“Busca lana y lino, Y con voluntad trabaja con sus manos.” Nos encontramos en la era de la mujer empoderada, de la mujer exitosa, de la mujer empresarial y de las mujeres “multitasking”. El rol de la mujer ha ido evolucionando y cambiando drásticamente con los años. Ya la mujer no puede ser llamada el sexo débil, sino el fuerte. Pero, ahora estamos desarrollando familias débiles y mujeres indiferentes. Y no quiero que me malinterpreten. Yo soy una mujer profesional, que estudié en la universidad y trabajo en una posición gerencial. Querer tener metas en la vida no es malo. Quizás es más dañino tener una baja autoestima que no te deja desarrollarte en ningún área, incluyendo la ministerial. Aparte de mi trabajo, soy madre de dos adolescentes y como ministerio pertenezco al coro de la iglesia (con todo y sus ensayos), entre otras cosas que surgen para servir. Pero a veces necesitamos un “de vuelta a la realidad”, y me refiero a la espiritual. Este pasaje de Proverbios describe a una mujer que toma los recursos disponibles, lo que tiene a la mano, y diligentemente lo trabaja. La Mujer virtuosa aprovecha todo lo que las circunstancias de la vida le presentan y creativamente lo transforma para el bien del hogar, sea familiar o el suyo propio. La mujer de hoy día, simplemente quiero obtener algo y no se adapta a lo que tiene. Por ejemplo, necesita triunfar en el trabajo aunque el tiempo familiar se afecte y trabaje más horas, porque ella tiene que demostrar que aunque es mujer ella puede realizar la tarea de los hombres, porque ella tiene el mismo derecho. Y es cierto eso, no hay nada erróneo en esa ecuación, pero quizás estamos vendiendo nuestros tesoros por reconocimientos momentáneos. Muchas veces vemos la necesidad de que otros alaben nuestros logros para sentirnos que realmente tenemos valor. Dios puede darnos la sabiduría y ponernos en Gracia para realizar ciertas labores, pero todo es perfecto bajo su divina voluntad. Dios puede utilizarte para bendecir a otros en tu área laboral, o puede que te estés perdiendo la bendición de servir a otros por tu trabajo o las muchas responsabilidades. En muchas ocasiones hemos perdido esa habilidad de ser creativas con lo que tenemos por comprar las cosas ya hechas. Hemos dejado de estudiar con nuestros hijos para ponerlos en tutorías que nos ahorran ese tiempo de estudio. Hemos contratado personas que hagan la limpieza de nuestro hogar y hemos perdido la experiencia de enseñarle a nuestros hijos como se limpia una casa. Hemos dejado el internet para que entretenga a nuestros hijos. Hemos dejado que las redes sociales y la televisión entretenga a nuestros esposos y que el serví carro le prepare la comida. Hemos dejado de orar en casa para que todos tengan su tiempo con Dios cuando vayan a la iglesia. Preparar un bizcocho en casa con los nuestros y tener ese olor que nos enamora, sentarnos a hablar y conocernos, tener un tiempo de ocio al en el hogar son cosas del pasado. La Mujer virtuosa toma lo que tiene, y si solamente tiene a Dios, puede impactar el pueblo completo donde vive. Si solo tiene una Biblia, puede enseñar a otros el plan de salvación. Si solo tiene un pedazo de pan, lo comparte con alguien que no tiene nada. Si solo tiene un techo, lo decora con flores que encuentra a su alrededor. Podemos ser trabajadoras, pero no debemos vernos atrapadas en esa competencia sin fin que la sociedad nos presiona a pertenecer. No es menos exitosa la que se queda en su hogar cuidando a su familia, o a sus padres mayores. No es menos exitosa la que no posee un automóvil del año. No es menos exitosa la que solo tiene su fe, al contrario, esa es la que lo tiene todo. Y toma su fe y la usa para trabajar para el reino de Dios. La Mujer virtuosa es una mujer fuerte por definición y vive una vida plena. Sirve y trabaja por amor a los suyos, y no ve las tareas como una obligación. Ella ama el atender y servir a su esposo, a sus padres y a sus hijos. El vivir bajo la voluntad y dirección de Dios le darán el gozo y paz que ella necesita para sentirse en la cima del mundo. Oremos al Señor que sea Él dirigiendo nuestras vidas y mostrándonos su voluntad. Que podamos ver con amor las tareas del hogar y el servicio a los nuestros y sea eso testimonio del amor de Dios en nosotras. Que podamos construir familias fuertes, que son la base de la sociedad. Que podamos ver que nuestro valor lo fijó Dios en la cruz.
1 Comment
katherine Aspíllaga Rivas
7/5/2021 07:02:25 pm
compartí parte de tu mensaje es una buena reflexión
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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