¡Cuántas veces hacemos cosas y nos esforzamos por alguien y no nos dan las gracias, o ni siquiera lo aprecian! Creo que no sólo me ha sucedido a mi. Esto muchas veces me trajo frustración a mi vida, porque uno crea expectativas que no se cumplen. Aún me sucede a veces. Me gusta dar lo mejor de mi, y si... aún a veces espero al menos que reconozcan lo que hago, o que me muestren que lo agradecen de alguna forma. Pero... volvemos... no siempre, o en muchas ocasiones no voy a recibir nada de vuelta. Y es ahí donde tengo que detenerme a pensar: "¿Qué es lo que me motiva a hacer las cosas que hago?" Cuando nos rendimos de corazón ante Jesús, toda nuestra vida cambia. Hay cosas que cambian de inmediato, pero hay muchas otras que van a ir cambiando poco a poco, con la ayuda del Espíritu Santo, y en la medida en que yo se lo permita. Una de ellas es el servir a otros sin esperar nada a cambio. El propósito de Dios irnos cambiando es parecernos mas a Él, y tenemos un problema con eso. Como leímos en el texto clave, el pueblo de Israel pronto se olvidaba de lo que Dios hacía por ellos. Todos los milagros sobrenaturales y maravillas que ellos experimentaron no crearon en ellos un corazón agradecido, ni fundamentó en ellos el serle fiel a Dios, sino que le dieron la espalda y lo sustituyeron en muchas ocasiones por otros dioses. Si eso fue a Dios, imagínate que podemos esperar para nosotros y en un mundo corrompido por el pecado y el egoísmo. Dios nos da como ejemplo a seguir su Gracia y su Misericordia hacia nosotros, muy inmerecidas. Dios nos llena de favores y misericordias como dice su Palabra, todos los días y en cada momento. No existe ni siquiera un suspirar que no haya sido por su Gracia. Como imitadores de Dios debemos servir y obrar por amor, en todo lo que hagamos, y no esperar nada por llevar a cabo las cosas para las cuales fuimos llamados a Salvación. Nuestro amor incondicional hacia otros dará un testimonio que gritará tan fuerte que otros sí tendrán que reconocer que hay un Dios real, que es personal y que cambia vidas, que en un mundo donde se busca gloria y reina el no hacer nada de gratis, hay un Dios y Señor que lo entregó todo cuando no hay nada suficiente que pueda recibir a cambio, solo un corazón arrepentido. Oremos para agradecer a nuestro Salvador por tan grande regalo y sacrificio. Que cada día busquemos menos reconocimiento y gracias, y mas gloria para Él.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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