Mi mamá siempre recitaba un refrán popular que dice: "Nadie aprende por cabeza ajena". Se refería a que por mas consejos que le des a alguien, la persona espera a experimentar en carne propia una situación antes de seguir el consejo. En otras palabras, las experiencias que yo he vivido, las cuales me han hecho madurar y ser mas fuerte, no son transferibles a otros para evitarles pasar por el camino de dolor que yo un día transité. Y es que al parecer, lo que aprendemos con el intelecto no lo internalizamos a menos que vaya acompañado de algún sentimiento. Es esa emoción acompañada de diferentes sentimientos, la que nos marca el alma, y nos refresca la memoria cuando volvemos a estar en la misma situación o en alguna similar. Así que para lograr nuestro crecimiento, debemos exponernos a momentos donde nuestros sentimientos nos marquen. Por ejemplo, aprendí que no tolero las mentiras, y que de igual forma no debo mentirle a nadie ni permitir que me traten así, porque ya experimenté el que me mintieran y me causaran dolor y eso no se olvida. Aprendí que no debo caerme ante las críticas de otros, porque ya me criticaron y sentí derrumbarme. Aprendí que solo debo depender de DDiosen mi vida, porque la gente falla, y lo aprendí viviendo desiluciones y traiciones. Pensamos muchas veces que todo sería mas fácil sin problemas, pero Dios permite los desiertos para que aprendamos que Él es fuente de vida. Dios permite la escasez para que dependamos de Él como proveedor. Dios permite las desiluciones y falta de fidelidad en este mundo para que veamos como Él en su santidad aún permanece fiel. Aprendemos con el dolor pero Dios no lo deja todo ahí. Dios trabaja con nosotros en nuestra restauración. Ya aprendí mi lección, ahora me falta cicatrizar. Oremos dando gracias por que nos acompaña en los procesos difíciles de la vida y su fidelidad y amor no es cambiante ni variable como en este mundo. Que su Espíritu Santo nos dirija a seguir creciendo y madurando en Él, y a seguir los consejos plasmados en la Palabra para evitar el dolor.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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