Creo que desde pequeña aprendí que el amor se gana. No se si a ti te sucedió lo mismo. La definición que este mundo nos va formando sobre el amor, diría que es algo confusa. Te dicen que todo en esta vida hay que ganárselo, y que si no te aman, sigas hacia adelante y ames a quien te corresponda. Y vivimos entonces tratando de ganar el “amor” o la aprobación de los demás con nuestros actos y regalos. Muchas veces con nuestros mismos padres, hicimos cosas para ganar su amor en vez de hacerlas por obediencia. Sin embargo, cuando decimos estar “enamorados” de alguien que nos pone en una situación difícil, el mundo nos dice: “ en el corazón nadie manda. No podemos escoger de quien nos enamoramos.” O sea, ¿que el amor se gana, pero no tengo ningún control sobre él? A ésto añadimos que el mundo nos enseña que el amor se acaba. Vemos relaciones rotas donde se dice que se terminó el amor, o que “murió el amor que se tenían”. Este aspecto lo vemos hoy muy frecuente en matrimonios rotos donde los hijos aprenden a muy temprana edad que el amor puede terminar, lo que puede crear en ellos la duda de que el amor de sus padres pueda terminar también algún día. Todas estas definiciones y todos esos moldes erróneos sobre lo que es el amor nos lleva a pensar que el amor es algo súper complicado que nadie puede entender. Creo que es así como muchas canciones y poemas lo describen. Pero lo cierto es que todas estas premisas viajan muy lejos de la verdad. El amor es algo muy simple de entender, pero amar no se nos hace fácil a los seres humanos. La definición de amor es Dios mismo. Dios es amor. No hay nada más que entender. Dios nos amó desde antes de la creación de mundo. Mucho antes de que pudiéramos hacer algo para ganarnos su amor. De hecho, no hay nada que podamos hacer para que Él nos ame más. Ya hicimos todo lo contrario: pecamos contra Él, rompiendo esa relación de amor perfecta que tuvimos en la creación. Aún sabiendo que le fallaríamos , nos creó. Y no solamente nos creó, sino que hizo un plan para limpiarnos de todo pecado y poder relacionarnos con Él en su santidad. Un plan que mostró el verdadero amor, cuando no escatimó ni a su propio Hijo, Jesucristo, quien vino a morir por nosotros en una cruz, llevando nuestros pecados y nuestro castigo, dándonos así vida eterna. “Con amor eterno nos ha amado”. Nuestra naturaleza de pecado conflige con nosotros cuando queremos amar. Solamente con la ayuda del Espíritu Santo y recordando y estudiando en su Palabra el verdadero amor, podemos llegar a amar realmente a otros. El Amor es una decisión, no sentimientos y emociones que se pierden y cambian con mis estados de ánimo. Podemos amar correctamente y enseñar a otros lo que es el verdadero amor. Para los que le hemos conocido no es una opción. Que cada vez que se nos olvide como amar, que recordemos la cruz. Oremos al señor dando gracias por tan incomprensible amor,totalmente incondicional ya que no hay nada que yo pueda dar a cambio que valga la pena, excepto el rendir mi vida y mi corazón a Él. Que nos ayude a amar a otros como Él nos modeló.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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