Yo soy de las que me paso buscando ideas para decorar la casa, nuevas recetas y cosas sobre la escritura o manualidades. Todos los tutoriales se ven muy fáciles de hacer. Yo intento hacer de todo pero no siempre las cosas me salen bien. Siempre he dicho que en la escuela no me enseñaron lo suficiente en cuanto a cortar con tijeras. Puedo realizar diferentes manualidades pero a la hora de cortar, mis habilidades no son las más diestras. Aún así, lo intento. Pues te diré que estuve viendo unos tutoriales nuevos y ayer comencé la tarea, cortando un pedazo de cartón y en el primer corte que hice me corté también el dedo. ¡No podía creerlo! ¡En el primer corte! -“Esto no es para mí”- pensé - “ya hasta aquí llegó la manualidad”. Le relaté a mi esposo tan pronto llegó del trabajo lo que me había ocurrido y que ahí terminaba mi nuevo proyecto. Él con una sonrisa en los labios me abrazó, y me dijo que recordara que esa no era mi área fuerte, pero que eso no significaba que me diera por vencida y renunciara a lo que quería lograr. Me dijo que está bien pedir ayuda y que esté sábado, no teníamos compromisos y él me ayudaría con las partes que envolvieran cortar cosas con la tijera. Y es que muchas veces queremos ser totalmente autosuficientes cuando es sabio pedir ayuda cuando la necesitamos. Nos enseñan que es de débiles depender de otros y eso lo llevamos a nuestra vida espiritual. Dios es nuestra ayuda. Él nos conoce tan bien que sabe que nos llenamos de angustia y ansiedad al vernos impotentes ante las situaciones de la vida. Jesús nos invita “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” en Mateo 11:28. Es una bendición enfrentar las pruebas de la vida con la ayuda de Dios y nuestros hermanos en la fe. Necesitamos que nos escuchen, nos alienten y sentirnos amados cuando nos agobiamos. Es sabio tener un grupo de apoyo de amigos cristianos o de nuestros líderes. Es motivo de gran gozo saber que Dios no nos deja solos. Tenemos de quien agarrarnos, tenemos ayuda disponible. Oremos al Señor presentando nuestras cargas, dudas y preocupaciones sabiendo que en Él encontraremos descanso y fortaleza para nuestras circunstancias. Vivamos el gozo que Él nos da cuando encontramos ayuda y apoyo en la familia de la fe. **Recuerda que es de sabios pedir ayuda.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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