Me iba a dar un baño anoche y al abrir la llave del agua escuché algo como una explosión. Al parecer era el tomacorrientes donde está conectado el calentador del agua. Le avisé a mi esposo, quien trabaja con electricidad a diario en su trabajo, y él fue a revisarlo. Mientras buscaba donde estaba el problema, yo le decía que tuviera cuidado. Yo sé que él sabe de esas cosas, pero en ocasiones, como trabaja con cables a diario, le pierden un poco el miedo a un accidente, y lo he visto trabajar en cosas en la casa mientras los cables tienen corriente. A mi también me sucede. En mi trabajo en el laboratorio, cuando uno comienza, le tiene temor a contagiarse o contaminarse con todo lo que tenemos allí, pero según pasan los años, a veces uno vé todo tan normal que hasta puede hacer algo sencillo sin guantes en un momento dado. Nuestra vida espiritual no se encuentra muy lejos de esta realidad. Al convertirnos al Señor pasamos a una vida nueva donde el pecado ya no reina en nuestro cuerpo terrenal, pero estamos expuestos, y somos tentados todo el tiempo a pecar. Tenemos ahora un Espíritu Santo que nos advierte y nos da la salida ante las tentaciones. Pero cuando decidimos exponernos, cada vez lo vamos a ver mas normal, menos peligroso tal vez. Este mundo está muy corrompido por la maldad y el pecado y si no nos dedicamos a crecer en el estudio de la Palabra y la oración, podemos llegar a aceptar lo que el mundo nos presenta como normal, como algo aceptable en nuestras vidas, le vamos perdiendo el temor, nos vamos protegiendo menos. El pecado nos conquista primero, y nos hace verlo como agradable, y posible ante el estilo de vida que llevamos. Por eso es importante el compañerismo con hermanos en la fe que nos ayuden y nos apoyen a caminar esta nueva vida. Debemos tomar todas las precauciones necesarias y no confiarnos demasiado. No podemos dejar pasar nada por alto, o lo vamos a ir asimilando. Dios quiere obediencia de nuestra parte. No nos arriesguemos al peligro, antes resistid. Oremos presentando al Señor las áreas de nuestra vida que están expuestas sin protección para caer ante una tentación. Debemos tener precaución, y que nos haga sensibles a la voz de su Espíritu para poder resistir y darle gloria a Él por guardar nuestras vidas de la esclavitud del pecado.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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