“Se levanta aun de noche Y da comida a su familia Y ración a sus criadas.” “Al que madruga Dios lo ayuda”. Ese es un refrán muy popular en nuestro país. No necesariamente es algo que mucha gente pone en práctica. Salgo por las mañanas a llevar mis hijos a estudiar y seguir a mi trabajo y uno ve cada persona apurada, tirándote el carro encima, ignorando las luces de los semáforos y a un exceso de velocidad. Todo esto pone en riesgo sus vidas y las de los demás solamente, por el simple hecho de que no se prepararon a tiempo y van tarde. Este principio podriamos aplicarlo a nuestra vida cotidiana y espiritual. La mujer virtuosa administra bien su tiempo. No necesariamente Dios nos manda a levantarnos de la cama mientras esté oscuro, depende del lugar donde vivas, los horarios de la salida del sol varían de hora. Pero sí se refiere a comenzar las cosas con el tiempo necesario para lograr terminarlas de una manera eficiente. La mayordomía de nuestro tiempo comienza a formarse desde que somos niños, y la fortalecemos desde que somos adultos solteros. Si esperamos a disciplinarnos en manejar nuestro tiempo eficientemente cuando nos casemos y tengamos una familia, ya estamos tarde y se la hará difícil ajustarnos. La Biblia nos dice en Eclesiastés que hay tiempo para todo. Tenemos las mismas 24 horas que las personas que logran realizar muchas tareas a tiempo. Dios nos anima a hacer buen uso en: Efesios 5:16 “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.” Lo contrario a esta enseñanza es la procrastinación. Es cuando dejamos todo para después y le damos de largas al asunto. Entiendo que a veces se nos suman cosas inesperadas a nuestra rutina, como la visita de la enfermedad en el hogar o de un familiar cercano, horas adicionales en el trabajo, actividades adicionales en los ministerios, reuniones de escuela y otros. Cuando nos vemos con muchas cosas a la vez, tendemos a procrastinar lo que menos nos gusta hacer. Pero la mujer que da testimonio de la vida que lleva en Cristo, tiene una buena mayordomía de su tiempo. Si es necesario madrugar para completar las tareas que tengo pendiente, debemos hacerlo. Si debemos cortar e tiempo de la tv o el internet, debemos hacerlo. Hoy día vemos cómo madres no atienden a sus hijos, sus hogares o sus esposos por estar entretenidas con novelas o con las redes sociales. Debemos poner nuestras prioridades en orden, y nuestras tareas pendientes también ocuparán el orden que corresponde. El saber manejar bien nuestro tiempo nos ayudará con nuestra autoestima y nos dará también al final tiempo de descanso porque no dejamos acumular las cosas. Tengo que confesarme con ustedes, que esta es un área en que a veces fallo con frecuencia y es mi esposo el que me recuerda la realidad. Debemos también aprender a delegar cosas. En el verso ella se encarga temprano de sus criadas para que puedan realizar las tareas. Debemos reconocer nuestras limitaciones y hablar o pedir ayuda, sea externa, de los hijos o del esposo. La mujer virtuosa se sienta a planificar su día y su semana. Recuerda que Dios en nuestra comunión con Él nos ayuda a manejar hasta las cosas cotidianas. Es más, El quiere que las compartas con Él para guiarte. Aprovechemos bien el tiempo. Oremos al Señor que nos muestre en donde estamos fallando en la mayordomía del tiempo para que podamos corregir nuestras fallas y dar buen testimonio de las cosas que Dios obra en nuestras vidas.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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