Mucho se dice que no vale solo con amar, sino que el amor debe expresarse, sea en actos o con palabras. La Biblia dice que el amor todo lo soporta, pero no es esa la definición de amor a la que estamos acostumbrados. Este mundo nos enseña desde muy pequeños que el amor se gana, y de igual forma, se puede perder. Nos cuesta mucho amar a otros que no lo merecen o que con sus actos ganarían más fácil nuestro desprecio, antes que nuestro amor. Pero Dios nos muestra todo lo contrario. Dios nos expresó su amor con palabras. La Biblia es la palabra escrita de Dios para nuestras vidas. Al leerla, podemos ver que desde el libro de Génesis, que es el primero, hasta el Apocalipsis, Dios revela su amor por ti y por mi. Juan 3:16 nos dice: ““Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Dios amó al mundo desde antes de su fundación. Dios nos amó conociendo todo el futuro. Dios nos amó sabiendo que le íbamos a fallar, sabiendo de antemano que escogeríamos nuestro beneficio antes que nuestra relación con Él. Y no sólo nos amó. Dios mostró su amor con acciones. La mayor de ellas, entregó a su único Hijo, Jesús para ocupar nuestro lugar en el castigo y muerte en la cruz. Un amor que todo lo soportó. El amor de Jesús, que puso su vida para salvarnos, pudo terminar al recibir el desprecio del pueblo que debía recibirle. Ese amor pudo terminar, al saber la traición de uno de los suyos, uno de sus discípulos que le acompañaba todo el tiempo. Ese amor pudo terminar con las calumnias en su contra. Ese amor pudo terminar al ver que sus cercanos le negaron. Ese amor pudo terminar con cada azote o con cada insulto. Ese amor pudo terminar con cada clavo en su piel o con el solo sentir las espinas en su cabeza. Ese amor pudo terminar librándose de una muerte vergonzosa en una Cruz. Pero ese amor, el verdadero amor, todo lo soportó, todo lo esperó y nunca deja de ser. Ese amor espera por ti hoy. Ese amor es incondicional sabiendo que no tenemos nada que ofrecerle, excepto nuestra vida tal y cómo está. Todavía hoy espera por ti con los brazos abiertos, pero ya no están abiertos en una cruz. Están abiertos reinando en gloria luego de haber resucitado al tercer día, luego de haber dicho “consumado es”. Oremos al señor dando gracias por un amor que no podemos comprender pero que es real. Pidámosle que podamos compartir ese amor con otros para que lleguen a Él y sus vidas sean transformadas como la nuestra.Que podamos recordar cada día que todo lo que vivimos ahora es por Él y para Él. Amén.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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