¡Cuántas veces nos hemos hecho esa pregunta! ¿De qué me vale ser bueno? ¿Es que el bien que he hecho no cuenta de nada?
Todos los días enfrentamos situaciones donde debemos decidir entre hacer el bien o el mal, si debemos ser honestos, o mentir, si debemos imitar lo que todo el mundo está haciendo a nuestro alrededor o mantenernos firmes por nuestra fe. Hoy día llegar virgen al matrimonio es motivo de burla por la sociedad. La mayoría de las veces escogeremos el serle fieles a Dios, en otras flaqueamos y caemos. Pero nuestras dudas de si debemos mantenermos en la voluntad de Dios vienen mas fuerte cuando vemos que las personas que nos hicieron daño, los que siguen buscando que fracasemos, viven como si la vida les florece. Y podemos pensar que a los que viven vidas sin ningún temor de Dios, o que viven aprovechándose de los demás las cosas le van mejor. Vemos que para ellos la vida es color de rosa y la nuestra llena de aflicciones. Y éste es el sentimiento del salmista en estos versos. Dios sabe de qué tenemos necesidad, y no sólo en lo físico, Él conoce nuestras necesidades emocionales y espirituales también. Fue Él el que nos creó con un alma y un espíritu. Por eso, vemos plasmados en la Biblia las emociones de hombres de Dios que sufrieron todo tipo de aflicción. Tenemos con quien identificarnos y tenemos las palabras que nos darán ánimo para cada situación. Al final del Salmo, él mismo dice: En cuánto a mí, ¡qué bueno es estar cerca de Dios! Por eso nuestra vida debemos vivirla por fe, por lo que no se ve. Porque nuestros ojos ven lo exterior, pero lo que Dios tiene preparado para nosotros es mucho mejor de lo que podemos percibir. Estar cerca de Dios, experimentar Su presencia es un privilegio. Ser salvos por Su amor y tenerlo a Él como nuestro refugio nos acompañará toda la vida y aún disfrutaremos de una eternidad con Él. Las apariencias son engañosas y con ojos vemos, pero los corazones sólo los ve Dios. Lo que tenemos es invaluable. Ser bueno y mantener la fe vale la pena. El costo de la sangre derramada por amor es razón suficiente para vivir de acuerdo a Su voluntad. Tenemos la mejor parte. Oremos para que Dios nos ayude a ver las cosas de la vida a través de la fe y confiando en sus promesas. Que podamos sentir el gozo de deleitarnos en Su presencia y valoremos nuestro tiempo con Dios como el oro mas fino. Oremos por las personas que nos han hecho daño para que Dios tenga misericordia de ellos como la tiene con nosotros.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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