Las películas, y hoy día las series de zombies han existido por muchos años y son parte de las temáticas más populares en la industria cinematográfica. La idea de unos “zombies” o personas que han sido infectadas por un virus y terminan caminando estando muertos, e infectando a los demás que tienen contacto con ellos, nos parece muy fantasiosa y quizás por eso cautiva tanto a su audiencia, entre el suspenso y el miedo. En todas estas historias la trama consiste en cómo escapar de los zombies, no infectarse y conseguir una cura que pueda ir revirtiendo el proceso y salvar a la humanidad. Nuestra humanidad real y actual no está muy lejos de esa fantasía de los zombies. La mayor parte del mundo camina estando muerta, espiritualmente hablando. La entrada del pecado contaminó a toda la humanidad y a todas las generaciones. Es imposible poder conseguir una cura por nosotros mismos y es imposible no infectarse porque nacemos en pecado. ¡Estábamos muertos y siguiendo la corriente de este mundo sin voluntad propia! Dios en su infinita misericordia y su gran amor con que nos amó, nos dio la cura para el pecado y nos trae de nuevo a la vida y a la comunión con Él. ¡Existe una cura! Nos trae a la vida eternamente. Pero...¿porqué nos rodean tantos zombies? ¿Recuerdan la trama de encontrar la cura y salvar la humanidad? Ya la encontraste si estás leyendo este blog. Ahora ¿que estás haciendo para llevarla a los infectados? Dios nos dio la tarea de predicar el evangelio a toda criatura, a todas las naciones. ¡Tenemos la cura! ¡Pueden salvarse! Pero... ¿Estamos huyendo de los zombies? Ya estás inmune. ¿Porqué ver así la humanidad y no ofrecerles la cura? Lamentablemente, no todos pueden ver que la necesitan. Pero vale la pena ser obedientes al Señor y por amor al prójimo, ofrecerles que hay una esperanza de vida real. Yo sé lo que es estar caminando sin vida, y vivo agradecida por el sacrificio de Jesucristo en la cruz. Yo puedo hoy experimentar gozo y paz en medio de este mundo que camina hacia la perdición. Conozco que es la única esperanza disponible que no cambia y que no hay que ganársela. Nadie nunca me había amado de tal manera, Él es amor. Nadie se preocupó más por mi sanidad y mi vida que mi Salvador. Él permanece fiel, algo que yo no logro entender, pero es su naturaleza. Oremos al Señor para que nos ayude a amar al prójimo de tal manera que no dudemos en llevarles el mensaje de salvación, confesión y arrepentimiento de los pecados y esperanza. ¡Tenemos la cura para las vidas que caminan muertos espiritualmente! Que Dios nos inquiete en llevar su mensaje en todo lugar, dándole a Él la gloria y la honra que merece.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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