Preparar una taza de café perfecta es el eslabón más débil en el disfrute pleno del café fino. Comprar el mejor café es el comienzo, pero no es lo único determinante para lograr obtener la taza de café ideal. Todo puede fallar si la elaboración no se realiza correctamente. Sabemos que nos gustaría escuchar que una vez que hayamos comprado excelentes granos de café, el resto es tan simple como presionar un botón, pero, todo lo que podemos decir es: es hora de "despertarse y oler el café". El cultivador y el tostador hacen sus partes, y luego debemos hacer la nuestra. Lo primero que se debe entender es qué sucede durante el proceso de elaboración. El agregado (partículas molidas de café) se expone al agua caliente para "extraer" los solubles esenciales (compuestos de sabor, sólidos y aceites) de las partículas. Lo que se extrae termina en el agua, creando la infusión que llamamos café. En teoría, la extracción perfecta obtendría todo lo que fuera deseable del grano de café y la taza, dejando todo lo que es indeseable. Actualmente, es posible sólo en nuestra imaginación. Por eso, algunos métodos son mejores que otros. La temperatura de elaboración del agua utilizada es muy importante. Debe estar entre 195 F (91 C) y 205 F (96 C). Cuanto más cerca de 205 F (96 C) mejor. Nunca use agua hirviendo (212 F - 100 C), ya que quemará el café. El agua que es inferior a 195 F (91 C) no se extraerá correctamente. Tenga en cuenta que si los granos congelados se han molido, el agregado disminuirá la temperatura del agua al contacto. En este caso, la temperatura del agua que se agrega al agregado debe ser correcta a 205 F (96 C). Como el agua para el café o para el chocolate, debe tener una temperatura correcta, así también nosotros en nuestra vida espiritual. No hay espacio para cristianos fríos o de domingo. Si somos creyentes debemos estar comprometidos 24/7. No solo al visitar la iglesia, sino que ¡somos la iglesia! Debo honrar a Dios en todo lo que hago. Su presencia está conmigo todo el tiempo, podré engañar la gente, pero nunca a Él. El compromiso de Jesucristo de morir en la cruz para darnos salvación fue hasta el final. Él resolvió la parte más difícil de esta ecuación. Nosotros debemos imitarle. Ya tenemos el modelo a seguir, las instrucciones escritas, que es la Biblia y un Espíritu Santo que nos guía y vive en nosotros. Está en mi decidir si voy a ser caliente o frío, si voy a sumergirme en las aguas hasta que me cubran o si solo voy a mojarme los pies. El camino no es fácil, pero la bendición de seguirle lo vale todo. Oremos al Señor para que nos dirija el día de hoy y podamos estar conscientes de su presencia en cada momento del día. Que podamos honrarle con todo lo que hacemos, aunque nadie nos esté viendo, Él si nos está observando.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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