Ayer fue un dia largo y complicado. Entraba a ttrabajar a las 6am y por alguna razón, no podía ver bien, veía todo borroso. Pensé que había dormido mal, presionando el ojo bueno, ya que con el ojo izquierdo no tengo visión. Así salí y se me hizo difícil guiar mi carro, pero llegué y pude ver para tomar las muestras de sangre, ya que de cerca podía ver un poco mejor. Me incomodaba la situación y sqqué una cita con la oficina de oftalmólogos que me atendieron cuando la operación años atrás. Debía llegar antes de las tres y allí estuve. Encontré la oficina muy diferente a como la recordaba, pero los recuerdos sobre lo que viví veinte años atrás eran los mismos. Esperé allí junto como a ochenta personas más y llegó mi turno. Mi récord médico tenía descrito todo sobre mis cirugías de desprendimiento de retina en mi ojo izquierdo y también el que mi última visita fue hace once años atrás. Comenzó el médico a examinarme y por alguna razón inconsciente mi cuerpo se resistía y cerraba el ojo, o me movía hacia atrás en la silla, por lo que me llevé varios regaños. Luego de terminar la lucha por hacerme el examen, comenzó a inquirirme sobre porque no usaba lente de contacto en el ojo afectado, sobre porqué hacía once años que no iba, a lo que yo comencé a darle explicaciones de que con el lente veía doble, de que mi visión en ese ojo no tenía remedio por como había quedado mi retina según me explicó el otro médico de la oficina. Según yo hablaba, él se asombraba porque yo tenía información incorrecta. Él no sabe de que manera yo entendí las cosas mal, y me explicó como yo si podía recuperar visión en mi ojo izquierdo y que íbamos a llevar a cabo el proceso. O sea, ¡que llevo veinte años creyendo otra cosa y hubiera podido estar viendo mejor! Igual nos pasa con las verdades de Dios. Muchos creyentes no escudriñan las escrituras y viven, como a veces me ha sucedido a mí también, creyendo mentiras que este mundo nos enseña. La verdad nos hará libres. Dios tiene un plan para nuestras vidas, pero si no lo conocemos, o si no hemos desarrollado la capacidad de confiar en Él a través de la oración y leer la Biblia, viviremos vidas ciegas como yo he vivido la mía. Como dice su escritura, que su pueblo perece por falta de conocimiento. Necesitamos conocimiento en la verdad de Cristo para vivir esa vida abundante que nos prometió que comienza desde que le conocemos. Yo voy a comenzar con el tratamiento del oftalmólogo, ¿y tú? Oremos para pedirle a Dios que nos revele que mentiras tenemos en nuestras mentes que nos llevan a vivir a ciegas y sin paz. Que ponga en nosotros una sed insaciable por leer su Palabra y orar.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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