. Entonces viene a mi mente un viejo refrán que escuchaba desde niña: "Al que madruga, Dios lo ayuda."
Me gustan las mañanas muy temprano cuando todo a mi alrededor se percibe en tranquilidad. Cada mañana es un nuevo día para comenzar de nuevo, para darnos segundas y terceras oportunidades. En la Biblia vemos en muchos pasajes que relata que muy temprano en la mañana hicieron muchas cosas o se reunieron o se prepararon para la batalla. Esto me llamó la atención. Madrugar o levantarse temprano no es tan solo un hábito cotidiano de los que trabajamos o estudian, podemos llevarlo a nuestra vida espiritual. ¿Estoy temprano para las tareas que el Señor tiene para mi? Si Dios me está llamando a servirle, lo estoy dejando para después o temprano obedezco Su voluntad? ¿Aprovecho mi tiempo sabiamente? En la vida tenemos sueños y anhelos por los que tenemos que trabajar y luchar. Debo comenzar mi gestión para alcanzarlos temprano, no cuando ya sea demasiado tarde. Dios creó las cosas en perfección y nos dió el día para trabajar y luego la noche para descansar. Cada día trae su propio afán. Oremos para que reconozcamos en que cosas estamos tarde y debemos madrugar para alcanzarlas. Demos las primicias de nuestros días y nuestra vida al Señor.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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